Guardianes: Los héroes aztecas.

EPILOGO

Malek

Abro los ojos estaba en el cuarto del conserje de la escuela publica a la que asistía, tenía todo el cuerpo adolorido, una escoba estaba en mi espalda. La puerta se abre dejando ver a la orientadora, su cabello ondulado cae por sus hombros y sus grandes gafas dejan ver su mirada molesta.

—¿Te volviste a pelear? — Me pregunta dándome la mano, y es cuando la sostengo que el recuerdo de todo golpea mi mente, haciendo que las lagrimas caigan por todo mi rostro —. ¿Malek?

Ella llama al entrenador y me sacan del cuarto, la orientadora me lleva a su oficina para tratar de calmarme, saco mi celular y la foto de ella estaba de fondo de pantalla, no había sido un sueño, todos los recuerdos de fotos seguían en su lugar con otra fecha, y es cuando la orientadora mira.

—Ay dios… ¿La conocías? — Me pregunta con lastima —. Lo siento tanto Malek.

—Ella era mi novia… — Ella rompe la taza al darse cuenta de la situación, me abraza para ayudarme, pero no servía, no servía nada.

—¿Malek? — Pregunta una de mis compañeras, con mis cosas. El aire comienza a irse, sintiendo una presión extraña en mi pecho, ese día se convierte en uno de los peores pero al mismo tiempo un día que no recuerdo por el hecho de que es difícil de procesar.

Estaba delante de la tumba de Adeline, su madre mando a hacer una placa color negra con letras doradas donde dice:

“Aquí descansa ADELINE JANE ALLEN valiosa hija, amiga, hermana y novia”

Me quito el casco, mientras del compartimiento de la moto saco el ramo de rosas amarillas especial para ella, las pongo en el centro, mientras me acerco a besar la tumba de ella. Si hubiera sabido que la última vez que la besaría fue de esa manera hubiera tratado de hacer que fueran más especial de que sus besos quedaran marcados en mí.

—No se donde estes ahora… e incluso no se si podrás ver todo lo que lograste… — Las lagrimas comienzan a generar problemas en mi garganta —. Demonios te necesito tanto… Estoy luchando con todas mis malditas fuerzas en no traerte de vuelta, en no buscar venganza en cumplir la promesa que te hice…

Limpio mis lagrimas mientras miro al cielo.

—Te voy a extrañar por el resto de mi vida y eso me va a destruir, me va a destruir amar tanto tu recuerdo…

—Eso fue bastante hermoso — Me dice mi orientadora, detrás de mí, ella deja un ramo de rosas azules —. Siempre pensé que eras un chico solitario. ¿Por qué jamás mencionaste que tenías novia?

—Por que no lo recordaba — Ella no parece entender y pone su mano en mi hombro, dándome apoyo —. No podre regresar a la escuela en un tiempo.

—¿Y que hay de la uni? — Me pregunta mientras camino hacia la moto. Mi hermana me marca y voy hacia ella, para ver la carta que Adeline me dejo.

Compartiría la carta, pero no ganaría nada con hacerlo, lo leo lleno de tristeza, pero me dio la fuerza para seguir adelante. Los años pasaron y no había podido olvidarla, en mi seguía los recuerdos de ella.

—Profesor Farid — Habla una de mis alumnas mientras jalo la manga de mi camisa para ocultar los tatuajes que me había estado haciendo con el tiempo —. Me preguntaba si me podría apoyar con el estudio para entrar a la universidad.

—Me encantaría, pero hoy no puedo, mi sobrina acaba de nacer y no está el estúpido de mi cuñado pero si quieres apúntate en esta lista — Se la entrego y ella le pasa sus libros a su amiga, para anotarse el nombre “Jane” me hace sonreír.

En los años que llevaba de maestro muy rara vez me encontraba con estos nombres, me iba a subir a la moto, pero recibo una llamada.

—Mamá ¿Todo bien? — Contesto mientras me despido de los alumnos.

—¿Ya vienes para acá? Tu hermana te necesita — Me dice la señora Mercy, ella se había hecho cargo de nosotros tras la muerte de Adeline. Mentiría si digo que ella estaba bien, nunca pudo superar la muerte de ella y todo su miedo lo vaso en proteger a Robert, el amaba las historias de su hermana.

Pero pensaba que eran mentira, nadie creyó la verdad jamás de que Adeline Allen en verdad salvo al mundo, pero ahora ella quedo escrito en un libro, en el libro de Dylan.

Entro a la habitación para ver a Dylan sostener a mi sobrina, Malak estaba recostada con los ojos cerrados, el lucía contento, y me deja verla.

—Cuanto tiempo… — Me dice en voz baja.

—Hola… — Nuestra relación no era la mejor, pero ella había traído al mundo a esta pequeña cosa, el me ayuda a ponerla en mis brazos.

—Se llama Atira Jane Maison… — “Jane” Otra vez sonrió.

—Ella te va a matar — Señalo a mi hermana, quien comienza a despertar. Me sentía mejor, el vacío se estaba llenando poco a poco, Owen entra sonriendo con algo para la bebé, todos estábamos reuniendo, Noah y Diane no tardarían en llegar ellos eran dueños de la tienda, Albert y Nathan vivían a unas cuantas ciudades, y los demás tenían su vida, todos habíamos madurado y tenido éxito en nuestra vida, me gustaría decir que no hubieron más aventuras, pero estaría mintiendo, esto acaba de iniciar…




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