Mí ritmo cardíaco es rápido, estoy perdiendo el aliento solo de imaginar que yo también seré una de sus víctimas. Mí cuerpo tiembla a causa del miedo que corre por mis venas.
-Ay, Gianna te lo advertí, te advertí que no te acercarás a mí- expresa poniéndose de pie.
Trago saliva nerviosa tras ver como se asoma a mí. Intento esconder mí miedo detras de una mirada fría, Pero es en vano, mí cuerpo tembloroso me delata. El pánico aumenta aún más cuando lo veo sonreír de manera retorcida, sádica, como si la situación le divirtiera. El se posiciona muy cerca de mí, está tan próximo a mí que solo basta un ligero movimiento para tomar mí cuello, al cual le dan un ágil apretón que casi no me deja respirar. Luego a próxima su rostro a mí oreja y con voz ronca susurra
- Me gustaría hacerte daño, escucharte gritar-admite presionando más fuerte que antes.
-Pero no lastimo inocentes.-el me suelta yo vuelvo a recuperar el aliento tomando grandes bocanada de aire.
-Estás demente-chillo asustada y confusa- ¿Que me vas a hacer? ¿ Vas a matarme?- pregunté con voz tempblorosa
-Ya te lo he dicho, No lastimo inocentes-declara paseando unos de sus dedos por el filo del cuchillo.-solo te pediré que guardes el secreto .
-¿Y qué sucede si no quiero hacerlo?-pregunto desafiante
-sufrirás las consecuencias- contesta para luego voltear y caminar hacia su víctima.- Y creéme a ningúno de los dos le gustaría eso
-Dijiste que no asesinas inocentes.- contraataco
-¿Y quién hablo de asesinar?- cuestiona con voz seria- Hay millones de de manera de hacerte daño, sin tener que matarte-
-¿Por qué haces esto?- cuestione con curiosidad
-No tengo que responderte nada - confiensa en tono tranquilo arrodillandose delante del cuerpo inerte, luego clava el cuchillo en la tierra
De pronto el sonido de una sirena policial interrumpe nuestra conversación. El suelta una especie de maldición que no puedo entender. toma el cuchillo clavado en la tierra. Yo no me imuto en lo absoluto, a causa del pánico. El sonido es cada vez más fuerte. Lo que aumentaba la posiblidad de ser descubiertos.
-Ayúdame- pide el, pero su tono pareció más una orden
- Esto no es mí problema - declaro con voz tranquila.
-Bien, entoces creo que ambos iremos a la cárcel- suelta el arma dejándola a su lado- Espero que se te dé bien defenderte sola, porque una muñequita como tu sería carne fresca allí adentro.- su ojos se clavan en mi esperando una respuesta.
La mezcla de su mirada con el sonido de la sirena marcan la presión perfecta, que me llama a querer tomar una decisión presipitada, aún cuando tengo sentimientos encontrados, por un lado tenía mí moral la cual exigía que huyera, mientras por otro lado el miedo y mí curiosidad pedían que me quedase. Inhalo profundamente procurando tomar una elección correcta de manera calculadora y fría.
Daren es más alto, ágil y posee más resistencia física que yo, lo que le da una ventaja insuperable sobre mí. En estos momentos Maldigo mentalmente, el hecho de no tener hábitos de ejercitarme a diario . De cualquier manera si logro escapar el no tardaría mucho en encontrarme, después de todo. Vivímos en Faye. Un pueblito muy pequeño, alejado de las demás ciudades, no hay caminos definidos y con suerte poseemos dos que tres calles principales con asfalto, no tenemos grandes edificios y es mas un pueblo para hacer turismo de fin de semana, que para vivir.
—Está bien. Te ayudaré - afirmo rendida, puesto que no tenía mucha elección. El desabrocha la camisa del cadáver y procede a hacer una incisión
- Busca alguna piedras para sumar peso y así lograr que el cuerpo se hunda- explica colocando la primera pieza dentro del hombre.
Si objetar palabra comienzo mi labor mí labor de recolección y entrega para el chico quien las coloca dentro de la víctima aplastado o incluso quebrando algunos órganos para poder facilitar el trabajo. Una vez que el azabache cree que suficiente comienza a abotonar la prenda del hombre, ocultando la gran herida
—Toma de sus manos lo podremos en el agua- dictamina el con tranquilidad.
Nuevamente sin decir nada tomo de ambos brazos del sujeto y elevo su torso de la cintura para arriba, Daren lo tomo de las piernas e imita mí acción.
A la hora de trasladar el cuerpo nos enfrentamos a grandes dificultades, el primero obtaculo fue pasar el cuerpo en los espacios estrechos que había entre los árboles del círculo. El segundo fue intentar mover el cuerpo de manera rápida al agua, porque el cuerpo inerte pesaba demasiado, sin embargo después de un arduo trabajo logramos nuestro objetivo.
Ahora nos encontramos sentados. Uno junto otro cerca de orilla del agua, descansando. Hasta que Daren decidió ponerse de pié, y caminar hacia el agua.
—¿Qué hacés?— pregunto con tranquilidad.
—Voy a darme un baño. No es obvio— responde ya en el agua.
Daren se quita la camiseta dejando expuesto su torso el cual a pesar de no tener grandes músculos se ve tonificado y trabajado. Abro los ojos sorprendida ante la imagen del chico, jamás pensé que Daren tuviera un cuerpo escultural, encondido bajo esas camisetas anchas y oscuras.
Me muerdo el labio inferior nerviosa al verlo sumergirse en el agua fría, para luego notar como vuelve al superficie moviendo su Cabello para que este se secara con mayor facilidad. Siento mí cuerpo acalorado al notar como unas gotas de agua rebalaban por su cuerpo semi desnudo.
—Oye suicida, ya puedes dejar de mirarme si quieres— dice en tono burlón
Ante el comentario rodo los ojos furiosa, pero no con el, sino conmigo misma. Soy una tonta primero soy arrastrada por el, a ser cómplice de un asesinato y ahora permito que su cuerpo semi desnudo despierte excitación en mí.
Maldición, Gianna se supone que el es asesino....manten tu maldita cabeza fria— me reprocho mentalmente.
Me volteo y comienzo a caminar en dirección al colegio, sin embargo su agarre en mí muñeca hace detenerme, giro mí rostro encontrándome con esos ojos azules grisáceo, que de alguna modo logran desestabilizar mí barrera de hielo y ponerme nerviosa