Green Eyes

Capítulo 12

Habían pasado 3 meses exactamente desde que las clases habían concluído. 3 meses desde que había recuperado mi tranquilidad. Ya no más escondites, ya no más huídas..., al fin podía estar en un lugar sin ser acorralada o en modo alerta cada vez que me movía de un lugar a otro. 

—Hija, la preparatoria a la que irás está cerca de un centro comercial. Así que en cada receso podrás ir a comer y conocer el lugar, ¿no es genial?

Anuncia mi madre llena de ilusión en sus ojos. Si era verdad que a ella le encantaba la idea de que su hija esté en la preparatoria, también lo era el hecho de que podría iniciar de cero y conocer nuevos mundos, o eso creía ella. Me limito a asentir y darle mi mejor sonrisa, pero más que eso, parecía una mueca.

—Me alegra saber que estás en un buen lugar. También vi que esta escuela tiene un estricto programa de idiomas, en los que resalta el Francés y el Inglés. Claramente tomarás inglés. 

Dice mientras pasaba las hojas con tranquilidad. Supongo que no está mal que me guíe porque no sé qué hacer por el momento. Asiento un poco en cuanto sus ojos se posan sobre mi rostro. Suspiro lo más bajo posible mientras la veo levantarse por un café.

—Regina me ha dicho que su hija, Martha, está estudiando ahí. Obviamente es un año mayor que tú, pero apuesto a que se llevarán bien.

Tampoco dejaré que te hagas de mi vida, pienso. Recargo mi cabeza sobre mi mano izquierda siguiéndola con la mirada mientras hablaba animadamente. Estás más emocionada que yo madre. Niego mentalmente y fijo mi vista en mi café. Con que Martha..., nunca me llevé del todo con ella porque siempre fue más...um..., ¿rosa?

—Anda jane, ve abrir.

Asiento un poco y camino hacia la puerta principal. Al abrir fijo mi mirada en una caja que fue extendída directamente hacia mí.Frunzo el seño y la recibo sin preguntar.

—¿Señorita Damore?

Levanto levemente mi labio superior mostrando disgusto al escuchar mi apellido. Otro motivo más para ser hecha mierda en la escuela.

—¿Quién es hija?

Salto en mi lugar en cuanto la escucho preguntar desde la cocina. Volteo a ver al chico y este se tensa al notarme molesta. Sin palabra alguna se apura a extender una hoja y una pluma indicándome rápidamente donde firmar. Ya hecho se retira sin mirar atrás mientras murmuraba un lo siento. A decir verdad, él no había hecho nada malo, no es como si me hubiera elegido el estúpido apellido, pero me agrada la manera en que salió huyendo. Sonrío un poco y me apresuro a llegar a mi cuarto para después regresar con mi madre.

—Testigos.

Murmuro quitándole importancia al asunto. Ella asiente extendiéndo su teléfono para mostrarme una foto.

—Ella es Martha.

Asiento bebiendo mi café sin quitarle la mirada a la foto. ¿Qué pretendes madre?, parece como si me estuvieran asignando una misión para acabar con alguien. Sonrío internamente mientras me dirijo hacia el lavabo para limpiar mi taza. Giro sobre mis talones una vez ya terminado y me dirijo a mi cuarti sin antes avisarle a mi madre.

—¿Firme sin leer? Pareces principiantes estúpida Jane. 

Nuca había recibido algo por el estilo, pero era la regla básica a la cual me sujetaba con tanta fuerza: "Leer antes de firmar cualquier cosa". Ruedo los ojos mientras le quito el masquin leyendo la nota, que estaba en inglés, sin entender absolutamente nada. Al quitarle el último pedazo del papel blanco me percato de una parte que decía Name y trato de leer el nombre, pero la letra era una mierda. ¿Quién carajos me enviaría algo? Tiene que ser alguien que me conozca lo suficiente para tutearme a este nivel. Al abrir la caja me percato de lo que había adentro, una bufanda, solo eso. Enarco una ceja al verla llena de pelusa y gastada. 

—Quien me esté haciendo una jodida broma está firmando su carta de salida..., de la vida.

Saco la prenda y la dejo sobre el piso mientras veo si había más, y si. En el fondo había un moño amarillo hecho de tela, y a su lado, una nota. Tomo el pequeño moño amarillo sientiendo como el sudor se empezaba a acumular en mis manos y frente. Temblorosamente meto la mano en la caja para tomar la nota y la volteo para ver lo que decía. Y solo eso, solo fue una frase para mandarme al piso temblando y al borde de la rabia. Tomo la nota y la parto por la mitad, tomo el moño para tirarlo a la basura, y antes de hacer lo mismo con la bufanda un olor muy familiar se filtra a mi nariz provocando un escalofríos en todo mi cuerpo.

—Eres un hijo de perra. Me lleva la...

Antes de terminar escucho a mi madre llamarme desde la cocina y sin pensarlo salgo del lugar hecha un recipiente de ira.

Solo una frase destrozó mi día, solo una...

 

"Mi pequeña Jane, te extraño".



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En el texto hay: el primer amor, infinito, puro

Editado: 23.03.2020

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