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Censo

Un nuevo año nuevas metas que se propuso a alcanzar, Juan se dedicó a su trabajo y el rancho ganando lo suficiente para sobrevivir y sus ahorros el tiempo pasó volando paso otro año donde encontró su complemento, su compañera para toda la vida.

Se realizaba un censo de población Nacional estudiantes de la Universidad tenían la tarea de ir a los pueblos a realizar el censo. En ellos un grupo de amigas Aurora, Ester, Diana y Elizabeth a quienes les toco realizar el censo en San Juan pueblo donde residía Juan.

Eran las seis y media de la mañana todas se habían reunido en la Universidad para comenzar con su trabajo se subieron el auto de Ester marca Hyundai partieron a San Juan al llegar lo primero que hicieron fue desayunar entraron a la cafetería de doña Margarita a calmar sus estómagos.

– Suerte que aquí no hay muchas viviendas. – hablo Elizabeth

– Si por lo que se sólo hay alrededor de ciento cuarenta casas, así que terminaremos rápido. – dijo Aurora

– Muy bien manos a la obra, comencemos aquí – dijo con emoción Diana

Ester saco los papeles que recibieron para el censo los dividió en partes iguales entre sus amigas comenzando a trabajar, Diana rápidamente fue con doña Margarita y las demás la miraban inquietas debido a que se las adelanto cada una registro treinta y cinco casas iban tocaban, y realizaban la encuestas.

¿Cuantos miembros conforman la casa?

¿Cuantos aparatos eléctricos hay?

¿Si cuenta con todos los beneficios básicos como luz, agua, alcantarillado, Internet?

¿Si tenían auto?

Terminaron el censo alrededor de la una de la tarde tenían los documentos llenos con las respuestas de los ciudadanos de San Juan, pero sabían que las enviarían a otro pueblo ya que este era muy pequeño.

– Hemos terminado esto – comento Elizabeth, cansada

– Si, estuvo algo cansando – dijo Aurora

– Si, pero ya acabó. – levantando los brazos sobre su cabeza

Doña Margarita se acercó con una bandeja con las órdenes de las chicas sirviendo a cada una sus platos.

– Ya terminaron su trabajo señoritas.

– Si, fuimos a todas las residencias del pueblo. – respondió Diana

– Todas…, fueron al rancho

– ¿Cuál rancho? – pregunto Ester indecisa

– El que está a doce kilómetros de aquí, sólo deben seguir el camino que está detrás de la escuela.

– Está muy lejos, ¡ay no! Ya estoy cansada. – comento Diana

– Si quieren yo les puedo decir todo de él, todos aquí lo conocemos.

– Si, por favor nos ahorrará esfuerzo, dijo – con felicidad Diana

– No, yo iré hacer la encuesta ustedes esperen aquí. – dijo Ester levantándose de la mesa

– Eh, porque la señora nos ha dicho que sabe todo de él. – opino Aurora

– Sí, pero quiero verlo con mis propios ojos como vive. Por el camino tras la escuela le pregunto a doña Margarita.

– Si, sólo siga todo el camino y llegará al rancho.

Ester salió de la cafetería subió a su auto poniéndose en camino el trayecto era largo y con muchos baches, después de unos minutos alcanzó a ver el rancho entro y estaciono el auto cerca la casa. Tocó la puerta, pero nadie respondió gritaba. – Ay alguien en casa, vengo a hacerle un censo. No había respuesta, espero por media hora y pensó que debería regresar a pedir la información a la señora de la cafetería, cuando se metía en su auto vio a alguien acercase y supo que era él salió del carro con la encuesta y a dirigió hacia él.

– Bue… se quedó callada. Él estaba sin camiseta quedando al descubierto su cuerpo.

Juan llevaba un azadón en el hombro venía del trabajo de su cultivo de papas y choclo. Ester estaba algo avergonzada, Juan era alto de ojos marrones y cabello negro con un cuerpo ejercitado muy atractivo.

– Ah perdón, señorita. Soltó el azadón y se puso la camiseta que colgaba de su bolcillo.

– AA… no… no se… preocupe. Yo sólo vine… A realizarle una encuesta para el censo su voz era entrecortada.

– Claro, entremos a mi casa ahí podremos hablar

– Ehh… si claro. Entraron a la casa Juan le ofreció un vaso de agua

– Bien comience

– Si bien, bien. Su voz era algo tímida y apagada. Mi nombre es Ester, soy estudiante de Medicina.

– Mucho gusto Ester. Soy Juan

– Si, bien primera pregunta ¿Vive sólo o acompañado?

– Sólo

– ¿Sus padres?

– Fallecieron hace un año cuatro meses.

– Lo siento mucho, lo pronunció con suavidad. ¿Cuenta con servicios básicos? Como luz, agua…

– Con luz si, con agua de un manantial que hay en la parte superior del rancho

– ¿Alcantarillado?

– Un pozo ciego.



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En el texto hay: primer amor, venganza y justicia

Editado: 22.09.2021

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