Brooke
Me paré de la silla en la que anteriormente me había sentado y aunque pensé que él iba a alejarse, solo se incorporó al igual que yo y me siguió observando del mismo modo.
-¿Tengo algo?- pregunté comenzando a tocarme el rostro pensando que había algo en él como para que Dylan no pare de mirarme.
-Absolutamente todo.- me dijo y volvió a dar dos pasos más cerca de mi cuerpo. ¿Tanto le cuesta dejar de ser tan... ÉL durante un tiempo?- Y ahora también tienes las mejillas rojas.- se burló. Comenzó a girar su cara hacia un costado y a inclinarse hacia mí. Mi respiración estaba más acelerada de lo común y sabía que lo único que estaba provocando eso era él. Turnó su vista entre mis ojos y mis labios. ¿Se supone que debo dejar que me bese? Nunca antes me había preguntado si debía besarlo o no, simplemente dejaba que lo haga como él sabía y ya. Estaba dispuesta a besarlo sin importarme ni mi padre, ni el suyo, ni todo lo que últimamente estaba pasando. Pero cuando pensé que iba a hacerlo y lo iba a disfrutar, se alejó.- ¿Quieres que llamemos a Mel o mejor le decimos que venga así le contamos todo y tal vez nos ayuda?- se sentó en mi cama e intentó disimular como si nada hubiese pasado, como si nunca hubiese intentado besarme y yo me deje sin ninguna objeción.
-Si... claro.- le dije.- Llámala y si no está ocupada que venga.- agarré las pocas cosas que estaban desordenadas en mi escritorio y prendí mi computadora. Mientras escuchaba cómo llamaba a Melody seguí pensando en qué había sucedido segundos atrás. ¿Le habré dejado de atraer como lo hacía antes? O tal vez ya se aburrió que pase siempre lo mismo. La mayoría de las personas que conozco terminan aburriéndose de mí así que no me sorprendería que Dylan también lo haga.
-¿Qué sucede?- escuché que me preguntó desde donde seguía sentado. Solo decidí contestarle un simple "Nada importante" y seguí buscando cualquier idiotez en Internet solo para evitar mirarlo. No me había percatado que estaba derramando un par de lágrimas hasta que él se arrodilló al lado de mi silla y volvió a preguntarme:- ¿Está todo bien? Si es por lo que acaba de...-
-No me sucede nada, tranquilo.- terminé y puse música en Youtube para que hablemos lo menos posible.
-Melody me dijo que ahora viene. ¿Prefieres que le diga que nos juntamos mañana?- me ofreció sin terminar de entender que NO ME SUCEDE NADA. ¿Tanto le cuesta entenderlo?
-Ya te dije que no me pasa nada, Dylan. Dile que venga así podemos terminar de una vez por todas con este enigma.-
Durante la media hora en la que Melody todavía no llegaba intenté buscar la noticia que Dylan había encontrado en el despacho de su padre, pero no logré nada. Al parecer la noticia había sido emitida pero luego desapareció de todos lados. No me sorprendería que alguien haya pagado para que eso pasase (como por ejemplo el señor Riece). Aunque no iba a decirle esto a su hijo, tal vez es todo una equivocación y seguimos tirando del hilo incorrecto. De todos modos, sé que esa opción ya se cruzó por su mente inconscientemente.
No puedo creer que lloré frente a él luego que me haya rechazado frente a un intento de beso que ni siquiera yo había comenzado. ¿Qué pretendía? ¿Verme como una idiota al saber que iba a estar dispuesta a besarlo? ¿Quería tomar venganza por la manera en la que yo lo rechecé ayer por la noche?
-¿Están seguros que quieren que le cuente esto a mi madre?- nos preguntó Melody un poco insegura luego que le hayamos contado todo.- No quiero pensar en quién puede ser cómplice de todo esto y quién no. Pero si mi mamá nunca quiso contarme nada acerca del accidente por algo es.- aseguró y nosotros concordamos. Sabemos que no es la mejor opción contarle a la señora Tazio lo que está pasando o lo que pensamos que puede estar sucediendo. ¿Pero qué podiamos hacer si no? Nada. Si ella tiene algo que ver y le contamos lo que nosotros estamos investigando sería como hacer un gol en contra. Lo malo es que no estamos seguros y otra salida no tenemos.
Dylan se ofreció a llevar devuelta a Melody a su casa luego de decidir que ella iba a hablar con su madre. Él le insistió a su mejor amiga porque ya era muy tarde para que vuelva sin compañia pero ella aseguró que quería quedarse un rato conmigo a solas. No me negué ya que necesitaba hablar con ella sobre todo lo que estaba pasando.
-¿Cómo van las cosas con Dylan, entonces?- me preguntó tomando un sorbo de jugo del vaso que le había traído hacia arriba. Al final quedamos en que luego de hablar un rato pediríamos un taxi para que Mel vuelva a su casa de forma segura.
-¿Cómo tendrían que ir?- esta vez yo le pregunté y pude ver la cara de obviedad que puso luego de eso. Si tan solo supieras.