Hasta Encontrarnos [agosto]

7

Estaba nerviosa, el susto de la noche ya se me había pasado por completo, ahora estaba muy nerviosa por verla después de lo qué pasó.

En mi pequeña mochila puse  unas cosas que necesitaría, el viaje sería un poco lejos así que no quería pasármela aburrida así que metí mis audífonos y mi videojuego.

Me encontraba con Camila en la sala,en espera del mensaje de papá de que ella ya esta aquí.

—¿Estas segura de ir?—Me pregunta Camila al ver como juego con el dorsal de mi chaqueta.

—Si—.Trato de sonar segura.

Tenía muchos sentimientos de volver a verla, pero si no lo hacía hoy cuando lo are, y parte quiero ver a nana y asegurarme que se encuentra bien.

Mi secular suena y se que es momento de bajar, me tense un poco más cuando recogí mi mochila.

—Te quiero no lo olvides—.Me da un pequeño apretón de hombro.

—Gracias—.

Caminamos afuera de la casa y bajamos las escaleras, trato de buscarla o ver algún auto.

—Mili—.La escuchó detrás de mi.

Aprieto la mano de Camila un poco y me tenso, respiro profundo y trato de girar para encontrarla.

Sigue estando igual que antes, siempre bien arreglada, con su maquillaje intacto y su ropa impecable.

Sonríe al verme y trata de acercarse, retrocedo un poco, y ella lo nota y se limita a quedarse ahí.

—Camila—La saluda y ella le responde.

—Ya son todas unas mujeres universitarias, y muy lindas—. Tanto Camila como yo nos quedamos sorprendidas, por sus acritud.

—Será mejor que se vallan, será un largo viaje—Argumenta Camila, y me da una palmada en el hombro, al ver mi incómodo ante sus palabras.

—Tienes razón, bueno fue un gusto verte Camila—. Se despidió de ella.

Después de eso comenzamos a caminar a donde se encontraba su auto.

Realmente me sorprendió su acritud, pensé que lo primero que aria al verme sería, gritarme o decirme cosas ofensivas.

Como antes...

Mientras nos adentrábamos a la carretera, el silencio entre ambas era un gran vacío, por algunos momentos ella despegaba los ojos de la carretera y me miraba.

Yo me mantenía recargada en la ventana observando el paisaje, antes le uniera dicho demasiadas cosas pero ahora simplemente no se que decirle o de qué hablarle, ella se convirtió en una desconocida.

—¿Y como te va en la escuela?—.Me pregunto.

—Bien, solo ha sido una semana, aún no se bien cómo será—.Aun continuaba mirando la ventana.

El cielo se pintó de tonos grises y azules, pequeños truenos se escucharon, anunciando el inicio de la lluvia.

—¿Y qué tal con los chicos hay alguno  que te interese?

Obvio porque ella nunca se enteró de Aron ni nada de lo que pasaba en mi vida...

Odiaba esto, que la gente que te ha lastimado pretenda  que nada ha pasado,que ella trate de hacer esto hablar como si nada de sus palabras o tratos de años no hubieran sucedido.

-¿Enserio?— Salió de mi una risa agria— Pretendes hacer esto, ahora quieres ser la madre que nunca fuiste durante años y te cuente lo que me pasa.

—Mili...Yoo..—Trato de hablar.

—No quiero hablar más solo quiero estar callada durante el resto del camino, no hagamos esto más incómodo de lo que ya es.

Me coloqué mis auriculares y puse música dando por terminada la conversación. La lluvia comenzó a caer, y yo volví a ver el camino, me quede dormida durante el trayecto.

Me desperté cuando ella me despertó, me fijé que ya estábamos en el hospital y bajé a toda prisa del auto, lo único que quería es verla y abrazarla.

Entre en el elevador, al igual que Ale,mi madre, subimos juntas hasta llegar a la habitación.
Nana se encontraba dormida cuando entre, papá quien estaba a su lado, sonrió al verme, se levantó y me  abrazo.

—Ella se encuentra bien, solo descansa—Explicó al ver mi cara de preocupación.—Despertará en unas horas.

—Me quedaré aquí hasta que despierte—.Anuncie y tome asiento en un pequeño sofá.

Papá y ella, salieron a comprar algo para comer, yo me puse a mandarle mensajes a Camila, ya que también se preocupo por nana, y me mataría si no lo hacía.

Salí a la cafetería a comer algo mientras papá se quedaba con nana, mi entras disfruta de una dona de chocolate, mi celular el cual se encuentra en la mesita comenzó a vibrar.

Lo levante y me quede paralizada al ver el nombre Cole..

Desde la fiesta no hemos hablado ni he contestado a sus mensajes, por vergüenza al verlo besado solo para causarle celos a Aron.

Y bien que lo conseguiste, aunque después te vieras patética.

Oh no me lo recuerdes.

Estaba entre una batalla de contestar o no contestar, pero al final el teléfono dejó de sonar y me calmé, pero a los minutos volvió a llamar.

Cuando me di cuenta ya tenía el teléfono pegado al oído.

—Hola...—Se escuchó del otro lado.

Silencio... Al parecer mi voz se había ido.

—Mili se que estás ahí—Volví a hablar.

—Hola..

—Camila me ha contado lo de tu Nana, solo quería saber si estás bien.

Me sorprendió eso tengo que admitir, tendré que hablar con Camila.

—Si... Todo se encuentra perfecto, y gracias por preocuparte.

—Me importas por eso lo hago, no tienes porque agradecer.

—Ehh me tengo que ir, mi papá ha venido por mi y tengo que irme, nos vemos en unos días.

—Cuídate, cualquier cosa llámame.

Termine la llamada y me levante de mi lugar y volví a regresar al área donde se encontraba nana.

—Lili—Sonrió nana al verme,tenía años que nadie me llamaba así.

Camine hasta su cama la la rodé con los brazos, ahora si me sentía en paz u tranquila.

—Me has dado un gran susto nana—Le hice sabes y escondí mi cara en su pecho, como cuando era pequeña y la lluvia me aterraba y ella me envolvía en sus brazos y comenzaba a cantarme una canción para poder dormir.




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