Guerra de Dioses Vol. 1 (el Guardián de los Mundos)

Capitulo 2 (El Otro Lado)

CAPITULO 2

El Otro Lado.

 

L

ux corrió de su departamento como cuando era niño, lleno de furia y tristeza a la vez, una fuerte lluvia comenzó a caer en todo el poblado y el solo corría sobre los grandes pozos de agua que comenzaban a formarse por todas las calles. Después de sentirse agotado decidió parar en un parque cercano, se sentó en un solitario y frio banco debajo de un farol al que le faltaba una luz, la lluvia seguía cayendo sobre él tan fuerte que sentía que las gotas lo golpeaban como castigo a las fuertes palabras que minutos atrás le había gritado a su familia.

Lux lloraba sentado solo en aquel parque, pensando en todo lo que había dicho, en realidad a su abuela no le hubiese gustado oírlo hablar de esa manera, y justo en ese momento comenzó a recordar todo lo que le dijo aquella noche.

--¿Guardián de los mundos?, ¿cumplir con mi destino?, ¡realmente la abuela no sabía lo que decía!—

Un joven que pasaba por el parque con un paraguas miro a Lux en el banco y se le acerco. ¡Oye amigo, creo que debes buscar un refugio la tormenta esta por empeorar!, ¿o acaso crees que te secaras ahí sentado?—

--¡Sigue tu camino y déjame en paz!, ¡Y si creo que aquí me voy a secar!—Le contesto de manera grosera y sarcástica a aquel joven que solo le daba un consejo. Pero justo después de eso Lux sintió que su piel comenzaba a calentarse y noto que tanto su piel, su cabello y sus ropas estaban completamente secas aun cuando seguía lloviendo torrencialmente.

Se levantó bruscamente del banco asustado e impresionado por lo que ocurría, como podía estar seco si estaba lloviendo a cantaros, las gotas de lluvia tocaban su cuerpo pero ninguna lo mojaba, era algo extraño, era como un sueño.

--¡Eso es, esto es un sueño, debí quedarme dormido en este banco!—Decía Lux sorprendido volviéndose a sentar.

La brisa comenzó a soplar más fuerte, truenos se escuchaban en el cielo y los relámpagos destellaban en él. Se pellizcaba para cerciorarse si soñaba o no, dándose cuenta que estaba bien despierto. Pero que estaba sucediendo, su cabeza quería explotar, ideas, pensamientos, voces, no sabía que pasaba y pensó en lo que el joven le había dicho, el chico le pregunto si él creía que se secaría ahí y él le respondió que si creía.

No era posible que sus palabras se habían vuelto realidad, Lux estaba a punto de enloquecer y por un segundo pensó en su abuela, tal vez todo lo que le había dicho no era del todo una locura, ella siempre le repetía que si él creía que algo existía pues entonces existía. Tal vez el cansancio lo estaba haciendo alucinar, justo entonces un fuerte viento empezó a soplar, una brisa tan fuerte que las gotas de lluvia parecían una cortina de agua que no dejaba ver más allá de las afueras del parque. El bombillo del farol estallo en cientos de pedazos y el grueso tubo se desprendió del suelo cayendo sobre el banco donde estaba Lux quien no vio venir aquel poste que cayó sobre su cuerpo aprisionándole las piernas sin que pudiese moverse.

--¡Rayos!, ¡esto pesa mucho!, ¡AUXILIO!— Clamaba con fuerza Lux sin que nadie lo oyera. ¡Le hubiese hecho caso a aquel chico, no debí ser grosero, parece que mi abuela me está castigando!—

Con la caída, el medallón de Lux se desprendió de su cuello cayendo a un lado de él, los destellos de los relámpagos hacían que la Triqueta brillara como nunca antes, el trataba de estirarse para alcanzar el regalo que Mina le había obsequiado, cuando la voz de su abuela sonó en su cabeza repitiéndole que creyera en el mismo. La tormenta era más recia y un rayo cayó en un árbol que estaba cerca de Lux haciendo que el tronco del árbol se quebrara; Lux voltea la mirada y ve como el árbol esta por romperse y caer sobre él, si no logra quitarse el farol de sus piernas el árbol lo aplastaría, pero en vez de mover aquel pesado poste Lux solo se estira para intentar tomar su medallón. Las yemas de sus dedos rozaban aquellas lunas plateadas pero no las alcanzaban, el sonido del árbol quebrándose desesperaba a Lux, en su mente aun oía a su abuela, y llorando se estiraba más y más para alcanzar su tesoro, sentía como sus dedos se estiraban con tanta fuerza como si se desprendieran de su mano, el tubo sobre él parecía estar más pesado y la visión de la rama a punto de aplastarlo lo desesperaba aún más, sin rendirse para alcanzar su medallón hizo todo el esfuerzo que su cuerpo le permitía, gritaba de desesperación e impotencia, cuando de pronto sus ojos destellaron ese color purpura que solo Mina había visto, logro tocar su Triqueta y justo en ese mismo instante fue aplastado por el gran árbol.

Como si de un sueño profundo despertara, como si desde la más oscura penumbra saliera Lux abría sus ojos los cuales eran cegados por los más fuertes y brillantes rayos de sol. Como sus brazos y piernas se lo permitieron el hombre se levantó del suelo, todo le daba vueltas, aquella gran rama de ese árbol casi lo mata, pero algo no andaba bien, la visión de Lux era un poco borrosa pero aun así podía distinguir el paisaje que veía, una larga pradera con un fino pasto tan verde y limpio que parecía recién emergido de la tierra se extendía en el suelo donde el confundido y desorientado hombre daba tumbos mientras una jaqueca tan intensa como una cincelada en el medio de la frente, no lo dejaba pensar claramente.




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