Hasta que el sol vuelva a sonreír

Capítulo 37❤

—Lía.

Él no puede estar aquí. No ahora. No entiendo. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es que llegó a mi casa? Todo estaba bien y de momento esto ocurre. Me siento perdida.

— ¿Qué haces aquí? —musito. Casi no me sale la voz.

—Vine a verte. Debemos hablar —da unos pasos hacia mí y yo hago lo contrario, intento alejarme de él.

—No te quiero aquí —le espeto negando con la cabeza.

Yo empezaba a sanar, empezaba entender que mi mundo no giraba en torno a él y justo ahora aparece. Tenía que ser una jodida broma.

—Debemos hablar —repite.

—No, yo no tengo nada que hablar contigo. Ya todo está dicho —intento darme la vuelta, él toma mi brazo y no me deja irme—. Axel, no.

—Claro que sí. Debemos dejar nuestra relación en claro.

De verdad que intenté ser un ser más maduro, pero solo pude reírme. ¿Qué demonios decía? Yo no lograba entender.

—No Axel. Entre nosotros no hay nada de qué hablar. Entre nosotros no hay relación alguna. Te volviste loco.

—Si hay mucho tema para hablar. Si hay algo entre los dos y no lo puedes negar —se acerca mucho más a mí—. Amelia, perdóname.

Sus palabras calan en lo más profundo de mí ser. Su disculpa llega a las heridas que tengo causadas por este amor que no fue correspondido por tanto tiempo. Pero lejos de sentirse como una cura parecía más bien que le echaban sal a esa llaga que estaba cruda y sin sanar.

Y yo quería decirle que sí, que lo seguía queriendo. Pero pienso en todos estos años, en las veces que él hizo las cosas mal entre su novia y yo sé que no puedo seguir así. No es sano. Pero duele, duele porque le quiero.

Pero no debo ceder.  Él me ha hecho daño, involuntariamente pero daño al fin. Me ha lastimado de la peor forma, porque aunque yo sabía que él tenía novia, el hecho de decir que me ama y rechazarme luego de ello, eso fue mi fondo. Y no utilizaré en mí, la tonta frase “El fin justifica los medios” Tuvo una novia la cual estaba destrozada porque él estaba “enamorado de mí”.

—Déjame, Axel. —quito su mano de mi brazo intentando mantenerme y no caer en ello.

—Amelia. Yo amo. —He empezado a odiar esas palabras. Ellas me lastiman más que su disculpa tardía.

—Yo a ti no —suelto enfadada

—No te creo. Lo dijiste hace unos días. No puedes dejar de amarme tan rápido. —me mira con dolor.

Sabe que miento y es lo que más coraje me da. Porque me gustaría decirle que todo pasó, que esos sentimientos que yo tenía se acabaron en el momento en que me le declaré y no fue satisfactoria la respuesta. Pero no, seguía anclada en estos estúpidos sentimientos que quería que me dejaran en paz algún maldito día.

—No te mentiré. Te quiero. Pero no puedo estar contigo —lágrimas salen de mis ojos. Le dije las mismas palabras que hace unos días él me lanzó—. Yo no puedo aguantar más esto.

—Amelia, ya no me casaré. Podemos intentarlo. Olvidaremos esto. Será un nuevo comienzo para los dos.

Sonaba tan maravilloso, tan bonito. Pero yo sabía que no era así. Sabía cómo seria todo, empezamos muy mal y sé que la forma en que nos queríamos no era la mejor. Por algo se decía que lo que empieza mal, termina mal.

Porque tengo miedo, miedo de que otra vez me rompa el corazón. Yo estos días que he estado aquí con mi familia han resultado catárticos, luego de no tener que esconder más mi amor se liberó un peso dentro de mí. No quería volver a sentirme de la forma en la que llegué. Con mi corazón tan roto que se sentía irreparable de cualquier forma.

—Las cosas no son tan fáciles, Axel —suspiro por completo derrotada. Solo quiero volver unas horas atrás en donde reía con Matías por conducir su auto conmigo. La paz que me dio hacer cualquier cosa menos que quedarme pensando en mis problemas.

—Podemos hacerlas fáciles.

Negué. Ya estaba a nada de llorar otra vez y apenas tenía unos minutos desde que lo vi de nuevo. No me gustaba eso.

Él se acerca su frente a la mía e intenta besarme. Trato de alejarme, pero me es imposible. Sus labios se posan en los míos y me besa.

Intento poner distancia porque sé que esto me hará daño, solo que sigo en ello. Me abrazo a su cuello y no le hago caso a mi subconsciente que me dice que me aleje. Le sigo el beso y me entrego a su boca queriendo no dejarlo ir.

Pero en vez de relajarme solo pude pensar en aquellas dos ocasiones en donde me besó. Donde me dijo que era un error, pero la más importante, la que se hizo el idiota y me dijo que no se acordaba de nada.

Así que al final recapacité y lo empujé.

—No vuelvas a hacerlo.

Él pone una mano en su pecho, el sitio en donde yo lo toqué y me mira como si no pudiera creer que yo le haya alejado. Ni yo misma me lo creo.

Mis ojos son como una fuente. No paran de llorar. Me siento mal conmigo misma por dar mas de las migajas que recibo. Mal por con Matías que dice que me quiere, mientras que yo estaba besándome con Axel. Soy una estúpida. ¿Acaso no aprendo?

—No me vuelvas a besar, Axel. Déjame en serio.



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En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 07.01.2023

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