Correr... Solo en eso pensaba.
Correr para salvar mi vida y la de los míos, Ellos me persiguen y no puedo dejar de correr por más que esté cansada, no lo voy a hacer, he estado en ese lugar desde que tenía trece años y hoy escape, cuatro años después, estoy cansada de que me usen como un estúpido conejillo de indias.
Solo había una opción huir, escapar de ese lugar y volver a donde pertenezco, (y aunque no he visto a mi familia desde hace muchos años) no voy a ser una de ellos nunca más.
No sé exactamente dónde estoy, lo único que dijeron es que estamos en Estados Unidos. Yo vivía en California.
Sentía mi respiración pesada, y mi cabeza daba vueltas, ese día no pude comer, estaba castigada, porque según ellos por desobediencia a la suprema autoridad.
A unos metros de donde me encontraba una estación de autobuses, ahora nadie me va a detener, entre lo más rápido que pude y me dirigí a la casilla donde una señora joven me atendió.
— ¿Le puedo ayudar en algo, señorita? — Preguntó amablemente.
— ¿Tiene boletos para California? — Pregunté rápidamente.
Ella asiente y me entrega el boleto. Mi salida de este infierno.
— Si, Serian veinticinco dólares — Dice y le entrego el dinero que le quite a uno de los guardias cuando escapé.
— Gracias — Dije y volví a correr, ya que mi tren era el siguiente en salir.
Las personas volteaban a verme y podía distinguir confusión en sus rostros, supongo que no es normal ver a una chica con ropa negra ajustada, eso era lo que nos hacían usar para entrenar en las noches, camine por un pasillo y encontré mi asiento G-3, este es mi nuevo comienzo voy a rehacer mi vida, pero esta vez siendo feliz en todo momento...
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Hola, bueno esta es mi primera novela y espero que les guste.
Gracias por su apoyo.