El sol era algo que ahora le parecía gris, aunque en verdad desde hace exactamente 2 años tenía la sensación de que su mundo se volvió gris, no encontraba alegría ni felicidad en ningún lado, se convirtió de un risueño joven a un caballero del más duro Acero, los días se le hacían eternos, las noches plagadas de pesadillas o hermosos sueños que le dolían mil veces más que las pesadillas, pasaba todo su tiempo entrenando o estudiando, claro que esto era después de hacer todo lo posible para avanzar en la búsqueda de su princesa, enviaba hombres al extranjero, que buscaran en todas las casas reales, que investigaran, se infiltraran en los palacios, rastreaban los traficantes de esclavos, las tratas de blancas, los burdeles, todos lados, hacían que tocaran puerta por puerta, por toda Sonmburtria buscándola revisaban cada parte de Sonmburtria minuciosamente, aun cuando el mismo busco por toda Sonmburtria, tenía miles de hombres buscando constantemente, en cada lugar, cuando obtenía alguna pista, el mismo la seguía, pero a pesar de todos sus esfuerzos todavía no tenía ningún resultado, toda su familia estaba muy preocupada por él, ellos siempre iban a su encuentro por que el nunca volvió a visitarlos, no tenía amigos, solo aquellos con quien compartía sus responsabilidades, todas ellas menos la búsqueda de su princesa, llevaba más de dos meses sin pistas, la última lo había llevado hasta Armeria, pero no encontró nada, el duque Prexio, admiro su labor, y le encomendó un favor, sin encontraba a la princesa le asegurara que Armeria recordaba, ella debía estar en el poder, o amenos elegir quien lo estaría por ella, aunque en Armeria ya se consideraba que era suficiente mayor para tomar decisiones, consencientes a toda una nación, el buen duque se tomó su tiempo tranquilizándolo en cuanto al lugar de la princesa como sucesora, el aguanto toda su charla y se despidió cordialmente, pero por dentro estaba hirviendo de rabia, la princesa no era la siguiente en orden, era el joven príncipe heredero Alektim, esos idiotas que decían querer a la princesa como gobernante lo tomaban por tonto, o por un traidor, el no dejaría que utilizaran a la princesa como burro de carga para los deberes del príncipe Alektim, y no dejaría que la princesa sufriera la pérdida de su querido hermano, porque él la conocía bien, su adorada Anthanasia, prefería cien veces tener a su hermano a su lado que ser la emperatriz, incluso estaba seguro de que todos estaban vivos, su princesa Anthanasia, el príncipe heredero Alektim, incluso el príncipe bastardo, el infame príncipe Finnian, no le tenía mucha estima, en el pasado este hiso que su adorada princesa sufriera mucho por su culpa, el podía ignorar el dolor de la emperatriz, después de todo ella lo acepto, pero no podía apartar los ojos ante la expresión de dolor de su adorada Artie, él sabía que el joven príncipe lo tenía difícil, era el hijo del emperador, pero se entrenaba con los demás caballeros, como si fuera el segundo hijo de un Márquez, era muy joven, por eso no llego a Ambrosi, el mismo lo ayudo en su entrenamiento pero el joven no tenía la capacidad innata de su padre, era fuerte, pero tardaba más que ninguno en aprender las técnicas, y en estrategia era un desastre, pero era un analista nato, tardaba más que todos los demás, pero cuando lo dominada, la perfeccionaba a un nivel increíble, él incluso le enseño un par de movimientos de su propio arsenal, que el comprendió y repitió, lo trataba bien, claro que cuando veía una lagrima provocada por el, en el rostro de su preciada Artie, lo invitaba a medir sus habilidades, el terminaba en cama más de tres semanas, porque nunca más cometió la idiotez de intentar lastimar a la princesa, y menos en su presencia, el muy tonto se atrevió a levantar su mano para abofetear a su preciada Artie, el naturalmente le rompió el brazo, a otro lo habría matado, se contuvo y el emperador lo sabía bien, por eso no lo castigo a pesar de que era un príncipe, tal vez si hubiera sido el príncipe Alexktim, hubiera sido castigado, aunque lo dudaba, él era una figura política, un joven heredero de un gran ducado, su poder era tan grande como el del emperador, en sus comienzos, e incluso mayor, Armería, no levantaría sus armas contra él, pues sabían de su lealtad a la princesa, y desde el nacimiento del príncipe Alexktim, lo consideraban el consorte de la princesa, y él no los contradecía, la princesa se casaría con quien quisiera, si el servía para dejarla ser libre, el dejaría que todos creyeran lo que quisieran, recorría el camino de llevaba hacia Ambrosi, su hermano estaba herido, una lesión sin importancia, solo se fracturo la pierna y unas costillas al caer del caballo, un total debilucho, en su opinión, pero le debía un favor, así que tuvo que aceptar ayudarlo en el tiempo que le tomara recuperarse un poco, o 15 días, era lo máximo que estaría en ese lugar, le traía muy malos recuerdos, él se aseguraba que estaba en condiciones insuperables, también que el idiota del emperador, no pisara Ambrosi, ni mucho menos alguna de sus concubinas, el intento enviar a una de ellas a el palacio de Cristal, murió en el viaje y el tubo muchos problemas con el reino de la princesa, además de la impotencia de no poder tocarlo a pesar de saber que fue el quien lo hizo, nadie se acechaba a Ambrosi sin su permiso, y todos lo que entraban eran de su plena confianza, o lo que el podía tener de confianza en una persona, incluso los jóvenes caballeros eran primeros probados, por sus estándares, si no eran dignos jamás entrarían ni siquiera a la puerta de Ambrosi, quería mantenerlo todo hermoso, todo perfecto para ella cuando la encontrara, la traería primero a su amada Ambrosi, el resultado de los sueños e ideales de ambos, su verdadero hogar, un lugar donde podían ser felices, donde no importa que estaría segura, quería mostrarle la capital más segura de toda Sonmburtria nadie, entraba ni salía sin su permiso, todos los que entraban eran rehenes hasta que el los liderara, y los que querían entrar eran enemigos hasta que el ordenara lo contrario, y nadie absolutamente nadie tenía más autoridad que él, de hecho nadie tenía autoridad sobre él, no desde que ella, dejo la bacante de quien dominara su vida, porque ella, dominaba hasta las más mínimas cosas de su vida, el siempre y en absolutamente todo la obedecía, ella era la voz de la razón para él, aunque estuviera equivocada tenía razón a sus ojos, ella era absolutamente perfecta, sin un solo defecto, tan hermosa que eclipsaba el sol, las estrellas se escondían avergonzadas en su presencia y la luna, utilizaba su luz como reflector, para que todos vieran su belleza sin problemas, y ella era ciertamente hermosa, nunca había conocido a nadie tan hermosa como ella, era la dama más glamorosa, elegante, fresca, divertida, amable, ella era inigualable, con verla, su corazón saltaba de alegría, su vida estaba en sus manos, él lo sabía desde la primera vez que la vio, su vida le pertenecía, no había forma de que el olvidara, no había forma de que el perdonara, su princesa estaba viva, estaba seguro, si ella muriera, en la seguiría, y no sentía que era momento de partir, era suficiente, para el saber que estaba viva, más viva que los idiotas que ayudaron en su secuestro, todos aquellos involucrados murieron, todos menos, el su tío el actual emperador Rafaele, y su mano derecha Gastin, Gastin nunca se separa de Rafaele, sabía que moriría si lo hacía, había sobrevivido demasiado, 4 envenenamientos, 7 heridas de flechas, incluso la enfermedad que envió a contagiarle con una prostituta, parecía haberle perdonado, un par de secuestros, sin grandes progresos, por lo que lo recuperaron a tiempo, incluso lo salvaron del cuchillo que se clavó en sus costillas, cuando unos de sus hombres lo arrojo con intención de matar, pero nada, el no moría, sin importar cuanto lo intentaran, nada parecía hacerlo cambiar de opinión en cuanto a mantener su vida, pero él y Rafaele, eran los únicos que faltaban, Rafaele viviría, porque su princesa sabría que ordenarle para hacerlo pagar, ese hombre acabo con su padre, torturo a su madre, y en medio de tanto dolor envió asesinos a matar a sus sobrinos, mientras él era enviado a proteger a la madre de la princesa, por sus órdenes explicitas, ahora estaba a salvo, estaba segura con su familia, su hermano lo ayudo mucho, en varias ocasiones en ese primer año de sufrimientos, ahora le debía la mayor cantidad de favores que jamás debió a nadie, y ya empezaba a cobrarle, sabía que sus intenciones eran buenas, solo quería separarlo de su estado de depresión, pero ahora ese estado siempre estaba con él, lo único que lo mantenía de pie, era la esperanza, nada más, ayudaría a su hermano, pero después de los 15 días acordados volvería a la búsqueda de su princesa, aunque tuviera que llegar a los confines del mundo, apresuro el paso de su caballo, y su comitiva hizo lo mismo, llegaban tres días después de los demás, el aviso les llego, cuando estaban a un día de camino, pero el primero tomo las medidas para que la búsqueda no se detuviera, descansaron y recogieron todo para empezar camino, ya estaban en el tercer día de retraso la noche avanzaba bastante rápido a la distancia, pocas veces, se apresuraba ahora no tenía prisa, el joven impetuoso, que fue una vez, murió, y solo su princesa, su querida Artie, podía revivirlo, porque nadie más podía solo ella sería capaz, de hacer tal proeza, llegaron de noche su comitiva se quedó en una posada para pasar la noche, el termino de llegar al palacio con dos escoltas, lo dejaron y se despidieron, el entro, abrió el ala prohibida, el ala exclusiva de la princesa, todo era tan hermoso como lo imaginaba incluso su habitación que estaba al lado de la suya, recodaba como ambos reían mientras la diseñaban.