CAPITULO 3
La llegada de los Rayos.
N
o podía creer el nombre que había escuchado, su mirada y su respiración se detuvieron, no podía ser coincidencia que aquella joven que años atrás había estado en ese lugar fuese su abuela. Lux se levanta nuevamente de la mesa y se aparta un poco del anciano y su nieta.
--¿Qué te ocurre?— Dice la joven Jana levantándose de la mesa también.
--¡Anastasia, así se llamaba mi abuela, durante muchos años ella me contaba historias mágicas, historias cargadas de criaturas que solo pudieron haber salido de una imaginación tan pura como la de ella, pero al estar aquí, al escucharlos, ya no estoy seguro de que esto sea un sueño, quizás todas las cosas que mi abuela me conto durante mi niñez sean ciertas, tal vez sean las vivencias de ella en estas tierras… no puedo creer lo que estoy diciendo!—
--¡Así es, es posible que seas el nieto de mi gran amiga Anastasia, una humana de la Tierra que viajaba hasta nuestro mundo, ella era la Guardiana!—
--¿Guardiana?, ¡ella me llamo Guardián de los Mundos, pensé que solo eran delirios de una anciana!—
Jacob se acercó al joven confundido, camino lentamente apoyándose con un bastón y poso su brazo sobre el hombro del chico. Lux ya estaba haciéndose la idea de que no era un sueño y realmente había viajado a otro mundo, un mundo mágico. Miro a ambos seres y se sentó en el suelo, no creía lo que estaba pasando, su vida, su apariencia, todo había cambiado, su abuela tenía razón y todo lo que él creía y conocía como ficción se estaba manifestado en todo un mundo.
La gatita se acercó a Lux y se subió hasta su hombro, lo miro y le lamio la mejilla, era su manera de agradecerle que la salvara y después de eso el sonrió y le rasco detrás de las orejas.
--¡Toma, bebe jugo de Glaceberrys, es dulce!—Decía Jana pasándole otra copa del extraño jugo azul a Lux.
El anciano y su nieta sabían que el joven estaba temeroso y confundido, que a pesar de decir que tenía 30 años el viaje hasta ese mundo lo había vuelto más joven, estaba preocupado por su familia y por como volvería a su mundo, pero primero debían descubrir cómo y porque había llegado a Carema.
--¿Cómo te llamas?—
--¡Soy Luxioj Nódnor, pero mis amigos me conocen como Lux!—
--¡Bueno joven Luxioj, explícanos!, ¿cómo llegaste a este lugar, que recuerdas antes de despertar en nuestro mundo?—
Lux sabia que contarle la verdad a unos desconocidos no era lo correcto, el era un hombre adulto atrapado en aquella apariencia juvenil, si estuviera en otra circunstancia mentiría y se reservaría la verdad, pero algo había en aquel anciano y su nieta que le brindaba entera confianza. --¡Bueno recuerdo que discutí con mi esposa Mina y maltrate a mis hijos, era algo que nunca antes había hecho, salí de casa con una mezcla de sentimientos, tristeza, rabia y angustia, llovía a cantaros y fui a un parque cercano, un señor paso a mi lado y también le conteste mal, después de eso mi ropa estaba totalmente seca bajo aquella torrencial lluvia, un poste metálico cayó sobre mí y luego un rayo tumbo una rama de un árbol que me aplasto, cuando desperté ya estaba en esa pradera donde poco después escuche el rio a donde caí por rescatar a esta pequeña gatita!—
--¿Pero algo distinto tuviste que hacer para que tus poderes como guardián te trajeran aquí?—Decía Jacob interrumpiendo el relato de Lux.
--¿Algo distinto?, ¡no, solo pensaba en mi abuela, en mis hijos, en Mina y en alcanzar mi Tri… queta!, ¿Dónde está?, ¿Dónde está mi Triqueta?—
Lux se paró de sopetón, y comenzó a tocarse el cuello y a revisarse los ropajes, corrió de nuevo a la habitación y tomo su ropa que estaba seca y doblada a un lado de la cama, la tomo y busco en ella su collar, pero no lo encontró.
--¿Qué estás buscando Lux?—
--¿Dónde está mi collar, donde esta?—Le exigía Lux a Jana tomándola fuertemente del brazo.
--¡Suelta a mi nieta Lux, no sabemos de qué objeto hablas, cuando te saque del rio no llevabas nada en tu cuello!—Decía Jacob algo firme y molesto.
--¡No lo entienden, ese es mi más grande tesoro, es un collar que me regalo Mina, jamás me lo he quitado, antes de que me cayera la rama del árbol mi Triqueta se me había caído del cuello, estaba atrapado y me estire hasta tocarla, y justo cuando la toque el árbol me aplasto, no puedo perder mi talismán, es parte de mí, es mi símbolo, es un regalo…!—