Al norte de la isla Norum, dentro de la base del ejército Norumiano, se encuentra un aire de tención inmensa. Los capitanes de ambas tropas están intentando llegar a un acuerdo de paz, pero los dos hombres, tienen ideas muy diferentes de este concepto.
—¿Me estás diciendo que, para no entrar en guerra debemos permitir que pongan una base militar, para que puedan formar su propio reino?, ¿¡Aquí en la isla Norum!?, Por si no lo sabes, Norum es uno de los reinos en desarrollo más importante, nuestra agricultura y minería nos está abriendo espacio a los reinos más influyentes de la economía, dejar que sus tropas independientes entren y formen si reino aquí, es como dejar que invadan a Norum, y destituyan a nuestra reina.— Leory no podía creer lo que el capitán del ejército enemigo le decía, eso era una propuesta totalmente absurda.
—Esa es nuestra propuesta.— Aquel hombre de mirada peligrosa, alto e imponente, amante de los conflictos y aventurero de la vida.— Claro, nos estamos evitando la parte interesante en donde nos vamos a la guerra y mis tropas los derrotan totalmente. Pero como soy una persona gentil.— Una risa divertida y sarcástica salió de sus labios.— Les doy la oportunidad de que nos den lo que queremos, sin llegar a la violencia.
El capitán Martín, es un guerrero con el sueño de fundar su propio reino para poder ser rey, busca la autoridad total. En su aventuró por la vida, fue formando un ejército, con hombres de todas partes por las que viajo, hasta que por fin logro formar un ejército de sanguinarios en la batalla. Hasta que conoció una pequeña isla llamada Norum, con un reino en ascenso de ser conocido y reconocido por la cadena de alianza coroniana. Balla, ese es el sueño de todo reino.
—No podemos hacer eso, este tratado de paz es totalmente absurdo. Le ruego que abandone la base, esto es el comienzo de la guerra, y no dejaremos que invadan las bases del pueblo, y mucho menos que lleguen a la ciudad central.— Leory, con su mirada fría como el hielo, se enfrentó al arrogante Martín.
—Muy bien, como usted diga, capitán Leroy.— Salió riendo de la pequeña oficina.
—¡Es Leory!.— Grito para asegurar que aquel hombre lo escuchará. Su nombre no es tan difícil, por Dios. Incluso esa equivocación logro hacerlo enojar, cosa que estuvo controlando a lo largo de la reunión.—
—Si, si, como digas... enano.
Así es como se dio inicio a la guerra para defender a Norum de las tropas independientes de Martín.
Norum tiene que ser fuerte. ¿Podrán ganar la batalla?, O ¿Ocuparán de un milagro para salvar el destino de su reino?
Leory, monto su caballo para llegar lo más pronto posible al castillo de la reina, tenía que informar inmediatamente la situación de Norum, esto es una desgracia. Ya estando a unos metros de la entrada al pueblo, unos soldados estaban esperando su llegada, inmediatamente se pusieron alertas cuando Leory llegó y bajo de su caballo a una velocidad sobre humana, estuvieron a punto de saludar a su capitán, pero este no les dio ni tiempo para eso.
—Soldados, eviten los saludos. Entramos en guerra, por favor, informen a los demás soldados, lleven el mensaje al pueblo y a la ciudad central, tienen que tomar precauciones y estar alertas, los reclutas militares estarán dispersos en las cuatro bases del reino, esta será su prueba final, el que no este listo, puede abandonar el entrenamiento sin problemas, pero no podrá volver una vez que la guerra termine, yo iré directo a informar a nuestra reina toda la situación.
—¡SI, CAPITÁN!.— Gritaron al unísono, y se marcharon para cumplir lo que Leory les ordenó, mientras que esté último, tomo otro caballo para llegar más rápido al castillo, pues el suyo, ya está muy cansado por la dura carrera que le dio.
Después de media hora, por fin llegó, él al ser el capitán no ocupa de anunciación o permiso para entrar. La reina, una mujer en sus cuarentas, estaba sentada en el trono, con su cabello negro, con algunas canas, recogido en un chongo bajo, y su corona de oro adornando su cabeza, la muestra de ser la autoridad.
—¿Porqué tan alterado capitán Leory?.— La mujer al ver el rostro de aquel joven hombre, sintió temor por lo que le diría.
—Lo siento mucho su alteza, pero no sé pudo llegar a un acuerdo con las tropas de Martín...— Tenía miedo de decirlo.— ... Entramos en guerra, sus requisitos para la paz, eran absurdos, prácticamente quería adueñarse del reino.
—Dios mío, no puede ser.— La noticia provoco que la presión de la reina bajara de repente.— Hiciste lo posible, haz la mejor estrategia. Si tan solo tuviéramos el apoyo de Corona.
Leory
Siempre escucho rumores sobre Corona, pero nadie sabe a qué se refieren con eso, solo la realeza sabe la importancia de Corona... ¿Será un reino?