Glad You Came

CONTENTO DE QUE VINIERAS

Lis y Dean se adelantaron. Se sentían satisfechos de ver que por fin, Aidan y yo hubiéramos realizado nuestro encuentro – ¿puedes creer que ya se conocían? – Dijo Lis – ¡que desconsiderados, no nos dijeron nada y nosotros fraguando el plan perfecto. Ni modo, no salió como lo teníamos pensado– respondió Dean sonriendo mientras se conducían al ascensor –este lugar…– susurró Lis – ¿perdon? – Preguntó Dean –nada, solo estaba recordando– respondió Lis y Dean la abrazó tiernamente cuando el ascensor se abría.

– ¡Esperen! – Gritamos al unísono Aidan y yo mientras que ellos sonreían al vernos apresurarnos hacia el ascensor mientras que Dean detenía la puerta, cuando nos reunimos con ellos, ambos se colocaron detrás de nosotras –adelante– dijeron al unísono inclinándose en señal de reverencia. Lis y yo, nos miramos una a la otra y nos tomamos de la mano mientras entrabamos al ascensor. Ellos entraron después de nosotras –linda noche ¿no creen? – Dijo Aidan rompiendo el silencio que nos había rodeado –perfecta– dije yo – ¿para el amor? – Agregó Dean, Aidan lo miró y sonrió ampliamente –eso es justo lo que vamos a averiguar– dijo abrazándose a mí, mientras que Dean lo imitaba burlón abrazándose a mi amiga.

 

La puerta se abrió, llegamos al mismo lugar en el que habían estado Lis y Dean aquella tarde de su primer encuentro – ¿Qué les parece? – preguntó Dean. Se referiría a la mesa para cuatro que estaba frente a nosotros; una mesa vestida con un mantel blanco, sobre ella, cuatro servicios decorados con motivos rojos y sobre dos de los platos reposaba un par de rosas rojas. Junto a la mesa una botella de vino y en todo el lugar se esparcían pétalos de rosa blancos y rojos mientras todo era iluminado por la luz tenue de varias velas colocadas estratégicamente en el lugar para ofrecernos su luz.

 

–A veces me sorprendes O’Gorman– dijo Aidan y yo lo miré –yo no sabía nada de esto, me acabo de enterar hace un rato en la sala de proyección… pensaba improvisar cuando te encontrara– me dijo besando mi frente –teníamos planes, pero ¡gracias por arruinarlos! – agregó Dean y Lis le codeaba las costillas mientras los cuatro reíamos.

 

Nos tomaron de la mano y ambos al mismo tiempo deslizaron nuestras sillas para invitándonos a sentarnos, cuando me senté, Aidan beso mi frente y se sentó frente a mí, mientras que Dean abrazó fuertemente a Lis y luego de un minuto de susurrarle cosas al oído, decidió tomar su lugar.

La cena transcurrió en medio de relatos de cómo Lis y Dean se habían conocido, y como nosotros pudimos conocernos sin que ellos lo supieran. Lis bromeaba por lo tímida que yo era y yo le recordaba lo loca que ella estaba causando que nuestros acompañantes llegaran al punto de casi asfixiarse de risa. La velada fue muy divertida, hasta que nos dieron las tres de la mañana.

 

Fue entonces que Lis y Dean decidieron irse –chicos, es hora de que ustedes se queden a solas– dijo Dean sonriendo travieso mirando a Lis que le dio un codazo en la costilla – ¡ajaaa! – Respondió Aidan –mejor di que lo que quieres es estar a solas con Lis ¡enfermo! – replicó abrazándome y besando mi mejilla, los cuatro guardamos silencio un momento pero fue inevitable romper en carcajadas.

Dean conversaba con Aidan mientras que Lis y yo charlábamos –Aidan me dijo que dejó una nota en la recepción del hotel. Mañana la reclamaré– dije pensativa – ¿una nota? – Preguntó Lis –sí… – ella me interrumpió –es que la recepcionista me entrego un papel doblado esta mañana, pero como estaba el plan de presentarte a Aidan, no le di importancia, la guarde en mi pantalón– dijo ella encogiéndose de hombros y mordiendo su labio – ¡te voy a matar!– le dije al tiempo que giraba mi rostro para mirar a Aidan –bueno amiga, te deseo lo mejor con Aidan, yo me voy con mi Dean– dijo titubeando –¡no puedo creer que esto nos esté pasando! – Le respondí abrazándola –este viaje no podía haber sido mejor, conocer a Aidan y a ti, ha sido lo mejor que me ha sucedido– agregue y Lis se secaba una lagrima de la mejilla – ¿nos vamos? – Se acercó Dean –si– dijo Lis sin mirarlo y se despidió de mí con un abrazo.

Aidan se quedó en la mesa esperándome, Lis se acercó a él para despedirse, no supe de lo que hablaron pero ambos me miraban sonriendo, debo aceptar que la mirada de Aidan me llenaba de nervios, aun me era muy difícil comprender que ahí estaba yo, con él, sabiendo que no era otro de mis repetidos sueños.

 

Cuando Lis y Dean se fueron, Aidan se levantó de la silla pues yo me quedé, ahí parada con la mirada perdida y sonriendo como tonta, no advertí la cercanía de Aidan – ¿en qué piensas? – dijo rodeado mi cintura con sus manos provocando que yo diera un brinco al sentir su contacto. No dije nada, gire hasta quedar de frente a él y sonreí soltando un suspiro – ¿en qué piensas? – Volvió a repetir besando mis labios –en todo esto– dije interrumpiendo el beso –es increíble ¿cierto? Dean a veces también tiene buenas ideas– dijo riendo provocándome risas también – ven– dijo jalando mi mano, llevándome hasta el mirador. Nos quedamos abrazados mirando la inmensidad de la ciudad en todo su esplendor, la luna nos regalaba su luz y el viento soplaba tranquilo – ¿es real? – le pregunte mirándolo a los ojos y acariciando su rostro, él sonrió y besó mi mano –completamente– dijo sin borrar su sonrisa, después, me abrazó fuertemente acercándome hacia su cuerpo, sentí su aliento y después nos fundimos en un apasionado beso.



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En el texto hay: amistad, aidan turner, dean ogorman

Editado: 07.07.2018

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