6. LA CAMINATA FINAL
Hace mas de una semana que no hablo con Leo, pero he escuchado a Meis hablando con él, siempre le pregunta como estoy y ella siempre le responde con sinceridad, se que le hice daño, pero debería actuar de esa manera tan infantil.
—¿Cómo te sientes? — me pregunta Meis mientras me pasa mi bastón, porque si, ya no puedo caminar sin apoyo.
—adolorida — le sonrió.
—¿no te a escrito o llamado? — me pregunta mientras me ayuda a levantar.
—no — pronuncio simple.
—dale tiempo — niego con la cabeza.
—tiempo es lo que no tengo — Meis me ayuda a sentarme en la mesa, ella este ultimo mes me ha preparado mis comidas, ha sido como mi enfermera personal.
—ya se reportará... que te falta, de la lista — la saco de mi bolcillo.
—una caminata a la orilla del mar con el amor de mi vida — ella asiente.
—pues yo no soy el amor de tu vida, pero si soy tu mejor amiga, así que soy uno de tus amores, te parece si vamos las dos — yo le sonrió asiento.
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Después del almuerzo, vinimos a la playa, empezamos a caminar lentamente por toda la orilla, el agua chocando con nuestro pies, es tan relajante, amo a mi amiga, pero me hubiera gustado hacer la con... ¿es él?, veo a Leo a unos cuantos metros de mi con una sonrisa de lado a lado, se empieza acercar a mi para darme un abrazo.
—los dejo — pronuncia Meis, él me mira a los ojos.
—no debí enojarme contigo, perdóname— le sonrió.
—eso no importa, estas aquí para cumplir mi último deseo — él se ríe un poco de mi comentario.
— entonces vamos a caminar — me toma del brazo y me ayuda.
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Después de un tiempo, nos sentamos en el muelle, yo estoy recostada en sus pernas él me esta consintiendo la cabeza, estamos mirando el atardecer.
—gracias— pronuncio.
—¿Por qué?
—por estar aquí — él me mira a los ojos.
— no podía déjate ir, sin verte una vez más — pronuncia.
—gracias por eso.
LEO:
—Stela, despierta — ella no reacciona — Stela no me hagas esto.
La tomo entre mis brazos y empiezo a gritar por ayuda, las personas se empiezan a acercar, me ayudan a llamar a la ambulancia, de la nada apareció Meis.
—¿Qué paso? — pregunta alterada.
— no sé, estábamos hablando y solo cerro los ojos —en ese momento escuchamos la ambulancia, los paramédicos la empezaron a subir a la camilla.
Una vez dentro todos, le empezaron a dar reanimación, no tenia pulso, ella no puede morir así, no en este momento, de un momento a otro ella abre los ojos y nos mira, se ve que esta luchando, se ve que esta sufriendo, en ese momento me quiebro en llanto, se que u fin esta cerca, la tomo de la mano y ella intenta apretarla, pero no tiene casi fuerza.
Llegamos al hospital, a ella la ingresan y a nosotros nos envían a la sala de espera, esto es horrible, jamás pensé que pasaría por esto, siempre soñé que estaríamos juntos por siempre, que seriamos nosotros contra el mundo, pero a veces el camino da vueltas inesperada, que a veces no sabes cómo esquivar.
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al siguiente día nos dejaron pasar a verla, al entrar en su habitación estaba conectada a unas máquinas, el doctor nos dijo que lo mas probable es que de hoy no pase, no sé como are para estar sin ella, me acerco a ella, tomo una silla y me siento a su lado.
—tranquila, descansa, no te preocupes más, lo que paso quedo en el pasado ¿sí? — ella me da una sonrisa triste, mientras que de mis ojos sale una lagrima.
No quiero que se vaya, ella es mi mundo, miro Meis y ella está igual de destrozada que yo, se acerca, y la toma de la mano.
—eres mi mejor amiga, prometo que siempre será así — ella empieza a negar con la cabeza.
—ustedes tienen que seguir adelante, ténganme como un lindo recuerdo, en mi escritorio te deje una carta Leo y tu puedes quedarte con toda mi ropa, se que me la querías robar hace tiempo— nosotros solo nos reímos.
— te amo — dijimos Meis y yo al unisonó —te amamos — otra vez al unísono, ella solo se ríe.
—Meis, Leo, cuídense, el uno al otro, ustedes fueron mi única familia, los amo— la maquina dejo de hacer su pitido normal y cambio por uno incesante.
—¡NO NO NO NO NO! ¡DESPERTA POR FAVO! — empezó a gritar, detrás de nosotros entra el doctor.
—¡HAGA ALGO! — le grita Meis.
—lo lamento ella firmo para que no le hicieran reanimación— no, ¿Por qué?
—vamos Stela, reacciona, por favor — la empiezo a sacudir, pero ella no reacciona. —se supone que estaríamos juntos.
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Ya a pasado 3 días desde que se fue, ayer fue su velorio y su entierro, fue una ceremonia muy bonita, pero ella no merecía morir así, estoy en su habitación sosteniendo la carta que me dijo, la empecé a abrir, sin saber lo que me encontraría adentro.
HOLA!
Se que para cuando leas esto ya no estaré, no sé en que manera moriré, pero no quiero que tu ultimo recuerdo de mi sea trágico, quiero que tengas en tus recuerdos un dulce regalo. La razón por la cual hice mis deseos realidad, sin decirte el ¿Por qué?, fue para que tus últimos recuerdos míos fueran los mas felices, no quiero que sufras por mí, tienes que seguir adelante.
Por eso quiero que recuerdes cada cosa que hicimos, debajo de mi cama ay una caja, sácala antes de seguir leyendo.
Me agacho bajo la cama y si efectivamente hay una caja, la abro y ay cuadros boca abajo, continúo leyendo.
Saca el primer cuadro.
Hago lo que me dice, al verlo, veo una foto de los dos besándonos en el aire.
Ese día me diste uno de los besos mas especiales de mi vida, a pesar de tus miedos a las alturas, lo hiciste por mi y eso hace ese día aun mas especial que cualquier otro.
Saca el segundo, en el encontraras la foto del globo en el que nos subimos, ay me diste uno de los abrazos que más anhele en mi vida, desde ese día, tu empezaste a sospechar que algo ocultaba y una vez en el punto mas alto te dije que te amo.