Alex vuelve a la central. En su habitación, ve el contenido del pendrive que la anciana le había entregado. Además, por fin se devela la identidad del marido de Alex.
Había pasado una semana de la muerte de Li.
Alex al llegar a la central H.D., saludó a su equipo y pidió unos días de descanso; estaría en la central pero no realizaría tareas. Ese día no salió de su habitación.
En la tarde noche, jugueteaba con el pendrive que le había entregado la anciana. Lo pasaba entre sus dedos y de mano a mano. Sabía más o menos lo que había en su interior pero no deseaba verlo.
Luego de juntar valor, encendió su computadora e inserto el pendrive. Cientos de archivos aparecieron instantáneamente. Carpetas sin orden o sentido aparente, millares de fotos y vídeos. Alex rascaba su nuca al ver semejante caos.
La carpeta más llamativa era una de nombre Música; la única que tenía un logo personalizado. Dentro de ella, como su nombre indicaba, tenía cientos de canciones. Alex las reprodujo y prosiguió a organizar las carpetas.
Colocó las investigaciones importantes, que solo tres personas podían ver, en una memoria externa.
Vio detalladamente cada foto. Borro las repetidas y las desenfocadas; el resto lo guardó en su nube. Hizo lo mismo con los videos, aunque, hubo uno que le llamó la atención.
El video comenzaba con una canción de fondo de Kokia: Kokoro no rousoku y con un escrito que decía:
»Hola, Alex. Ojala nunca leas este mensaje. Pero si me llega a pasar algo entonces te diré:
"Vive tu vida, por que es tu vida". Eso fue lo que me dijiste hace mucho tiempo atrás, espero que tú cumplas con tu propio consejo.
Intente grabarme diciendo esto pero cada vez que lo hacía lloraba. Pensar que podría morir y dejar sola a Lu, dejarte con una gran carga a ti, realmente me duele. Ojala no pase, pero por las dudas, dejare asentadas estas palabras aquí:
Sé libre, sé feliz, sufre, llora, ama, ríe, pero vive Alex, vive tu vida.
Sé que tal vez esperabas algo diferente, pero nada es más importante que el decirte estas palabras.
En las otras carpetas encontrarás toda la información que seguramente buscas. La actualizo cada noche, por ende al momento de mi muerte seguramente todo estará en orden.
Te quiero amiga. «
Las letras desaparecieron y la pantalla se llenó de imágenes, videos mudos de las niñas y más canciones de fondo.
Al final había otro video, esta vez con sonido. Era una conversación entre Alex y Li.
Ambas adolescentes estaban sentadas en la rama un gran roble. Alguien las filmaba desde abajo:
—No entiendo por qué siempre me dejan, —decía Li entre sollozos. —todos son unos malditos, infieles, estúpidos…
—Li, Li, ya deja de llorar por algo tan tonto. Yo siempre te advierto, pero nunca escuchas. Tal vez algún día encontraras a alguien que si te quiera, pero antes debes aprender a vivir sola, a convivir contigo misma, amarte y ...
— Ya lo sé, ya me lo has dicho. Dime algo que me ayude, que me reconforte.
—¿Es mejor estar sola que mal acompañada?
—¡Ja! ¡sola jamás! siempre tendré a mí Alex.—dijo abrazando a Alex.
Segundos después escucharon el crujir de unas hojas secas, Al ver hacia abajo, enfadadas dijeron al mismo tiempo.
—Lu, ¡apaga esa cámara!
—Quería filmar a Li llorando, necesitaba captar el momento de tristeza. —contestó Lucía entre risas.
El video terminaba con la cámara enfocando al suelo y las risas de las chicas.
— Querias hacerme llorar, pero no lo conseguiste. —se dijo a sí misma, sonriendo.
Una lagrima empaño la visión de Alex. Ella dejó que se deslizara por su mejilla, luego la seco con un pañuelo.
Ya había terminado su trabajo, luego de un gran suspiro, apago todo y se dispuso a meditar.
Ya pasaban de las trece del día siguiente. Alex aun no salía de su habitación.
Editado: 16.10.2019