Los brazos extendidos de Vellara y su dulce voz pruninciando mi nombre, no dudo en ir hacia ella, sus bellos ojos miran a los míos fijamente, siento como me sonrojo, pero no aparto la mirada, mi mano va directamente hacia su rostro, acaricio su mejilla y bajo la mirada hasta sus labios carmesí, me acerco lentamente hacia ellos, y su boca emite una risilla, se aparta de mi y se desvanece en el aire.
- !Vellara vuelve¡ - grito a los vientos pero solo puedo escuchar el sonido de unas trompetas que se van acercando cada vez más.
Despierto lentamente, y puedo sentir una leve brisa que entra por mi ventana, dirijo mi vista hacia ella y puedo escuchar claramente de nuevo las trompetas que anuncian que ha amanecido. Me siento sobre mi lecho, y miro fijamente hacia la puerta en cinco minutos aparecerá una mucama, para recoger mi ropa y arreglar mi aposento, pero aquel sueño fue tan real, sentía el calor corporal de Vellara en mi mano cuando toqué su rostro, su mirada en la mía. No sé lo que está sucediendome.
El toque a la puerta me distrae de aquel sueño, y veo a la mucama entrar, lleva un escote muy atrevido, y ha ceñido su uniforme, para que sus curvas se realcen. Es un poco extraño pero no siento ganas de mirarla, desvío la mirada.
- Buenos días mi príncipe, desea algún servicio adicional despues de que realice la limpieza - su propuesta hace que la mire, sus opjos espectantes me confunden, pero de todas maneras sonrío, vaya que es atrevida, pero está bien, juguemos un poco.
- Hortencia, en esta manaña te ves reluciente, tan hermosa como las flores por las cuales es tu nombre, que servicio deseas brindarme - pronuncio coqueto, mientras me pongo de pie. Ella me inspecciona de pies a cabeza, y se detiene en mi torso desnudo, para después dar un vistazo a mis pantalones blancos. Sus ojos miel, enfocan los míos y me acerco lentamente. Mi mano sube hasta su rostro, puedo ver como su tes empieza a enrojecer, y suelto una carcajada.
Ella me mira confundida, giro sobre mis talones para ir a la bañera antes de que el agua se enfríe, ella me toma de la muñeca, me suelto de su agarre rápidamente sin hacerle daño, mi vista va hacia ella, y la tengo de frente, pega su cuerpo al mío en un abrazo, empieza a tararear una canción en mi oído. Me suelto de su abrazo de forma brusca, ha cometido un error muy grande, la despediré por esto.
- Príncipe Azrael, no soporta una broma - mi boca se entreabre en respuesta a mi asombro, su vestido ceñido, su boca carmesí, ella es inconfundible, es Vellara.
- Puedo notar lo confundido y asombrado que está, su majestad, pero a pesar de que me la pasé muy bien jugando con usted, no he venido para eso, sino porque he tenido un sueño con usted - su sonrisa es visible y esa dulce voz alegre, me hipnotizan.
Tomo las sábanas para cubrirme el torso, y no sé porque tengo vergüenza de que ella lo vea, camino por mi aposento de un lado a otro, hasta que mis ideas se ponen claras.
- ¿Cómo has entrado al castillo? ¿Dónde está Hortencia? ¿Cómo puedes entrar a la habitación de un hombre con un vestido así? ¿Y si te hubiera hecho algo? - digo tartamudeando, y un poco alterado, siento que mi corazón va a explotar, estoy muy nervioso.
-1Solo tomé la forma de una de tus mucamas,2 Hostencia está en cocina preparando tu desayuno tarda exactamente 20 minutos en subir, 3 príncipe has visto mi vestido en pocas ocasiones y supuse que hacerlo más revelador para ti te haría feliz - dice todo aquello con una sonrisa en su rostro, sus ojos están abiertos y enfocados a los míos.
Se acerca a mi lentamente para acorralarme contra la pared para evitar que escape, su rostro se va acercando al mío, y cierro los ojos, siento su aliento en mi oreja.
- 4 Lo hubiéramos disfrutado juntos su majestad - suelta una carcajada mientras se aleja de mi, no siento gracia, de lo que acaba de hacer. Mis brazos van hacia mi cadera, en forma de enfado.
- Si has venido aquí ha hablar de que has soñado conmigo, no debrías burlarte, puesto que soy un candidato al trono, y esto te podría costar la vida - digo seriamente mientras sus ojos me escrutan, y suelta de nuevo una carcajada.
- Ahora sientes por lo que pasan tus mucamas, pero tienes razón no he venido para eso, solo he venido ha decirte que de algun manera estamos conectados. He soñado lo que tu has soñado - el enfado empieza a desvanecerse por esas simples palabras.
- Pero ¿Cómo es eso posible? - anuncio más desconcertado que antes.
- También es nuevo para mi, y resulta extraño puesto que eso nunca nos sucede con los humanos - dice mientras toma una manzana roja de mi mesa de frutas.
- ¿Los humanos? ¿A qué te refieres? - he notado que Vellara no es una mujer común, puedo ver su aura roja y sus ojos son diferentes a los míos, pero algo en mi decía que era como yo.
- Soy un ser alado, tal vez tu no lo sepas, pero estar conectada contigo es algo que jamás debe pasar según los escritos sagrados - sus ojos enfocan las uvas verdes y veo como flotan hacia su boca para que ella pueda ingerirlas.
- No eres un ser alado, eres una bruja, puedes levantar las cosas con la mirada, y estar en el reino es peligroso para ti, si te ven haciendo eso te quemarán o te condenarán a la horca - pronuncio preocupado, no siento miedo de ella, en absoluto, ella me gusta por alguna razón.