CAPÍTULO 25

Entra a su habitación y cierra la puerta de una manera violenta, nunca antes la había visto tan molesta. Yo también entro a mi habitación, la verdad es que si deseo decorar ese pino para Navidad, no es que sea mi día especial pero desde que llegué aquí muchas cosas han cambiado y puede que esta celebración sea mejor gracias a que tengo amigos y una relación amorosa. Miro por la ventana y veo que Mike está haciendo ejercicio, no quisiera interrumpirlo porque de verdad estoy disfrutando al ver esos grandes músculo, pero igual lo llamo al teléfono.

-Hola -responde al segundo tono.

-¿Te han dicho lo sexy que te vez haciendo ejercicio?

-¿Eso crees? ¿Cómo me vería sin ropa y continuando levantando una pesa con su brazo izquierdo?

Siento un cosquilleo en el estómago y me muerdo mi labio inferior. Ya que no digo nada observo desde mi lugar como Mike comienza a quitarse la camiseta dejando ver si cuerpo, mi respiración cambia a un ritmo frenético. También se deshace de su pants quedando en ropa interior. Toma nuevamente el teléfono colocándoselo en la oreja.

-¿Te gusta lo que ves?

Necesito bajar mi temperatura.

-¿Prosigo?

-Me encantaría ver eso, pero necesito tu ayuda.

-Dime que necesitas y estaré ahí en un segundo después de ducharme.

-Es que mi padre nos obsequió un pino, tu sabes ya falta poco para Navidad así que quiero decorarlo y necesito que me ayudes.

-Está bien, prepara todo y enseguida estaré contigo.

Cuelgo el teléfono, seguramente mamá guardó toda la decoración en el armario que se encuentra en la sala.

Tomo las cajas que contienen las luces y las esferas. Además encuentro la hermosa estrella que va en la punta. Como cada año intento deshacer los mil nudos que tienen las luces, con tanta práctica ya es más fácil que en años anteriores.

Llaman a la puerta, así que voy corriendo a abrir, por fin llega el chico más lindo del planeta y aún lleva el cabello húmedo.

-Pasa, hace mucho frío afuera -digo sobando mis brazos.

-Marissa y Liam prepararon Hot Cakes así que te traje uno.

-Gracias, luce delicioso.

Tomo el plato, está muy bien decorado.

-En tu casa hay tanta tranquilidad, te juro que quiero mudarme contigo.

-No lo creas, a veces Madison reproduce su música por toda la casa, ya me sé el soundtrack completo de La La Land.

-Esa película me encantó, seguramente tu hermana y yo nos llevaremos muy bien.

En fin, Mike me ayuda a colocar el pino en una esquina de la sala y mientras escuchamos una suave canción de Sam Smith llamada "Stay With Me" me entran ganas de llenar su rostro a besos. Colocamos las esferas con mucho cuidado y entonces descubro que Mike no deja de mirarme.

-¿Te gusta la Navidad? -pregunta Mike mientras colocamos las esferas.

-Pues, si, no puedo quejarme.

Sonríe.

-¿Y a ti?

Asiente.

-Es la mejor época del año y además creo que estar junto a ti va a mejorar las cosas.

Me ruborizo totalmente, de verdad que quiero robarle un beso en el preciso momento, pero Maddie puede descubrirnos y no quiero arruinar nuestra relación cuando apenas comienza.

-Por cierto, cada año vamos con mi abuelo el día de noche buena ¿crees que puedas acompañarme?

Lo pienso por unos segundos.

-No lo sé, le pediré permiso a mamá. Aunque no creo que le guste la idea de que la deje sola junto a mi hermana.

Mike asiente un poco triste.

-A menos de que pueda llevarlas.

-Por supuesto que si, mis padres los van a recibir muy bien.

Eso espero, no quiero causar molestias hacia la familia de Mike, solo de algo estoy seguro y es que su abuelo es la persona más amable de todo el mundo. Ahora solo falta que mi madre y Madison acepten la petición.