La mañana había sido una maravilla.
Cuando Javi despertó (que fue casi al mediodía), me hizo recordar una fecha que estaba pasando completamente inadvertida por mí, Navidad.
Ya hace varios años que no celebró navidad, creo que la última vez fue cuando tenía 16, después de eso, mi papá cambió de trabajo, mi mamá consiguió entrar a la misma empresa que él y cada año, justo de 22 a 27, tienen que ir a unas reuniones extrañas en el extranjero.
La costumbre de pasar ese día solo, durmiendo o viendo cualquier película estúpida que pase por televisión, me parecía de lo más normal, tanto así, que ni siquiera había notado las decoraciones rojo y verde en las tiendas o por las calles.
—¿Cómo no te vas a acordar de navidad? —bufó Javi.
—De verdad ni me acordaba, igual no voy a hacer nada así que no hay problema.
—¿Tampoco das regalos ni nada?.
—No...
—¿De verdad? — dice ofendido — Yo compré tú regalo hace meses, fui a una convención de idiotas acompañando a Diana, y me acordé de ti.
—Bueno... También te voy a buscar un regalo.
Me preguntaba si también debería buscarle un regalo a Helena, por como van las cosas este año voy a tener que pasar Navidad con ella. Si el vestido que tiene puede removerse, ¿También podrá cambiarse de ropa?. Era un poco morboso tener que verla siempre usando la ropa con la que, en fin.
—¿Quieres ir conmigo al centro comercial?— me pregunta Javi — Hay ofertas o algo así.
—¿Cómo es que siempre estas tan pendiente de las ofertas?.
—¡Hombre, tengo una hermana adolescente! — dice con ironía — Lo único que sabe hacer es buscar ofertas en las tiendas y llorar por One Direction.
Por suerte yo no tengo hermanas, pobre Javi, tiene que soportar a dos.
—Además tengo que comprarle un regalo a Barbara... ¡Tú también deberías comprarle uno!... Es decir de ves en cuando ustedes, ya sabes...
Claro, Barbara Galesa, la mejor "amiga" que alguien podría tener.
Después del desayuno (a la una de la tarde), fuimos al centro comercial, está vez los dones ofertisticos de la hermana de Javi habían fallado, no habían ofertas, y no tenia idea que podría comprarle a Javi, a Barbara y mucho menos a Helena (si es que en verdad le compraba algo).
—¿Enzo?.
Volteé para ver a quien me había llamado y me sorprendió ver a Lucía, ella se veía más amable que cuando nos vimos en la comisaría.
—¡Lucía! —mi voz salio como un vergonzoso pito estridente.
—¿Qué haces aquí? —preguntó mirando alrededor.
— Vine con Javi, él se metió a una de esas tiendas —digo señalando tres tiendas que están frente a mí —Lucia, quería hablar contigo hace días, por lo de Analia, ni yo ni Javi sabíamos que...
— No te preocupes, yo sé como es mi hermana — sonrió — Seguro Javi ya fue de chismoso diciendo que mi mamá está loca y que quiere casarlo con Analia.
Por la expresión en mi cara supongo que ella intuyo la respuesta y se empezó a reír.
— ¡No te preocupes! Eso fue una lección para Analia, para que deje de salir con desconocidos, ese día le dijo a mi mamá que iba a la casa de una de sus amigas y al final se escapó para ver a Javi. Por lo menos me alegra que tú estuvieras ahí.
—¿Yo, por qué? — pregunto confundido.
— Porque eres el chico más centrado que he conocido —si Lucía se enterase que madrugo hablando con un fantasma no pensaría lo mismo— Bueno... Javi ya está saliendo. No le digas nada de lo de Analia, él también tiene que aprender a tener más cuidado de con quien sale.
—¿Entonces no va a haber matrimonio?— digo fingiendo tristeza.
—Me temo que no —responde ella haciendo una mueca apenada —Nunca dejaría que mi hermana se casara con alguien como Javi, por otro lado si fueras tú...
— ¡No gracias!, Analia es demasiado....
—Si fueras tú... Tampoco podría dejarte con ella.
No entendí muy bien lo que quiso decir, pero antes de que Javi se acercara más, me da un beso de despedida en la mejilla y se aleja.
—¿Vino a hablar de su hermana?— pregunta Javi asustado.
—Si, su mamá quería saber que talla de ropa eras para poder hacerte el traje.
—¿Qué traje?.
—El de la boda, supongo —él me mira furioso.
Aún logro ver a Lucía a la distancia, fácilmente es de la contextura del espectro.
—¿Qué talla crees que sea Lucía?.
—¿De qué, de ropa?.
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Editado: 01.07.2018