Apago mi celular y doy vueltas en mi cama, es que nada podía ir tan bien con nosotros, pero por lo menos ya tengo todo nuevamente bajo control, es que todos me ven y piensan que no rompo ni un huevo, cuando en realidad tengo omelette listos para todos los días. Miro mi constelación en el cielo y trato de cerrar los ojos, pero no puedo porque la noticia vuelve a dominar mi mente, la verdad es que me muero de celos y tengo miedo de querer ponerle un nombre más allá de amistad a lo que tenemos porque los amigos no se lanzan indirectas cada noche, mucho menos juegan a las escondidas de la gente para verse.
—Mierda —grito molesta conmigo misma—. ¿Por qué no me llama? ¿Qué espera? Ya sé que nada de lo que dicen es cierto, pero ¿Por qué no me responde el mensaje de la mañana, ni siquiera vio mi felicitación.
Lloriqueo falsamente y me vuelvo a recostar en la cama, maldito domingo. Miro en la mesita de noche y busco una de esas píldoras que me recetó mi doctor, rápidamente la tomo y me acuesto de lado haber si me puedo dormir.
°-°
—Hola.
—Señorita Marion ¿Se encuentra bien? —miro a Carlo y me dan ganas de lanzarle el café por la cabeza pero rápidamente me arrepiento.
—Ten café, es arabe y tienes que comerlo con estas galletas, cuidado que son muy dulces y el café muy amargo —suelto mi cabello y lo acomodo nuevamente.
—¿Se siente bien?
—Sí, estoy perfecta —pruebo de mi tostada y lo miro fijamente—. La chica ¿Viene en camino?
—Así es.
—Me parece bien. Salimos a lo que termines —me hago un rodete y lo ato con la pinza de pelo que ha sido mi favorita en estos días.
Vuelvo a ver mi vestido, es tipo falda y camiseta junto, la camiseta es de color negro y la falda es blanca salvo por las franjas que negras que bordean el corte lateral, es un vestido donde la falda termina bajo la rodilla y el escote de la camiseta es redondo por lo que al llevar el pelo recogido utilizo unos aretes y unos brazaletes de Gucci que combinan con mi reloj gucci y unos lentes de sol de la misma marca, hoy tengo fotografías para redes sociales y es la marca italiana la que ha de complementar mi outfit, obviamente el bolso es prestado asique no llevaré mucho.
—Señorita Marion ¿Que es lo que planea?
—Carlo, los planes no se dicen en voz alta —frunce el ceño, se aclara la garganta y me señala la salida.
—Estuvo muy bueno el café, pero sigo prefiriendo mi expreso normal.
Asiento y antes de dejar que vaya a conducir yo tomo su lugar, sobre todo porque hoy tomamos uno de los mejores autos de la gama deportiva de DiV, dejo mis bolsos en el regazo de mi guardaespaldas y acelero apenas puedo, creo que hasta le causé millones de taquicardias a mi acompañante, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza y por eso mismo cuando llego a mi lugar de trabajo freno de golpe.
—Marion —bajo del auto furiosa y le marco una última vez a Drake, quien por suerte responde en el segundo tono.
—Marion. Oye, necesito hablar contigo.
—Está bien, pero estoy trabajando ¿Te parece que cenamos en mi casa?
—Marion ¿Te sientes bien?
—¿Por qué mierda todos preguntan lo mismo? —Abren la puerta para mí y me encuentro con todas mis asistentes en fila—. Tengo que trabajar, te llamo luego.
—Comenzamos conmigo —anuncia 5—. Vamos a grabar lo necesario para las redes sociales y dejarás ver a Gucci en ti ¿Te parece?
—Vamos ¿Qué tengo que hacer?
—Viniste en el deportivo ¿No? Subes, conduces hasta la entrada y te van a abrir la puerta, es un modelo.
—Hola —saluda un chico muy guapo, es moreno de ojos miel con pestañas hermosamente rizadas y labios gruesos, su mandíbula no me gusta, pareciera que le falta un espacio de la cara. Pero viste de DiV, así que me da igual.
—Vamos a grabar ¿Cuánto tiempo tenemos para esto?
—Una hora —dice 3 checando su reloj, visten de la misma manera y llevan el mismo reloj Gucci—. Nosotras también participamos.
—Bien.
Carlo abre la puerta del auto y me monto, doy vuelta para que al llegar quede directamente hacia el lado de entrada del edificio principal. Respiro profundo y avanzo hasta la marca que me señala detener, tomo el bolso y en eso abren la puerta y me tienden la mano, obviamente como llevo el bolso no puedo bajar porque se produce un maldito choque y tenemos que comenzar nuevamente.
—Ya está —avisa 5 al ver el video previamente grabado—. Cumplimos con el tiempo y de hecho sobra. Ahora, tienes invitaciones a eventos de moda por tu influencia en redes y lo que haces al ser la primera mujer en encabezar DiV. Y Vogue quiere hacer los 7 días, 7 looks, respondiendo 70 preguntas, Glamour quiere el que hay en mi bolsa, tus 10 esenciales y no recuerdo qué más de quien más.
—¿Qué haces con mis redes sociales, 5?
—Pues trabajo, eres importante y la moda toma juego ahora.
—Maldición, pero tienes que incluir mi trabajo de alguna manera en todo eso.
—Bien.
—¿Qué más hay?
—Tenemos la presentación del merch de verano —avisa 2 sin haber esperado turno.
—1.
—Drake ha vuelto a salir primero, esta vez en baku y Jack ha salido tercero, es un buen inicio de temporada. Vamos bien, quisiera que hicieras acto de presencia en alguna carrera, ya sabes que tu abuelo iba todo el tiempo.
—Lo sé. 3.
—Se han puesto a prueba las nuevas medidas de seguridad para los autos y todo va a la perfección, tal vez lo aprueben.
—Eso es bueno. 4.
—Tu invitada ya viene de camino. Los cambios de tu oficina han terminado por lo que ya la puedes volver a usar. Y Drake Martin no para de llamar —el último punto lo susurra con bastante cuidado de que alguien más nos escuche.
—Bien, mañana volvemos con 1 de primera —aviso y me monto sóla en el ascensor.
Miro mi celular nuevamente y tengo mensajes de mis abuelas, juro que podría haber recibido un mensaje de Marc no me afligiría tanto como tener un mensaje de ellas. Muerdo mi labio y acomodo mi cabello nuevamente, quiero sacarme estas extensiones lo antes posible pero no puedo porque así 4 y 5 lo decidieron.