Gp Amore

Capítulo 26

—No todo puede ser perfecto M & M —me enseña la pantalla de su celular y suspiro pesado, es mi asistente nuevamente. 

—No quiero que esto acabe —murmuro haciendo un puchero mientras termino de comer mi gelato.

—No lo hará, soy más romántico de lo que crees y muy intenso también.

—Se nota con todos los mensajes que envías mientras trabajo —ríe y me abraza mucho más fuerte que antes, inclino mi rostro y reparte besos que me hacen suspirar y sentir ese calorcito en el pecho, ese que es más que la simple atracción sexual o que las mariposas que me hacen cosquillas al igual que él.

Volvemos a su auto y cuando nos montamos el celular vuelve a sonar, lo ignoramos y conduce aún tomando mi mano. Llegamos al Hotel donde nos estamos alojando, tenemos que ir al estacionamiento subterráneo porque no nos pueden ver bajando del mismo auto, cuando el bugatti es apagado nos bajamos y yo cargo con la mochila mientras mi novio lleva mi vestido, vamos resignados a que mi asiste nos riña.

En el ascensor descanso en su costado mientras besa mi coronilla, me siento tan relajada a su lado que se siente maravilloso cuando todo el tiempo vivo con una manta de responsabilidades, él es mi energia, mi paz, mi luz, y me atrevería a decir que es mi guarida y mi hogar. Reviso instagram y ahí descubro la razón de la ropa que llevaba, es que la chica pantalla lleva este outfit y si se nos ocurría publicar algo tenía que coincidir.

—Vamos —avanzo de la mano de mi novio y abro la puerta, lo preocupante son los llantos que vienen del interior de la habitación y quisiera huir pero es muy tarde porque 5 ya me ha visto y amenaza con los ojos.

—Te juro que yo no fui —aclaro y esta niega sonriendo, ella no es mala, sólo la vuelvo loca—. ¿Por qué llegaron?

—No lo sé, tal vez porque ya le habías dicho a Alessandro que irías y no llegaste.

Entro y Drake cierra la puerta antes de seguir mis pasos, dejo la mochila en el primer mueble que encuentro y me preparo para ver a mi familia, Drake le pasa el vestido a 5 y cómo si lo supiera me toma la mano y así llegamos donde Alessandro y Mariano atienden a sus hijos mientras que las chicas beben algo apoyadas en el barandal del balcón.

—Hola —saludo quedita, quizás ni siquiera me escucharon, pero olvido eso cuando las dos parejas voltean a verme.

—Creímos que no llegarían, ya estábamos cansados de esperar para ir a cenar —dice Alesandro con un muy fingido tono de paciencia y amabilidad, lo malo de ser la menor y mujer, eres la princesa en una torre custodiada por dos ogros.

—Alessandro —riñe Amber con el ceño fruncido viniendo a saludarme a mi y al chico, esta le tiende la mano y Drake la toma viéndome asustado—. Un gusto, soy Amber Mancusso, la esposa del de los dos bebés.

—Mucho gusto, soy Drake Martin —miro sonriendo al rubio y suspiro lentamente viendo como aprieta su mandíbula con nerviosismo.

—Martin no va con Di Vaio ¿No creen?

—Mariano ¿Tú también? Creí que ya habíamos hablado —la morena toma a su bebé que lo único que hace es llorar y se acerca a nosotros—. Kendall Mancusso, un gusto.

—Domados —susurro a mis primos y estos se frustran mucho más—. No te preocupes, Drake, mientras ellas estén tú seguirás vivo.

Beso la mandíbula de mi novio y voy a saludar a mis primitos ahora con la confianza de que las chicas han dado su visto bueno a mi relación a pesar de que sus maridos se opongan. Mis primos permanecen con los brazos cruzados, Amber le busca conversación a Drake y yo puedo disfrutar de molestar a los ogros, ahora he salido del castillo escoltada por sus domadoras.

—¿Quieren ir a cenar? —cuestiono viendo que el maquillaje permanece, es muy bueno  aunque natural no se ve, se nota que era especialmente adecuado para las cámaras.

—Obvio, te estábamos esperando.

—Bueno, entonces vamos, supongo que 4 ya hizo una reservación —tomo mi celular y efectivamente tengo sus mensajes, hizo dos reservaciones una en caso de solo ir con Drake y otra con todos—. Debería subirle el sueldo.

Voy donde mi novio y tomo su mano, este me ve nervioso y mira por sobre mi cabeza a mis primos, niego y dejo un pequeño beso en su labio inferior, es divertido verlo nervioso, jamás lo había visto así, ni siquiera cuando va a correr está tan nervioso como ahora.

—Marion, no entiendo a que juegas —se queja y yo me inclino colgándome de su cuello, río y beso su mejilla mientras que sus brazos me rodean y sus manos acarician mis costillas—. Me van a matar, lo intuyo.

—No exageres, están las chicas.

—Además, me dan nervios los bebés y ellos tienen tres —confiesa bajito en mi oído y me hace reír mientras las chicas terminan de ordenar y cargar con las cosas de sus hijos.

—Me pasa lo mismo, los conozco desde que nacieron y aún no los he cargado.

Salimos de la habitación y vamos al ascensor, en el cual se me hace un nudo en el estómago cuando preguntan.

—¿Por qué sólo una habitación? ¿Dónde se queda Martin?

—Conmigo.

—¿Contigo? ¿Cuanto llevan que ya duermen juntos?

—Eso no te interesa —confieso aunque esta sería la primera vez que compartimos cama con Drake y no me había percatado de eso. 

—Además, no entiendo de que se preocupan, perdió su virginidad en mi despedida de soltera con un desconocido, ahora por lo menos tiene novio —me atoro con mi saliva y Kendall ríe exageradamente, tenía que abrir su boca.

—¿Eso es cierto? —pregunta Drake ahora divirtiéndose a costa mía.

—Por desgracia —mascullo de mala gana, pero me gano un besito al hacer un puchero.

—Ey niño, nada de besos —veo la mano de Alessandro pasar entre nosotros marcando un límite de separación impuesto por ellos.

—¿Qué edad tienes? —pregunta Mariano ahora percatandose que ni eso saben sólo porque su pensamiento es sólo alejarlo de mi.

—23 —dice confiado abrazando mi cintura para alejarse más de uno de los pequeños.




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