Capitulo 4. Caminos Nuevos

Narra Jun:

Me desperté como cualquier día normal, me vestí y desayune antes de ir a la universidad. Todos los días la misma rutina.

—Jun cariño, tu hermano vendrá a visitarnos esta tarde, por favor se puntual cuando terminen las clases.

—¿Vendrá? ¡Qué bien!

—Compórtate correctamente ya eres un joven de 22 años.

—Si madre, adiós—En cuando cerré la puerta puse una cara de alegría que no me lo podía creer. Después de tres años, volvería a ver a mi hermano mayor. Tras la muerte de mi padre, mi hermano se fue, para promocionar las empresas que quedaban a su cargo.

—¿Y esa cara?—Seong-Jin, mi mejor amigo. Me estaba esperando en la misma limusina de todos los días.

—Hola Seong-Jin, ¿qué te parece cambiar de rutina?—La pregunta le sorprendió pero en seguida supo que quería decir. Cogimos un atajo andando. Quedaban aun 15 minutos y llegábamos de sobras.

—¿Puedo preguntar por qué este cambio tan repentino?

—Mi hermano vendrá esta tarde y no quiero que piense que sigo siendo el mismo que dejo en este pueblo.

—¿Has cambiado? Es broma, todo el mundo cambia en tres años, es inevitable.

—Supongo.

Cerca de la universidad, quedando diez minutos, vimos a la chica nueva de ayer. ¿Cómo se llamaba...? ah sí, Eun-Yeong si no recuerdo mal. Estaba buscando algo en el campus de la universidad.

—Vaya, quien lo iba a decir, no hemos llegado los primeros.

—¿Necesitará ayuda? vamos a ayudarla—Propuse sin dejar de andar hacia ella.

—Pero si no te lo ha pedido, ¡Jun! ¡Jun!—Seong-Jin me llamaba pero no hacía caso.

—Hola, perdona veo que estas buscando algo ¿quieres que te ayude?

—Tu eres... Heart Prince ¿verdad?

—Si bueno, mi verdadero nombre es Jun. Tu eres Eun-Yeong ¿verdad?

—Sí. Em... estoy buscando unas perlas blancas, de un collar. No las encuentro—Parecía nerviosa buscando las perlas blancas entre la hierba del campus.

—Aquí hay una—Dije dándole la perla blanca.

—Gracias—Recogimos las pocas que quedaban y las unió con un hilo rojo.

—Oh, estas aquí, no te encontraba—Esa chica no la había visto en mi vida, seguramente no era de esta universidad. Era rubia con ojos castaños.

—Yoon, toma, estas son las perlas que perdiste ¿verdad?

—Las has encontrado—La cara de felicidad que puso me demostró que Eun-Yeong era una persona increíble. No la conocía bien pero quería conocerla más.

—No he sido solo yo, Jun también me ha ayudado.

—Heart Prince.

—¿Me conoces?

—Por supuesto, todo el pueblo te conoce. Aunque no vayamos a la misma universidad hablan mucho de ti y de Ice Prince.

—¿De mi también hablan?

—Sí. Bueno, muchas gracias Eun-Yeong. Gracias.

—No hay de que—La chica se fue dejándonos a los tres ahí.

—Bueno...yo ya me tengo que ir.

—Las clases empezaran ya—Dije sin saber que decía, inconscientemente le cogí la mano.

—Ya, pero es que antes tengo que hacer una cosa, ya os veré en clase, adiós.

—Chico, te ha dado fuerte—Dijo Seong-Jin apoyándose en mi hombro. —Estas perdidamente enamorado.

—Cállate.

--Rompiste con Soo ¿no?

—Sí, el verano pasado.

Nos fuimos a clase y todo volvió a la normalidad, lo que hizo que un día como este, fuera especial, eran las diferentes posibilidades de empezar y seguir un camino.

Siempre tome el mismo camino, las mismas acciones y toda la rutina de siempre, nunca pasaba nada interesante. Esta vez, tome el camino diferente y pude hablar con una persona nueva.

—Hey. ¿Estás bien? ya ha acabo la clase.

—¿Ah sí?

—Jun, ¿has estado toda la clase sin prestar atención? eso te bajara la nota.

—No me preocupa, hoy voy a ser una persona distinta.

La siguiente clase no tenía profesor, ya nos avisaron de que faltaría esta clase, por eso, teníamos una hora libre.

—Hey Jun, ¿me puedes ayudar con esas cajas?— Era Sun-Hee, el presidente de nuestra clase. El que representa a todos los estudiantes de nuestro nivel, ya en el último curso.

—Claro—Cogí las cajas y le seguí, pero... sentí algo raro.

—Gracias tío, eso de ser presidente es agotador.

—No me digas. No te hubieras presentado.

—¿Que dices? No te entiendo.

—Lo que has escuchado—Deje caer al suelo la caja. —Asi que tienes mucha faena ¿no?

—¡Seong-Jin! ¡Seong-Jin!—Gritó el presidente al ver que yo estaba actuando extraño.

—No pidas ayuda, sé un hombre—Me acerque a él muy enfadado.

—¿Qué pasa?—Vino corriendo a separarme. —Yo me encargo, puedes irte.

—Gracias tío, adiós—Cogió la caja y se fue.

—¿Que te ha pasado? no eres tú.

—No sé que me ha pasado tío.

—Yo te diré lo que ha pasado, eso de querer ser diferente te ha enloquecido.

—De verdad que no he sido yo.

—El presidente tenía miedo de ti Jun.

—Ya pero no lo pensaba nada de lo que decía.

—Normalmente la gente lo piensa pero no lo dice, y si lo hace, lo hace con delicadeza.

—Pero yo...

—Mira, vete a casa y relájate. A ver si asi estas mejor.