Las siguientes dos semanas pasaron tranquilas y aburridas, todos los días era lo mismo, yo pintaba en el patio central entre la nieve aunque en ocasiones ésta arruinaba mi lienzo, no me molestaba en absoluto, pero llegó un momento en que las tormetas eran tan fuertes que no me dejaban estar en el patio central, así que me dediqué a leer aquellos libros que leía Andrea con tanta emoción.
La mayoría de su lectura son romances adolescentes tóxicos que se convierten en buenas relaciones al final, personalmente no eran de mi interés pero era muy poco lo que se podía hacer, solo había tres enfermeras ya que las demás se habían ido ni a Beatriz se le veía por los pasillos.
Así que me la pasé leyendo los romances que Andrea tanto adora y por lo menos me ayudaba a estar distraída de todo lo que pasaba por mi cabeza.
Retazos de recuerdos pasan en ciertos momentos, cuando me duchaba, cuando comía o cuando leía pero hacía por retirarlos de mi mente lo mas pronto posible.
La noche previa a la llegada de todas las chicas, vino Beatriz a decirme que ya no debo usar mi listón negro y eso fue un alivio para mí, así que la llegada de todas hacía que me sintiera mejor, ya no tendría miradas de dudas hacia mí.
La mañana llegó y solo me di cuenta porqie mi cuerpo se acostumbró a despertarme a la misma hora, mi emoción por ver a Andrea me sorprendía, tomé un baño rápidamente y me arreglé con el uniforme de invierto y mi coleta ya con mi listón azul.
Salí y una ráfaga de frío me recorrió el cuerpo, al parece estaba lloviendo.
Caminé por los pasillos encontrandome con chicas que algunas se veían felices y otras no tanto, cuando pasé por el patio central,poco se veía de la lluvia torrencial que estaba pero eso solo me animó, el clima de este tipo solo mejoraba mi ánimo.
Cuando entré al comedor se escuchaba un murmullo general, eran las chicas poniendose al día, camino hacia el mismo lugar de siempre y cuando tomo lugar al lado de Andrea noto un moretón en su mejilla izquierda.
Mi buen ánimo se esfuma al recordar su situación. Pero apesar de ello y de que otras chicas la observaban como ciervos, hice por ignorar completamente el golpe.
-Esta comida está asquerosa.
Dije observando el plato de comida que todo solo parecía puré de diferentes colores.
La risa de Andrea me toma por sopresa.
-Parece lo que vomitaba mi hermano pequeño cuando comía muchos dulces.
Eso me hizo acompañar su risa y empezar el día.
Todo iba tranquilo, Mónica por alguna extraña razón se veía mas pensativa de lo normal pero fuera de ahí, las clases eran igual de aburridas, la literatura francesa parecía no importarle a nadie, así que solo veíamos a la profesora hablar emocionada de ello mientras todas intentábamos no quedarnos dormidas.
El descanso llegó y Andrea fue directo a su habitación a dormir o leer.
Con tanta nieve y con los restos de agua de la mañana, nadie quería estar en el patio central, así que me tocó ser la única ahí sentada en mi lugar habitual, la vista es todo blanco, mis manos están rojas pero no me importa, yo espero a las siguientes clases que sucedieron igual que antes.
La noche llegó, Andrea no estuvo muy sociable así que no me contó de sus vacaciones, pero ese moretón me preocupaba, aún así decidí no preguntar ni presionar, sino quiere hablar, no seré yo quien la obligue a tal cosa.
Me tomé el medicamento y estaba ya arreglada para dormir cuando alguien toca mi puerta con mucho apuro.
Cuando abro la puerta veo a una Andrea con cabello areeglado y su gabardina.
-¿Qué pasa?
Mi curiosidad llega a mí porque se supone ya debemos estar dormidas.
-Iremos a un mandado, cierra y vámonos antes de que nos vean.
Dice con completa seguridad, mirando a ambos lados del pasillo.
Dudas atraviesan mi mente pero sé que no es momento de preguntar sino, seremos castigadas.
Cierro la puerta de mi habitación y soy jalada de la mano hacia el ala este del edifico, donde se encuentran los baños a donde se nos permite ir cuando estamos entre clase y clase.
No suelo yo venir mucho ya que prefiero la privacidad de mi habitación, pero entramos y es cuando Andrea suelta mi mano y pide que la sigue, se va hasta el final donde se encuentra un baño para personas en silla de ruedas y entra, entro tras ella y veo como comienza a empujar la pared tras el inodoro.
Después del esfuerzo que hace, veo como se abre como si fuera una puerta y se ve un pasillo oscuro con una pequeña vela en la pared.
Ver el pasillo me trae malos recuerdos pero Andrea saca una lámpara de su gabardina haciendo que el pasillo no se vea tan oscuro, camino tras ella y entramos a un salón oscuro, ella vuelve a tomar mi mano y entramos a otro pasillo donde rapidamente entramos a un pasillo que solo hay escaleras, subimos y cuando estaba por quejarme de tanta escalera, nos topamos con una puerta, Andrea tocó cinco veces pero una vez con cada dedo.
Quien abrió la puerta fue un chico alto de cabello negro y ojos que por lo oscuro no alcanzo a ver, pero noto que es apuesto.
Se hace a un lado y entramos a un salón que se ve abandonado, velas son colgadas en las paredes y sillas viejas están regadas por el lugar.
-¿Tienes lo que te encargué?
Dice Andrea sacandome de mi trance.
Solo estamos los tres así que me tomo el tiempo de darme cuenta que posiblemente este chico se metió al ala de las chicas o nosotros estamos en su ala.
Niego mientras esos pensamientos pasan por mi mente. El aula se siente acogedora.
Veo todos los detalles del lugar cuando el chico frente a Andrea saca algo de su mochila, es una bolsa negra de tela y cuando Andrea lo toma lo levanta un poco y se gira a verme.
-Nuevo novio.
Me dice y ríe junto con el chico.
Río y niego, cuando estoy por hablar escucho como tocan la puerta haciendo que los tres pongamos atención.
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Editado: 20.10.2024