Hasta Que Te Pueda Ver...

Capítulo 7

 

—Jess, ¿seguro que no me vas a dejar caer?

Jess llevo a su chica un día soleado al invernadero, el cuarto sueño de Alison en orden cronológico era muy fácil, pero que se volvía salvaje y peligroso. Montar un caballo. O un poni en su defecto. Eran grandes cosas para una chica de cinco años, cuando hizo la lista, pero también le molaba aquella idea de verse como una Barbie en un establo, con caballerizas altas y muchos jinetes haciendo alarde de sus habilidades para montar.

—Para nada —Respondió el.—Es un ejercicio de confianza para ayudar a nuestra relación.

—Vaya. Entonces qué remedio.

Siguiendo las instrucciones de Jess, Alison se dejó caer de espalda al piso. Y el chico la detuvo inmediatamente de darse un buen golpe.

Acto seguido le dio un beso intenso que despertó su fiera interior. Hasta hizo un rugido.

—Ves que no iba a pasar nada.

—Lo sé.

Jess había hablado con Karen una semana antes del momento actual, se decidió en llevarla a un día de campo. En donde con la familia disfrutaría de todo, y cumpliría su sueño, Montar un caballo.

Se aseguró que todo corriera por su cuenta… la de Coby. Pero sabía que necesitaba el auto en donde desplazarse.

Jess la miro con deseo y se acercó a ella, sin decir una sola palabra le arranco un beso caluroso.

Ella lo recibió con gusto y lo hizo más intenso.

Aunque se separaron.

—Mis padres están por llegar, debemos tener cuidado.

—No me recordaba…

Alison estaba aferrándose más a la vida con cada beso que le daba Jess, entendía lo que la mayoría de las personas sentían cuando estaban cerca de su ser amado. Desde que entro Jess en su vida, todo había tomado un aire mágico, la tristeza aunque no se había ido del todo, ya no era tan espesa. Y aquella nube que le impedía ver más allá. Se había disipado y solo quedaba un hermoso día soleado con él a su lado.

En pleno jugueteo amoroso, Karen entro al jardín y los pillo infraganti. Jess se sorprendió pero saludo a la mamá de su amada, esporádicamente ella le dijo a Alison que tenía algunos minutos y que se despidieran. Ella afirmo con la cabeza.

—Ya escuchaste me tengo que ir.

—Nos veremos mañana.—Jess se inclinó un poco y le dio un beso en la mejilla.

Ella afirmo con la cabeza y en silencio salió del jardín. Jess la observo hasta que se perdió de su vista.

Suspiro con alegría y luego también puso rumbo a su casa. Karen no lo iba a llevar hoy a casa.

Alison se fue pensativa a su casa, Jess, el chico de cabello castaño, claro que era un modo idílico de tener un romance. Y cuanto agradeció a Dios porque fuera asi, posiblemente si el no hubiera llegado a su vida, nunca hubiera conocido lo que era un beso; o aquellos respingos que le invadían cuando la tocaba con tanta pasión.

El miedo la invadía pero tenía razones para seguir; se iba a aferrar a la vida más, costase lo que costase. No iba a morir tan fácilmente, era ahora por su familia y por Jess, aunque tenía miedo, de un día no despertar, de un día no poder estar allí con su madre y su padre, miedo de no poder volver a ver a Jess. Miedo de irse a un largo viaja en el que no iba a regresar.

Apretó los puños, miraba al cielo con parsimonia, esperando que Jess también estuviera viéndolo.

No iba a morir.

Fijado en su cabeza.

En el transcurso de los días Alison tuvo algunos chequeos, eran necesarios, con miedo se hizo aquellos exámenes que demostrarían su bienestar, o no. Con los resultados estaba en juego la sonrisa de Alison. El doctor le hizo una muestra de sangre y demás procedimientos, mientras ella y Karen esperaban afuera de la consulta. Estaban nerviosas, al cabo de un rato llamaron a Karen.

Los resultados habían salido exitosos, la enfermedad mostraba un descenso, estaba bien, pero el doctor dijo que siguiera teniendo cuidado. Los ojos de Karen se llenaron de lágrimas y esbozo una sonrisa como nunca.

 Alison al escuchar aquellas noticias también se puso contenta, más que contenta tranquila, esos exámenes eran cruciales. Al escuchar a su madre, que no debía de temer nada se echó hacia atrás y descanso los hombros en la silla. Estaba completamente feliz, tanto que quería empezar a saltar por la clínica. Aunque Karen ya lo estaba haciendo. Ahora tenía que contárselo a Jess.

Tuvo esperanzas vagas, tenía que seguir esforzándose por ellos. Y, su corazón, bueno, se vertió en una esperanza, que no pudo negar. Era magnifico, idílico, esperanzador, podía estar más tiempo con Jess.

Al llegar a casa Alison se cambió de ropa y entonces fue directamente al teléfono, llamo a Jess, su alegría era tal, que el chico no entendía nada, entonces más tarde Jess llamo a Karen y cumpliendo con la rutina lo busco en casa y fue a llevarlo con Ali, que parecía estar del mejor humor del mundo. Subió a la habitación y posterior a un beso, empezó  la conversa, a Jess le causo también alegría y tranquilidad. No se lo podía creer aun. Esos ojos que ponía su chica el verse contenta eran fabulosos. Sensuales, atractivos.



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En el texto hay: comedia, tragedia, romance

Editado: 06.09.2020

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