Asustada pelo los ojos mientras me levanto aun sentada con una mano en mi corazón.
¿En dónde estoy?
Mientras me intento ubicar exactamente en el lugar en el que estoy, intento controlar mi respiración rápida y nerviosa.
Mi corazón late tan rápido que siento como si se me fuese a salir. Respiro hondo, y hago un esfuerzo para tranquilizar los acelerados latidos de mi corazón antes de que me dé un infarto.
Miro a mí alrededor. Me toma unos cuantos segundos darme cuenta que estoy en la habitación que comparto con Mine.
Nuevamente respiro hondo pero esta vez más pesadamente y, con un toque de calma.
Pero, ¿cómo es posible que este viva? Pensé que avía muerto. Aunque solo haya sido una simple pesadilla se sintió tan real mi muerte, y la tortura que me hicieron fue demasiado dolorosa, ¿Cómo puede ser posible que una pesadilla se sienta tan real? ¿Y este dolor en mi corazón? Todavía siento como ese chico (ese personaje de mi sueño llamado Xen) me entierra ese cuchillo en el corazón. Y mis muñecas y cuello, ¿que con eso?
Cuando me acuerdo de las cadenas que pusieron en mis muñecas (las cuales me infligieron mucho dolor) rápidamente las miro, y noto que mi reloj no está, pero no le presto atención a eso, verifico si en mi piel hay algún rastro de rotura o piel roja.
No hay nada, todo está tan normal como siempre, nada de qué preocuparse, y la mordida de ese animal, tampoco está.
No he visto mi cuello, así que tal vez puedo encontrar alguna marca o piel roja, de esa manera tendré alguna pista para hacerme entender a mí misma de que, todo esto que me avía pasado en esa “supuesta pesadilla” era real o tal vez no. Si mi cuello no tiene nada eso, significaba que ese tal sueño de alguna manera no me lastimo, que tan solo fue un producto de mi imaginación. Tal vez mi cerebro se encargó de que toda la pesadilla se viera y se sintiera real, tan real, que hasta se pudiera sentir daños físicos.
Veo mi regazo, noto que tengo encima mi cobija de lana roja que tanto me gusta usar, me la quito y la pongo a un lado de la cama, me levanto lenta y tranquilamente solo para no marearme o algo parecido, camino directo hacia el baño para verme en el espejo.
Miro la cama de mi gemela, pero ella no se encuentra hay, me imagino que tal vez, es posible que ella se hubiese despertado de nuevo por esa loca pesadilla, también está la posibilidad de que se despertara por nada y estuviera viendo TV o asiéndose algo de comida.
Veo hacía una de las ventanas del cuarto y como las cortinas están recogidas tengo la oportunidad de notar que está amaneciendo, me pregunto qué hora es, por costumbre, veo mi muñeca para verificar en mi reloj qué hora es, pero me acuerdo inmediatamente que no está. Por mi mente pasa la idea de que en mi sueño el animal psicópata al parecer me lo arranco y yo no me di cuenta, pero eso no tiene nada que ver con que no tenga mi reloj puesto, tal vez yo misma me lo quite antes de dormirme la noche anterior, o tal vez mi madre o hermana me lo pudieron haber quitado mientras yo dormía para que no lo dañara con el movimiento inconsciente que hago al dormir.
Me olvido del tema por un momento y me concentro en ir a verme el cuello.
Llego hacia la puerta del baño, la abro y, ya que afortunadamente para mí no hay nadie adentro me despreocupo y sigo mi camino. Cierro la puerta, después la tranco con seguro para que nadie pueda molestarme, me doy la vuelta y me miro el rostro en el espejo.
Hora de la verdad
Con una mano aparto mi cabello para poder verme el cuello. Primero me miro un lado, noto que toda mi piel esta normal. Me destenso solo un poco, me volteo, y con mucho suspenso me veo el otro lado del cuello, lentamente poso mi vista hasta dónde puedo alcanzar, pero no veo nada, absolutamente nada, ni la más mínima marca o piel roja, la despreocupación me invade, lo cual hace que los músculos de mis piernas se aflojen y no puedan ser capases de soportar el peso de mi cuerpo.
Camino unos cuantos pasos hacia atrás, viéndome aun en el espejo, siento como mi espalda pega delicadamente de la puerta del baño, me deslizo lentamente por la misma y siento como mi trasero toca el piso de cerámica.
Doy un suspiro profundo y largo de tranquilidad, repentinamente mi cerebro comienza a pensar mil y un cosas al mismo tiempo, sobre ¿por qué sentí tanto dolor en ese sueño? o ¿porque mi hermana se comportó de esa manera? y muchas otras cosas, no tengo control sobre mis pensamientos.
Lo único que se me ocurre para dejar de pensar tanto es pararme, salir del baño, actuar como si nada hubiese pasado enfrenté de mi madre y hermana y, olvidar absolutamente todo lo que soñé. Hasta tal vez todavía tengo tiempo para ir a la cita a la cual Qiang me avía dicho que fuera, pero que va, después de la pesadilla que tuve toda la noche no quiero seguir viendo a ese chico del bosque, me preocupa que el de verdad sea tan malo como en mi sueño.
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Editado: 27.10.2018