Cargué mi pistola ni bien me había despertado y como era costumbre mía, la andaba a llevar en el filo del pantalón sin miedo a que alguien me reclame. La mañana transcurrió sin ningún contratiempo, a pesar de que Blacke desaparecía cada vez que entraba en la habitación.
Mi sed de venganza no había desaparecido, pero me era imposible hacer algo con los chicos y mi jefe presente, asi que no me quedaba de otra que desahogarme disparando a las dianas del tercer piso lo cual tenía a los chicos con los nervios a flor de piel, esperando a que se me ocurra hacer algo, pero soy más lista que ellos.
Para la hora de la cena ya me encontraba mucho más relajada gracias a un mini maratón de Harry Potter y una buena rebanada de pastel de chocolate.
-¡Adriana!- graznó Marcus lleno de emoción al verme- justo ti te buscaba.
- ¿Se puede saber para qué? - pregunte sin emoción.
-Mi primo está organizando una fiesta esta noche por su cumpleaños…
-¿y por qué tiene que interesarme eso?- interrumpí
-Espera, aun no llego a lo que te interesa, -respondió con gracia- tenme paciencia Good.
-Entonces ve al grano de una maldita vez.
-Como te decía- continúo- Matt está muy emocionado y me pidió, mejor dicho- agrego con una pequeña risa- me rogo de que te llevara, espera no me interrumpas, - gire los ojos con impaciencia en forma de respuesta- él conoce nuestro trabajo y pues sabe quién eres y quiere conocerte, pero eso no es lo que a ti te interesa- pauso para tomar aire y continuó- ¡adivina quién ira a la fiesta!
-¿Quién?- pregunte con desdén
-¡Sanders! Lo sé, lo sé-exclamó con entusiasmo al ver mi cara de sorpresa- ¿aún tienes asuntos pendientes con él?
-¡Ja!- respondí con una sonrisa maligna en mi rostro- ese idiota aún me debe dinero.
-Esta dicho- agrego juntado sus manos sonoramente- nos vemos en la entrada en quince minutos.
Corrí a mi habitación a por mí chaqueta de cuero y municiones para mi bebe, recogí mi cabello en una coleta de lado y bajé, lista para la acción. Al llegar al piso inferior me vi obligada a detenerme en el pórtico de la sala para escuchar la conversación, que se llevaba a cabo en su interior, ya que mi nombre había sido pronunciado.
-No, Jules- oí a Alexander interrumpir a Jules- “la chica” ya tuvo suficiente, solo deja que vaya a divertirse.
-Jules- intervino Blacke- Alexander tiene razón, solo deja que Adriana se distraiga, está fuera de si.
-Sí, Jules- agrego Marcus- yo me encargo de ella, además de por si va a lidiar con Sanders esta noche.
-¿Le dijiste?- pregunto Jules con curiosidad.
-No exactamente- respondió- pero era la única forma de hacerla ir
-Creo- intervino José- que la mejor forma de distracción para Adriana seria hacer este trabajo.
-¡Gracias!- exclamo Jules- por fin alguien que me entiende, es lo mejor para ella, además…
-¿Desde cuándo ustedes deciden mi vida?- interrumpí mientras entraba en la sala con paso decidido.
-¡Good!- exclamo Blacke
-Mas te vale que no vuelvas a pronunciar mi nombre – hable dirigiéndole a Blacke una mirada llena de odio- si es que quieres seguir con tu patética vida.
-¡Adriana!- me regaño Jules
-¿QUÉ? EL IDIOTA ME ABANDONO EN UNA HUIDA
Vi a Blacke inclinar la cabeza y retroceder un par de pasos.
-Te tengo trabajo- hablo Jules sin darle importancia a mi último comentario
- Asi oí
-Marcus me comento que iras a la fiesta de Matt, asi que necesito que te deshagas de Jerry Sanders
Sonreí con prepotencia-¿y yo qué gano?
-¿Qué quieres, Adriana?- respondió Jules con precaución, mientras las miradas de preocupación se clavaron en mí, atentos a mi respuesta
-Sabes lo que quiero- respondí con una sonrisa y mi mirada clavada en Blacke.
-No te dejare matar a Blacke, asi que ni lo pienses, Good.
-Marcus- exclame ignorando a mi jefe- ¿nos vamos?
-Claro- respondió distraído- solo cojo mis llaves.