Cuando abro los ojos, veo a mí alrededor, pero ya no estoy acostada en mi cama, sino parada como si nada en medio del bosque de los cerezos, por alguna razón que yo desconozco.
Sé que es este bosque en específico porque ninguno es tan hermoso y perfecto como este. Todo está iluminado por el sol tan radiante como nunca antes lo ha estado. Me imagino yo que son como las tres de la tarde, pero aunque el sol esta fuerte no hace calor, la temperatura es correcta, ni tan caliente ni tan frio. Se siente fresco, en otra palabra, el clima es perfecto.
Aunque si se piensa bien, se puede entender que esa perfección nunca la ha habido y nunca la abra, menos en un bosque. Es imposible que algo en este mundo sea tan perfecto.
En el momento una pequeña y débil voz en mi cabeza dijo que pensar de esa manera es malo, si el clima es bueno se tiene que aprovechar al máximo, y eso hago, no puedo quedarme parada cruzada de brazos como una estatua teniendo en frente un clima tan especial, así que decido empezar a caminar.
Me dirigí al camino que conduce hacia el escondite que Mine me mostro.
Cuando me acuerdo de mi gemela la sorpresa me inunda por completo, y empiezo a voltear a todos lados buscándola. Tiene que estar muy cerca, no entiendo cómo es posible que ella no esté a mi lado cuando obviamente siempre lo está. Si yo estoy parada casi en medio del bosque sin ella, eso debe significar que le pasó algo malo y tengo que salir a buscarla pronto.
¿Por dónde comienzo a buscar?
No tengo ni idea de lo que voy a hacer, lo mejor es comenzar a buscar por el escondite, así que continúo mi camino, que desde un principio lo tenía pensado hacer.
Mientras camino siento que algo o alguien me está observando, así que cuando me detengo y empiezo a voltear a todos lados para saber qué es, ese sentimiento se desvanece por completo, cuando empiezo de nuevo mi caminata vuelvo a sentir lo mismo.
Esa sensación de que me están viendo es persistente, pero como volteo y no veo a nada ni nadie sigo caminando y no le presto más atención a esa sensación, ya que puede ser cualquier animal curioso que me está observando en este instante.
Sigo con la misma sensación mientras camino, pero me relajo.
Perscibo que a mi derecha hay un movimiento detrás de unos arbustos, lo cual hace que me sobre salte. Pienso que es Mine y decido echar una miradita. Tengo dudas de si es ella, o solo un animal buscando su almuerzo, me voy acercando lentamente para ver qué es lo que hace que se mueva tanto el monte. Para mi mejor vista, aparto las ramas que me estorban; Con mi búsqueda el movimiento se detiene repentinamente y decido alejarme un poco, lo que sea que este en este lugar se quedó muy quieto esperando a que yo me vaya.
De sorpresa, una pequeña figura borrosa sale de entre las ramas y se abalanza sobre mí, empezando a rasguñarme la camiseta y mis brazos desnudos, retrocedo para intentar quitármelo, pero mi decisión de ir en retroceso es fatal ya que mi pie pisa una pequeña piedra que sale de la nada, lo cual me hace resbalar y caer al suelo, con una fuerza tan impresionante que pienso que algo se me rompió, el dolor avanza de mi trasero hasta mi columna vertebral llevando con ella una sensación muy dolorosa y desagradable, pero yo sé que no va a tardar mucho este dolor, ya que esta caída no me va a matar, solo me va a dejar malherida por horas, tal vez días.
El animal gruñe mientras me sigue rasguñando la camiseta, pero al parecer eso no le basta, porque sus pequeñas garras empiezan su trabajo asiéndome daño en el rostro.
En este momento estoy entrando en pánico, no sé qué más hacer, así que decido gritar y pedir ayuda con todo lo que puedan dar mis cuerdas vocales, pero por alguna razón no puedo articular ningún grito. No lo entiendo, puedo hablar pero no gritar, empiezo a creer que esto es solo una pesadilla muy realista, pero es dudoso ya que cuando me caí sentí mucho dolor y eso es un signo de que todo esto me está pasando de verdad.
El no poder gritar hace que me adentre más en el miedo que me está carcomiendo por dentro.
Intento agarrar el pequeño cuerpo de mí atacante.
Cuando acerco la mano para agarrar al animal se da cuenta, y me muerde inesperadamente, esa es una de las peores decisiones que pude haber tomado, pero no puedo hacer más nada, se me están agotando las opciones.
Cuando me mordió no sentí ningún rastro de dolor, y yo sé que es exactamente por tanta adrenalina corriendo por mi cuerpo.
Me doy cuenta que algo cálido se está resbalando por la palma de mi mano, eso me da a entender, que es mi propia sangre, pero prestarle atención a eso no es algo de gran ayuda, así que me concentré en poder quitarme a este estúpido animal de encima.
Estiro la mano para agarrarlo, pero fallo nuevamente y termina mordiéndome otra vez, siento de nuevo que me corre sangre, pero esta vez es aún más que antes.
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Editado: 27.10.2018