Capítulo 1

Narra Madison

Siempre me ha gustado viajar aunque no lo haga a menudo y, más desde ese día; esa emoción y plena felicidad que sentía cuando vivía nuevas aventuras, conocía nuevos lugares y sentir las mariposas en el estómago no se compara con nada en el mundo.

_Veuillez attacher vos ceintures dans quelques minutes nous atterrirons (por favor abróchense los cinturones de seguridad, en unos minutos estaremos aterrizando).

Al escuchar la voz de la azafata salgo de mis pensamientos y hago lo que pide mientras guardo mi libro, unos minutos después el avión estaba aterrizando en suelo belgano. Después de cumplir las formalidades relativas al control de frontera, me dirijo a la sala de equipajes por mis maletas.Ya con todas mis cosas en mano, trato de movilizarme y buscar a mi abuela entre el mar de personas, sin mucho exito.

Cuando me percato que no tengo ni idea de donde estoy y que ahora mi misión está más difícil, tómo la decisión más sabia del día y decido sentarme. Ubico el banco más cercano y me siento mientras saco mi libro nuevamente y continuo por donde me quede. Luego de unos minutos de espera, siento como si alguien me estuviera observando, al levantar el rostro observo hacia todos los lados hasta que doy con el responsable. A lo lejos veo un hombre como de unos treinta, alto,con barba, cabello castaño claro, y ropa casual.

Este al notar que lo estoy observando camina hacia mí con paso rápido, lo que me hace poner alerta, me paro abruptamente del banco mientras me preparo para gritar, correr o golpearlo en el peor de los casos.

_Bonjour Mademoiselle (Buenos días señorita)

_Bonjour_ le respondo con recelo

_C'est toi Madison, n'est-ce pas? (Es usted Madison, ¿no es cierto?)

Mientras me debato entre si confirmarle o no mi identidad a un extraño, este se percata de mi indecisión por lo que decide continuar hablando si esperar repuesta.

_Claro que eres Madison, eres idéntica a tu abuela_ este al ver mi desconcierto agrega_ Oh, perdona mi falta de modales, mucho gusto mi nombre es Thomás, tu abuela me envió a recogerte porque ella estaba resolviendo unos pendientes y se le hizo tarde para venir.

_Ah, claro mucho gusto_ le respondo mientras estrecho su mano.

_ Bueno, vamonos que se nos hará tarde para comer_ asiento en silencio mientras me ayuda con las maletas.

Luego de pasar por  un par de pasillo, logro distinguir la entrada del aereopuerto, una vez pasamos las grandes puertas de cristal, el señor Thómas camina un poco más hasta llegar a un bonito Renault Steway rojo, lo trato de ayudar a guardar las maletas a lo que este se niega, por lo que entro en el auto seguida casi de inmediato por él.

_Entonces eres de New Your_ dice mientras empieza a conducir.

_ Sí, mi papá es de allá.

_Tú abuela habla mucho de ti y de tu mamá, las extraña mucho.

_ Lo imagino.

Tras esa charla nos mantenemos en un agradable silencio que solo dura unos 10 min ya que el señor Thomás comienza a hablar otra vez, a lo que yo lo escuchaba atentamente y solo le respondía en ocasiones precisa y con monosílabos.

A lo largo del camino note que el señor Thomás era muy amable y conversador, me habló mucho de la abuela y del pueblo donde viven; este está ubicado en la región de Ardenas en Bélgica, es una región muy grande tanto así que abarca 3 países Luxemburgo, Francia y Bélgica. Me contó que a pesar de su atractivo esta región está escasamente poblada y dichas poblaciones están separadas por grandes bosques, por esto en el camino solo pude ver un frondoso bosque tan hermoso e imponente como la naturaleza misma.

_ Sabías que la región de Ardenas  fue utilizada por Hitler en la segunda guerra mundial para conquistar Francia_ Niego con la cabeza, por lo que él continua_ En un intento por cambiar el curso de la guerra Hitler con 300.000 soldados, 1.800 tanques y 2.400 aviones ataco a Francia por este paso. Esta fue una de las batallas más sangrientas de la guerra, y uno de los peores fracasos de Hitler, 4 meses después Hitler se suicido poniendo fin a la guerra.

Tras finalizar su relato me sorprendo un poco ya que mi conocimiento sobre la guerras mundiales no era el más extenso, sin embargo saber esto me pone a reflexionar de hasta donde puede llegar el hombre por conseguir lo que quiere.

El continua hablando sobre las ventajas de la región especialmente para la economía, sus pobladores y las costumbres de estos. Mientras lo escucho a la vez que miro por la ventana, noto que nos desviamos por un caminito estrecho y pedregoso, en ambos laterales la vegetación es más espesa y casi no se distingue nada más allá de arboles y algunas flores. Luego de unos minutos logro ver al final del camino una casa.

Mientras más nos acercamos a mi mente vienen recuerdos de las vacaciones en la Ethan y yo veníamos a visitar a nuestros abuelos, estos recuerdos  son un poco difusos pues ocurrieron hace muchísimos años, tantos que ni siquiera recuerdo la última vez que vine, supongo que estaba muy pequeña, pero por lo poco que recuerdo sé que ese tiempo fue el más feliz de mi vida, siempre jugabamos con los abuelos, híbamos al bosque y allí había un pequeño arroyo donde alimentabamos a los peces, los abuelos en las noches nos leían libros y nos contaban muchos historias, haciamos fogatas e incluso recuerdo que teníamos una amiga.

Al llegar nos estacionamos frente a una casa de dos plantas muy hermosa de piedra, está rodeada por lianas y flores de color rosa oscuro que le da un toque natural pero a la vez auténtico. Mientras ayudo al señor Thomás a sacar mis maletas, escucho la puerta abrirse y por ella sale mi abuela apresurada con una gran sonrisa en su rostro.

_Madison, mi niña pero qué grande estás_ me dice mientras me estrecha fuertemente entre sus brazos.