Después de mi intento de suicidio, me dieron algunas medicinas que no había tomado completas, de alguna manera debía llenar el vacío que la falta de "otra medicina", había dejado.
Aunque eran fuertes, las "medicinas reales", no eran lo suficientemente efectivas como para mantenerme bien, o por lo menos estable, ya solo quedaban un par de pastillas, mi mente se disparaba cada vez que me daba cuenta de eso.
En la universidad había tratado de contactar con Guille, un tipo que supuestamente también vendía lo que yo necesitaba, pero en cuanto me acerqué, él me aparto y dijo que solo le podía vender a clientela "selecta", por supuesto yo no estaba dentro de ese grupo.
Barbara era un caso a parte, no hacía más que evitarme y buscar cualquier excusa para no dirigirme la palabra por más de dos segundos.
-Enzo... No quiero hablar contigo por ahora ¿Está bien? -decía con una sonrisa fingida cada vez que me acercaba a ella.
Tenia que encontrar la manera de hablarle, de decirle que puede estar corriendo peligro, tenía que advertirle.
Por su "personalidad", Barbara no es de tener muchas amigas, así que tratar de acercarme a alguna de ellas para pedirle que le diga que tenga cuidado, era en vano.
Solo había una persona, a la que sabía, Barbara le interesaba tanto como a mí, pero estaba seguro que él no querría ayudarme, o por lo menos no ahora.
*********
Parecía ser nuevamente la habitación con tapiz amarillo que había aparecido en mi sueño, esta vez las imágenes eran difusas, yo no estaba aquí, ni tampoco Helena, parecía ser más bien Barbara. Su siempre reluciente cabello negro, lucía opaco y sucio esta vez, tenia golpes por toda la cara y estaba maniatada. Todo era como una película, se cortaba en la parte en que la imagen se acercaba a sus ojos y hacia un plano recto hacia su retinas enrojecidas, después podía ver sus pies, en sus uñas relucía un esmalte gastado que tal vez alguna vez fue color verde.
Barbara se movía tratando de zafarse, pero no lo lograba. Alguien entraba a la habitación con una sonrisa maquiavélica en el rostro, era Patrick.
*********
Desperté nuevamente agitado y cubierto de sudor, mi pecho se levantaba con fuerza y mis sienes ardían, no tenía opción, no podría con esto solo.
Busque mi celular en la mesita de noche, sin fijarme que hora era busque su nombre entre mis contactos y le pedí al cielo que respondiera, el celular timbraba, una, dos, tres, cinco: "Deje su maldito mensaje"... ¡Mierda!... Trate cuatro veces más hasta que por fin contestó.
-Enzo... ¿Qué quieres?.
-¡Necesito hablar contigo! -mi voz aún conservaba el miedo que el sueño me había dejado.
-Es la una de la mañana... Lo siento, no puedo hablar ahora.
-Javi, por favor... Es urgente... Es sobre Barbara.
Esto pareció despertar un poco su interés.
-¿Qué pasó con Barbara?... Hablé con ella en la noche y estaba todo bien -dice confundido.
-No es sobre lo que pasó, sino sobre lo que podría pasar... ¡Necesito que me ayudes esta vez!.
El teléfono permaneció en silencio por tanto tiempo, que tuve que fijarme para ver si no me había cortado.
-Bien -dijo finalmente- ¿Qué fue lo que pasó o esta por pasar con Barb?.
-Es complicado de explicar... Tenemos que hablarlo en persona -no voy a negarlo, también quería verlo.
-¿Cuándo?.
-Ahora mismo... ¡Tienes que venir a mi casa antes de las dos y media!.
-¿Ahora?.
-Si... De otra manera no me creerías y sería imposible contarte todo.
A las 2 de la mañana, pensé que él ya no vendría y que cuando aceptó lo hizo solo para que lo dejara dormir en paz, pero un mensaje suyo llegó a las 2:05 diciendo que estaba en la puerta de mi casa.
Tomé las últimas dos pastillas que me quedaban y corrí a abrir la puerta, tal vez quedaría como un completo demente en este momento, o tal vez conseguiría un buen aliado en esta locura.
Javi me miró incómodo, traía una sudadera azul oscuro y el cabello le había crecido de manera que llevaba una pequeña coleta lo sujetada en la parte trasera de su cabeza, la barba sin embargo, no había sido muy beneficiada y seguía pareciendo la de un prepuber.
-¿Entonces me dejas entrar o...?.
-Pasa... Sube a mi habitación, por favor.
-Ni siquiera sé porqué vine...-renegaba mientras subía las escaleras.
Yo lo alcancé poco después, él estaba sentado en la silla del escritorio y miraba la suciedad y el desorden con asombro.
-Si que te afectaron rápido esas cosas -dice en tono burlón- Bien... ¿Qué quieres Enzo?.
-Bien... Lo que te voy a decir es una locura... Pienso que tal vez Barbara esté corriendo peligro al estar cerca a Patrick, él y Victor-
-¡Oye espera!... ¿Qué tiene que ver mi primo en todo esto?.
-No estoy seguro... ¡No lo sé!... Tal vez él hizo algo terrible hace años y Patrick lo ayudó a encubrirlo.
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Editado: 01.07.2018