Hora del almuerzo:
Casi todas las veces que veía a Agnes estaba sola, supuse que no había hecho muchos amigos aún, y no es que me diera lástima o algo por el estilo pero decidí preguntarle si quería almorzar conmigo y me dijo que sí.
-¿Deberíamos decirle a Adam?- pregunté.
-Si, tal vez si- contestó Agnes.
-Vale, le voy a llamar- Oye, Idiota, ¿quieres almorzar con Agnes y conmigo? Ok, te vemos en la cafetería.
Desde ese día Agnes, Adam y yo almorzábamos juntos casi todos los días, digo casi porque de repente Adam nos abandonaba por tratar de ligarse a una chica llamada Stacy, la verdad no se mucho de ella, solo sé que traía loco al pobre de mi amigo.