Mientras yo sigo en la misma posición aun impresionada por su beso, él se va apartando lentamente de mí hasta quedar a una distancia considerablemente lejos como para que yo pueda des tensarme.
Nos quedamos en silencio durante un par de minutos y yo repentinamente decido hacerle una pregunta.
“¿Puedo preguntarte algo?”.
“Claro, puedes preguntarme cualquier cosa”.
Antes de preguntarle, me siento en la escalera del pórtico, y él me sigue. Nos sentamos lejos uno del otro.
“¿Por qué te sentiste solo? ¿Es que acaso no tienes padres o hermanos a los cuales fastidiar?”.
La sonrisa que se formó en sus labios no le llego a los ojos.
“¿Quieres que te cuente una historia? es un poco larga pero valdrá la pena que la oigas, pero primero me tienes que prometer que no se la contaras a nadie”.
Por nuestra distancia él decidió repentinamente acercarse un poco más a mí, en cambio yo me alejé, no permitiría que me volviera a tocar de ninguna otra forma, lo que más me pareció raro era que sí, si lo quería tener cerca de mí, abrasarlo, sentir su calor y oler ese perfume que me encanta, pero me negué a esos sentimientos ridículos de amor dirigidos hacia él. Si sentía algo no se lo demostraría, por lo menos no de esa manera, y de ninguna otra.
Asentí con la cabeza, mientras le decía que se lo prometía.
Antes de que comenzara a relatar la historia de su vida la cual a mi parecer me resulta algo interesante para oír, la puerta se abrió y del interior salió mi madre.
“¿Hija que haces a esta hora afuera? vas a atrapar un resfriado de muerte con este clima”.
Ella observó el alrededor como buscando a una segunda persona.
“Creí haber oído otra voz aparte de la tuya, creo que estoy oyendo cosas”.
Cuando mi madre dijo eso yo me di cuenta que Qiang se avía ido.
Eso fue algo demasiado raro como para creerlo. Mamá ajito su mano en frente de mi rostro, pero yo no le preste atención ya que estaba analizando en mi cerebro como él había desaparecido de la nada, estaba empezando a creer que Qiang tenía súper velocidad, pero de inmediato me quite esa idea de la cabeza porque es ridículamente imposible.
“Tyana ¿Que tienes?”
Reaccioné de inmediato. Le respondí con voz baja pero segura, para que no sospechara nada.
“No te preocupes por mí, salí de la casa solo para respirar un poco y pintar el amanecer, eso es todo”
Lo que le dije no fue para nada una mentira, pero algo me decía que estaba mal ocultarle cosas a mi madre. Le mostré una sonrisa fingida solo para que no dudara o se preocupase por mí.
“Bueno lo que tú digas, de todas formas entra de una vez, o te enfermaras. Te espero”
En el momento en que entró a la casa, me despreocupé solo un poco. Fui y me acerqué al asiento blanco para agarrar mi bloc y el resto de mis cosas, ya que al fin y al cavo nunca pude empezar a pintar, lo cual me decepcionó un poco.
Cuando me alejé un poco del asiento repentinamente se me resbaló todo de las manos, y las cosas que tenía dentro del bloc de dibujo se salieron, sorprendente mente los colores no se salieron de su caja. Di un suspiro profundo y largo de fastidio, me di a mí misma una media sonrisa por el simple hecho de que me da flojera agacharme y recoger todo.
De todas formas lo hice, no podía dejarlo en el piso así como así, alguien podría pasar por aquí tropezar y caer, y yo no quería que un individúo sufriera por culpa de mí flojera. Cuando me baje para agarrar los papeles (que en realidad no eran muchos) y mi caja de colores, distinguí algo que no reconocí como mío.
Estiro mi brazo mientras agarro ese papel de color rojo carmesí, me doy cuenta de que es una carta y la reviso, no dice de quien es ni de dónde viene, lo cual me parece demasiado raro, pero de todas formas la abro.
Princesa quisiera que podamos salir algún día. Si lo deseas ven a tu escondite mañana a las cinco AM sé que es muy temprano, pero quiero contarte la historia completa, mientras vemos el amanecer.
pdt:
Me gustaría que ni tu hermana ni tu madre sepan de esto. Quisiera evitarme las molestias y la incomodidad. Ven sola. Sé que solo nos hemos visto como dos veces y me imagino que no confías en mí en este momento por la simple razón de que te dije que no le digas nada ni a tu hermana ni a tu madre. Solo por esta vez confía, toma esto como una cita a escondidas en el amanecer. Estar a solas contigo cera muy grato y hermoso. Por favor no me dejes esperándote, eso me rompería el corazón.
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Editado: 27.10.2018