me quede helada de pies mirando en silencio la escena que mi esposo y mi mejor amiga sostenían
Sentía como todo en mi interior se desboronaba, como mi corazón se hacía pedazos ¿Por qué no salía de allí? ¿Por qué mi cuerpo no reaccionaba? De pronto como si fuera una ola mi cuerpo empezó arder mi interior ardía de furia, de pronto notaron mi presencia, él miro sobre el hombro de ella y se sorprendió ella notando su repentina expresión miro hacia donde él lo hacía y lo entendió y como si fuera un caballo a quien le han soltado las riendas Salí corriendo de ese lugar ¡no!, no Salí fuera de esa casa, fui directo a lo único que nos unía a él y a mí, entre a la habitación de los dos y comencé a quemar todo el lugar, no dejaría recuerdo alguno de mi mayor estupidez enfrente de este se encontraba el del bebe he hice lo mismo, me iría de ese lugar para siempre y no dejaría rastro de mí en ningún lado y antes de poder seguir fui detenida por él, por el hombre que me dio y quito la mayor felicidad de mi vida, me solté de su agarre, su expresión solo decía una cosa y en ese punto no me importaba nada, me aleje de él lo más rápido posible, quería desaparecer, borrar completamente mi memoria; sin darme cuenta llegue al bosque el mismo donde muchas vece salí a caminar con mi marido, donde me propusieron matrimonio y pidieron escapar de nuestros deberes y vivir una aventura juntos, corrí por mucho tiempo con lágrimas en mis ojos recordando momentos que en ese instante se volvían inútiles y dolorosos, así que decidí parar y tomar algo de aire, mientras hacía eso escuche ramas moverse como si fuese una fuerte ventisca y una que otra rama quebrarse, había alguien ahí estaba segura de eso decidí moverme y avanzar lejos de ese lugar, mire hacia atrás para cerciorarme que nada me estuviera siguiendo y ese microsegundo me hizo tropezar con algo duro tirándome al suelo, mi muñeca se había lastimado, la moví un poco para asegurarme que no estaba rota.
-¿te ayudo?- escuche una voz varonil y gruesa, me petrifique, levante la vista de inmediato sabía quién era, su olor no dejaba dudas ¿Cómo mi suerte se había ido de mi lado? Me encontraba frente algún subordinado del jefe del clan de los lobos, con quien mi clan ha batallado por muchas generaciones por el poder de territorios, nuestro odio llego a un punto que nunca dejamos vivir a un rehén y como recompensa lo empalamos para ser ejemplo ante nuestro clan y enviamos sus cuerpos después de haberse podrido, en pocas palabras estaba en un grandísimo problema.
-negué con la cabeza- estoy bien- dije, debía de ser cuidadosa y encontrar una salida rápido, el no tardaría en darse cuenta de quién soy o era un grandísimo idiota.
-me pareció ver una media sonrisa aunque lo pude haber imaginado- ¿y que hace una joven dama refinada tan lejos de la ciudad? ¿Acaso… estas perdida?- dijo jugando con una pequeña daga.
-¿perdida?- (¿este idiota estaba jugando conmigo? No tenía tiempo para estas tonterías)- bien, digamos que estoy perdida, ¿Qué piensas hacer? ¿Me llevaras a la ciudad?- suspire- dejemos las formalidades, no necesito tu ayuda y dudo que quieras ayudarme así que si pudieras irte lo agradecería.
-¿irme?-rio ¿Qué era tan gracioso?- que persona más interesante, bien, tienes razón en que no te ayudare en su lugar porque no ¿jugamos un rato?, mira según como lo veo (señalo con su daga alrededor) no tienes oportunidad ¿Qué piensas hacer?- rio- ¿me golpearas con tu tacón?-rio- linda si quieres seguir algunas horas más de vida te recomiendo que comiences a entretenerme, a ver (camino alrededor de mí, con su daga tocándome el cabello y parte de la falda del vestido) ¿por dónde comenzamos?.
-¿acaso no he comenzado a entretenerte? No has parado de reírte, oh! Espero no ser insensible, si es a causa de estreñimiento, mil disculpa, aunque a decir verdad es la primera vez que veo que alguien reaccione de esa forma (coloco su daga bajo mi mentón).
-¿enserio no amas tu vida Elena?- dijo me congele, trague grueso ya se había dado cuenta quien era.
-estoy en desventaja, conoce mi nombre pero yo no el suyo.- dije, estaba realmente nerviosa.
-¿acaso importa? dentro de poco te prometo que no te preocupara jamás.- dijo cerca de mi oreja erizándome la piel, bien ya era suficiente, iba a morir pero no aquí, ni por él.
-acércate un poco más con ese aliento apestoso y no me contendré mas.- dije, este empezó a reír.
- de verdad eres alguien interesante, es una lástima.- apenas hubo terminado se empezó a transformar ¡rayos!, mis manos empezaron a calentarse, trayéndome recuerdos que desde hace tiempo suprimí, de pequeña siempre tuve este poder y lo odie, algo raro entre vampiros, así que para muchas personas siempre fui un monstruo fuese humano o vampiro, por eso era la perfecta candidata para asumir la responsabilidad de liderar el clan porque no solo me temerían mi especie sino también cualquier clan que se atreviera a retarnos, estaba prepara para atacar, él ya se había transformado completamente, en cualquier momento atacaría, respire profundo estaba preparada.