Shin-ae reconoció inmediatamente la voz de la mujer y volteó a mirarla, teniendo la misma reacción de Jae.
—No has cambiado ni un poco —comentó la mujer mientras se ponía una mano en su cadera—¿Cómo va tu vida, cariño?
Kousuke gruñó.
—No me llames “Cariño” —Dictaminó el castaño.
La mujer lo ignoró y desvío su vista hacia Jae, le regaló una sonrisa de medio lado y a la pobre casi le da un paro cardíaco.
—Oh, que terrible de mi parte entrometerme... ¿Estaban en una reunión importante, chicos? —habló —lo siento si los molesté a todos.
—No, no estabamos teniendo una reunión importante. Estábamos teniendo una cena informal juntos —Contestó poniéndose a la defensiva — y sabes muy bien que no lo sientes
—Culpable, no lo pude evitar así que tomé parte de la conversación —confesó —especialmente cuando veo que tienes nuevas amiguitas por aquí—comentó — pensándolo bien, las dos lucen demasiado jóvenes, pero quién soy yo para juzgar.
—La verdad es que también estamos un poco apurados y estamos perdiendo tiempo valioso con esta conversación. Estas personas están aquí por un breve momento y necesitan volver a la oficina pronto—la miró con hostilidad— así que sigue tu camino.
—Siempre tan extremista... —rodó los ojos—pero bueno, fue gratificante verte de nuevo después de que nos separamos en la universidad, envíale saludos a tus padres de mi parte... Oh, lo siento, Yeong-gi, no te reconocí —confesó —¿Cómo te está yendo, chico?
—Bien, supongo...
—Es bueno escuchar eso —se dio la vuelta y comenzó a caminar — nos vemos luego, Jae-Kyung Kyo.
La chica la miró sorprendida, había dicho su nombre con esa angelical voz... Definitivamente estaba soñando.
—Zeus, necesito recordar esto... —murmuró la chica y buscó su celular en su bolsillo, pero no estaba— ¡oops! ¡Vuelvo enseguida! — se levantó de la silla y caminó hacia el baño— si no lo anoto en mi bloc de notas probablemente olvide este momento...
—¿A dónde te diriges? —Preguntó Kousuke, levantándose de su asiento para seguirla.
—¡Creo que dejé mi celular en el baño! —exclamó y Kousuke no tuvo más opción que volverse a sentar.
—Sé rápida, estaré esperándote aquí... —frunció el ceño, como siempre cada vez que se sentía inseguro.
Jae siguió caminando al baño, rezándole al universo que no se robaran su celular, porque no sólo perdería su celular, sino sus recuerdos.
Porque Jae tenía muchos problemas de memoria y olvidaba las cosas muy fácilmente. Los doctores dijeron que si volvía a tener otro accidente, iba a perder la memoria definitivamente y ella no quería eso, por eso es que anotaba cada cosa en su celular o en un cuaderno que nombró como: “por si llego a perder la memoria”
Iba tan desconcentrada, que no se dio cuenta cuando chocó contra aquella mujer hermosa, quien la esperaba en la entrada del baño.
Por suerte, antes de caer, la mujer la sostuvo de la cintura para evitar que se cayera de cara.
—Realmente no deberías correr con tacones, señorita... A menos de que esté increíblemente cómoda caminando con ellos.
—¡Lo siento mucho! ¿No te lastimé? —se levantó rápidamente —¡Lo siento! ¡No fue mi intención!
—No te preocupes, linda. Son cosas que pasan —habló con tranquilidad —¿Cómo está tu pie?
—¡Mejor que nunca! —dijo rápidamente.
—Necesitas ser más cuidadosa la próxima vez, señorita Kyo.
—Uhm, ¿Cómo sabes mi apellido? Si no te molesta decirme, claro —Sonrió nerviosa.
—¿No lo recuerdas? Me lo dijiste cuando nos cruzamos en el centro comercial, en el departamento de ropa, cuando le di algunos consejos a la jovencita que estaba contigo.
Mentira.
—¡O-Oh! Perdona, es que mi memoria es pésima... —Dijo—¿Cuál era tu nombre...?
—YuJing.
—YuJing, ¿conoces a Kousuke? —preguntó con curiosidad.
—¿Llamas a tu jefe por su nombre?... Interesante —comentó —¿por qué lo preguntas?
—Dijiste que lo conoces desde la universidad, ¿cierto?—recordó —No es que sea tan curiosa... Solo es que es raro encontrar un amigo de Kousuke.
—El hombre puede ser un poco aislado. Es más, así es como pasaron nuestros años en la universidad y sus ambiciones fueron cambiando. Entonces entiendo porqué sus conocidos podrían verlo como una novedad—contó — de todas formas, nos conocíamos desde la escuela secundaria e incluso en la universidad, era un niño prodigio y era mucho menor que yo, así que sentí la necesidad de unirlo a mi grupo de amigos, por lo que podrías decir que pasamos un tiempo considerable juntos... Digo, nunca fue una persona animada, pero sabe como disfrutar su tiempo—terminó de contar — desafortunadamente no creo que él nos vea como sus amigos nunca más.
—¿Cómo?
—Señorita Kyo.
—Pensé que dijiste que ibas a conseguir tu celular —habló Kousuke —¿qué te está tomando tanto tiempo?
—¡Ah, si, si!
—Debemos terminar esta conversación aquí. Podemos hablar más en otro momento... Ahora mismo parece que tu jefe te necesita y creo que tengo algo tuyo—le mostró un celular— Lo encontré en el baño, es tuyo, ¿correcto?