El viaje se tornó largo y aburrido para ambos; ninguno de los dos pronunció palabra alguna. Dos horas fueron de viaje para poder llegar a aquel lago, y otra hora para bajar todo del diminuto coche.
—Oye… ¿has pescado algo? —pregunta Jonathan luego de veinte minutos de espera sin señales de vida acuática.
—¿Quieres que utilice mi magia verdad?
—No, ya aparecerán… supongo.
Y así continuaron esperando durante hora y media sin pescar un sólo pez, mientras que las personas a sus alrededores pescaban decenas de todas las especies y tamaños que podían encontrar. El sol cayó, volvieron a meter todo en el vehículo, y partieron rumbo a casa.
—¡Qué desperdicio de día!
—¿Disculpa? ¿Quién es el que no quiso que utilizara magia? Además, está tonta idea de pescar fue nada más que tuya, no lo olvides.
—¿Sabes qué? ¡Deberías haber utilizado tu magia! No tienes idea de lo que es tener un hijo…
—Bájate.
—¿Qué? ¡Al menos detén el auto!
—Dije que te bajaras, no me importa cómo; salta si es necesario.
Jonathan no tuvo otra opción que saltar del vehículo en movimiento y rodar para no lastimarse tanto. El mago Silver no se detuvo a ver si se encontraba bien, simplemente continuó conduciendo hacia su hogar muy enfadado.
Al llegar, hizo desaparecer sus cosas y para su mala suerte, la bruja Moon se apareció en medio de su sala.
—¿Y ahora qué quieres Moon? —pregunta Silver mientras pasa su palma por toda su cara en señal de frustración.
—¿Cómo se comporta nuestro pequeño?
—¿Nuestro? Que te quede algo muy en claro maldita bruja: Ese muchacho no es mi hijo. No lo quiero cerca, es un verdadero fastidio. Si tanto lo quieres entonces ténlo tú, te lo regalo. Ahora hazme un favor y lárgate de mi casa, ya eh tenido suficiente por el día de hoy.
—Pero no entiendo, ¿qué sucedió?
—Te diré lo que sucedió. Resulta que a tu hijo se le antojó pasar un tiempo conmigo, y no tuvo mejor idea que ir de pesca.
—¿Y haces tanto escándalo por eso? Claro, estás viejo, olvidaba que necesitas tu siestita porque sino te conviertes en un ogro gruñón muy arrugado, ¿verdad?
—¿Terminaste bruja? ¡Eso no es lo peor! Luego de acceder, resulta que nuestro querido Jonathan ¡no quiere que utilice mi magia para nada! Fueron horas de empaque, viaje, y desempaque. Todo para que no pesquemos ningún pez, y encima tuvo la desfachatez de luego haberme reclamado ¡el no utilizar mi magia!
—Entiendo… Bueno, entonces me iré, veo que Jonathan te tiene loco…
—¿Tú no tendrás algo que ver con todo esto, verdad?
—Mi única culpa es ser una madre soltera, tal vez necesite algún brujo que me acompañe…
—¡Eso ni se te ocurra!
—¿Por qué? ¿Acaso tienes algo que decirme Silver?
—Yo… no, nada. Es sólo que… vete.
Moon se marcha algo incómoda, aunque esperaba salir victoriosa de todo eso. No sabía si aquello había sido una escena de celos, o si era un intento de protegerla; estaba muy confundida sin duda.
Al otro día, el mago silver despierta en su retrete en vez de su cama. Sin dudarlo un momento, se colocó su gorro, su túnica, y salió a la calle en busca de Moon.
—¿Qué has hecho bruja malvada? ¡Sal y da la cara!
—¿Pero qué sucede? —pregunta Moon sin entender nada saliendo a la calle también.
—No te hagas la santa, ¡se muy bien lo que hiciste!
—¡Yo no utilicé ninguna pócima, él es nuestro hijo biológico!
—¿De qué hablas mujer? Estoy hablando del retrete, ¡tú me dejaste allí!
—Mago estúpido, ¡te has quedado dormido tú! ¡Yo no hice tal cosa!
—¡Mientes!
Enseguida comenzaron a tirarse hechizos uno al otro. Se cambiaban de forma, tiraban rayos, bolas de fuego, y hasta hacían aparecer rocas para tirar. El enojo de ambos era demasiado fuerte, llegó a un punto en el que estaban haciendo una bola de fuego gigante que dentro contenía una bomba de hechizos. Por suerte para la humanidad, en el momento más oportuno, llega Jonathan.
—¡Ya basta! —grita pero ninguno de los dos le presta atención, siguen concentrados en formar su bomba mortal.
Jonathan piensa rápido en un buen plan, debe ingeniárselas para que ambos acepten, él realmente desea ver a sus padres unidos. Finalmente, se le ocurre una brillante idea.
—¡Necesito ayuda para encontrar algo con magia!
Fue allí cuando las bolas de fuego se disiparon hasta convertirse en un pequeño humo, y ambos corrieron a oír a su hijo.
—Mamá te ayudará con lo que sea mi niño.
—No le hagas caso a esa fea bruja, papá es el mejor en la magia, dímelo a mí.
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Editado: 28.03.2018