Capitulo 19
(Caso del medico loco parte cuatro)
MAI
Abro los ojos y noto como están a mi alrededor mirándome –se podrían alejar- soné tan incordial que me sorprendí – ¿por favor?- trate de rebuscar mis modales en alguna parte de mi interior.
Ellos se alejaron un poco. Sentí la mirada de Naru mientras me sentaba, juraría que por la mirada que me daba podría estar cinco metros bajo el suelo. Exacto su mirada daba miedo.
-Mai- su tono de “quiero respuestas y las quiero ahora” hizo que tenga la piel de gallina.
-gemelo malvado- conteste dejándolo taciturno.
-que lindo reencuentro- dijo Albert. Mientras revoloteaba las pestañas.
Corrí las mantas que me tapaban y me levante de mi lugar. Mi cuerpo estaba totalmente entumecido pero casi no había ni rastros de dolor.
-Taniyama- dijo el profesor. Levante la palma en su dirección dándole a entender que se detuviera.
Me acerque a John /Albert pero procure quedarme lejos. Intercambiamos miradas, casi podría jurar que estábamos teniendo la tercera guerra mundial.
-¿Mai que haces?- pregunto Bou-san.
-haciendo lo que se supone que tengo que hacer- le contesto. Algo me había apoderado, no era yo era más cortante más fría.
-ilumínanos- dice Yasuhara al cual ni siquiera miro
-¿Dónde está?- le pregunte a Albert.
-¿el que?-
-no te hagas el tonto. La base que construiste cerca de aquí. ¿En que dirección esta?-
-no te lo diré-
-¿estas seguro de esa decisión?- le pregunte a lo cual el asiente –perfecto. Tu viviste aquí, asique la base debe de estar en alguna parte de estos terrenos y créeme que puedo peinar toda la zona buscando la puerta- el sonríe –lo vi, vi todo, vi la puerta, el camino del bosque, lo que hay dentro- su sonrisa de desdibujo –lo que te espera dentro- me miraba con odio –ahora ¿me lo dices o lo busco?-
-suerte con la búsqueda, solo te diré que tu amigo no tiene tanto tiempo-
-¿su cuerpo morirá?- pregunta Masako
-si y ustedes perderán tiempo buscando ese lugar- se ríe
-¿estas seguro?- su risa cesa –porque si eso es cierto su cuerpo te expulsara y tu alma decidirá a donde debe ir- le digo –y no saltara a ninguno cuerpo de esta habitación solo iras o arriba o abajo- con los índices señalo el techo y el suelo –tu decides-
-¿dejaras morir a tu amigo?- pregunta
Quería contestar no pero –si es para que te pudras en el infierno porque créeme no iras al cielo entonces si- detrás de mi escuche como algunos contenían un grito –tienes diez minutos para decidir. Cinco en los que tardo en el baño y cinco en lo que tardo en ponerme al dia de lo que paso- el solo me miraba furioso.
Debo decir que sentía alivio después de salir del baño. Irene me esperaba en el pasillo con una canasta para la ropa sucia.
-¿te encuentras bien?- me pregunta
-no lo sé- comenzamos a caminar por el pasillo. –mi comportamiento de antes no era yo-
-lo sé- la mira confundida –puede que suene como una vieja loca pero mi marido me hablo muy bien de ti y siento que te conozco. Como si fueras a la nieta que una vez tuve-
La mire intrigada –lo siento por su pérdida-
Me sonríe nostálgica –perdón me exprese mal ella no está muerta. Solo que no se de ella- se rio de mi rostro de confusión –con mi marido tenemos tres hijos, los tres grandes y exitosos en sus carreras. Pero una vez conocimos a una pareja muy joven, no pasaban de los veintitrés años- su mirada esta nostálgica –Vivian al lado nuestro y rápidamente nos hicimos amigos.- se ríe –en realidad los tratábamos como nuestros hijos ya que los nuestro estaban lejos y ellos estaban solos en el mundo. Tenían una pequeña recién nacida, muy linda era una ternura a la cual la tratábamos como a una nieta.- no sé cómo pero llegamos a la cocina
-¿Qué les paso?- me arrepentí –perdón no es de mi incumbencia-
-no está bien, no te preocupes por esta historia vieja.- deja la cesta en sobre la mesa –ellos decidieron dar un viaje, buscando otro lugar para vivir ya que no se podían mantener con los trabajos que tenían. Vendieron la casa y se fueron. Nos prometieron que estarían en contacto y que algún dia volverían a visitarnos-
-¿no paso?-
-al principio si, todos los meses nos mandaban una carta nos contaban como les estaba yendo y las travesuras de la pequeña. Nosotros le contestábamos. Cada año nos mandaban una foto de la niña junto a la torta de cumpleaños pero todo eso paro a la cuando la pequeña cumplió si no me equivoco ocho años-
-¿dejaron de enviar las cartas?-
-si- mi pecho me dolía –un mes lo dejamos pasar, pensando que deberían estar demasiado ocupados como para escribirnos pero pasaron los meses y nos preocupamos nos pusimos a buscarlos pero nunca tuvimos una pista de ellos-
-desaparecieron del mapa-
-si- se me queda mirando –se que te puede incomodar pero ¿te podría dar un abrazo?- eso me tomo por sorpresa –es que si me lo pongo a pensar aquella nieta adoptiva perdida tendría tu edad y no paro de pensar que sería idéntica a ti-
-el abrazo se lo doy pero piense mejor en pensar en ella parecerse a mí, debería esperar algo mejor de ella- se ríe mientras me rodea con sus brazos. Algo se siente familiar en ella, no sé que pero me transmite paz, me da ánimos para seguir. Asique esto es lo que se siente tener una abuela.
-Mai- me llama Matzusaki-san
-será mejor que me vaya- le digo mientras me alejo de Irene, su calor me abandona aunque mi cuerpo lo reclama.
-ve con cuidado Tani-
-llámeme por mi nombre, si quiere-
Sonríe –ve con cuidado Mai- le sonrió y voy al encuentro con Matzusaki-san.
-¿Qué te dijo Gene?- me pregunta Naru.
-para tu información John se encuentra bien y con Gene- todos se sorprende. Yasuhara va a preguntarme algo –si vi a John, por el momento está bien me prometió que resistirá pero hay que actuar rápido-