—aquí tiene los nuevos boletos—la chica pelirroja que atendió a los cinco chicos les tendió los boletos a Nueva York—esta vez no pierdan en vuelo—se burlo, riendo ruidosamente.
Los chicos la fulminaron con la mirada al escuchar tal burla de parte de una completa desconocida.
—¿A qué hora sale el avión?—dijo Allison para asegurarse, aunque todavía seguía molesta con la encargada..
—a las 3:00 Am, es decir, en una hora y media—respondió incomoda al ver como los chicos la miraban amenazadoramente.
Ellos se retiraron sin siquiera decir: “gracias” ya que se encontraban enojados con la pelirroja.
Los minutos pasaron y los chicos se encontraban muy aburridos, jugando o durmiendo en frente de la puerta de embarque del vuelo 416-B
Allison miraba su teléfono, Keila hablaba con Kevin y Brian comía una pizza que se había comprado anteriormente en un tienda.
Emma leía tranquilamente en una silla cuando un ruido en su bolsillo derecho la sobresaltó.
Ella puso un mechón de cabello atrás de su oreja para poder ver mejor lo que estaba pasando.
Rápidamente agarro su teléfono que sonaba descontroladamente como si alguien quisiera hablar con la chica urgentemente.
Su corazón casi se sale de su pecho cuando vio el nombre de quien la llamaba a esas altas horas de la noche: era su hermana Nicole.
Sabía que no tendría que atender la llamada si no quería ganarse un sermón de parte de Nicole o que su viaje de arruinara.
Los nervios se apoderaron de ella y empezó a sudar mientras que su teléfono emitía la música de la llamada.
Al parecer su hermana y su mejor amiga se dieron cuenta de los repentinos nervios de la rubia.
—¿Quién es?—curioseo Keila.
—Nicole—contesto secamente.
Las chicas que esperaban la respuesta atentamente, palidecieron. Tanto que parecían fantasmas.
—¿q-ue?—tartamudeo Allison—¿e-lla…ella?
Emma asintió.
—¡no le atiendas!—se apresuro a decir Keila.
—claro que no lo voy a hacer, amiga—añadió rápidamente la rubia.
Ahí, Allison soltó todo el aire que tenía acumulado en los pulmones a causa del estrés.
—yo...—intento hablar Kevin pero fue interrumpido por una chica castaña que se coloco en frente de la puerta 416-B
—Por favor, los pasajeros del vuelo 416-B con destino a Nueva York por favor subir al avión que está a punto de despegar—dijo la chica.
Los cinco chicos se levantaron de los asientos como un resorte y se dirigieron, junto a su equipaje, a la puerta.
—Boletos por favor—pidió la rubia con una sonrisa.
Ellos se lo entregaron rápidamente y abordaron el avión todos juntos.
Cada uno con sus respectivas emociones encontradas.
Por una parte, estaban felices pero por otra triste de dejar su tierra natal atrás.
El avión despego, dejando a Emma mirar nostálgicamente el paisaje desde el cielo nocturno .