Herencia Oscura [2]

CAPÍTULO 01

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-¡Entramos a Hogwarts! ¡Iremos a Hogwarts!- unos gritos resonaron por la mansión.

Narcissa y Lucius comían tranquilamente en el comedor junto a Severus Snape. Altair y Draco entraron a la vez al comedor agitando las cartas que tenían en sus pequeñas manos.

-¡Entramos a Hogwarts!- dijeron a la vez.

Lucius miraba a su hijo e ahijado con orgullo, aunque él hubiera preferido que fueran a Durmstrang, pero su mujer logró persuadirlo haciéndolo cambiar de opinión. Severus miraba a su único hijo con una sonrisa orgullosa aunque no se notará, y finalmente Narcissa, quien ella no disimulaba para nada la felicidad de que sus niños fueran a la misma escuela, donde ella estuvo con sus mejores amigas.

-Felicidades mis niños.- dice Narcissa viéndolos con dulzura.

-Era lo menos.- dice Lucius serio.- Si no irían a Durmstrang, tendrían que asistir a Hogwart.

-Lucius no empieces.- lo miró severa su esposa.- No podíamos enviar a los niños lejos.

-Lo importante Malfoy, es que ambos queden en Slytherin.- agrega Severus con arrogancia.

-Por supuesto padrino.- asiente el rubio.- Altair y yo, definitivamente estaremos en Slytherin.

-Claro, haremos que estén orgullosos de nosotros.- dice Altair con una sonrisa arrogante.- Incluso a mi madre... aunque ella no esté aquí.- murmura y los adultos se ven entre ellos con disimulo.

-De eso no tengo dudas.- asiente Narcissa con una mirada melancólica al ver a su sobrino.

Altair Snape.

Era el único hijo de Severus Snape y ¿Quién era la madre? Era todo un misterio que el azabache planeaba llevarse hasta la tumba, o bueno, hasta que Altair fuera un poco más maduro de lo que ya lo es. Desde que supo de la existencia de Altair, a velado y cuidado de él con un poco de ayuda de los Malfoy y las Black, quienes lo han integrado como un miembro más en la familia.

Por parte de Altair, siempre había tenido demasiada curiosidad por saber quien era su progenitora, quien fue la mujer que le había dado la vida; pero no gastaba su tiempo en preguntarle a su padre menos a sus padrinos con eso, ya que no sería la primera vez que los tres adultos le nieguen esa información.

-Ni te preocupes por esa mujer.- dice Draco animándolo.- Nosotros que si te queremos, bueno, yo de lejitos... siempre estaremos para ti.

-Draco.- regañan sus padres.

-¿Qué?- pregunta inocentemente.

-Cariño, no puedes decir que su madre no lo quería.- dice Narcissa sonando dura.

-Pero si es cierto.- dice Draco alzando los hombros.

-Draco, no hables lo que no sabes.- dice Lucius severo.

-Draco tiene razón. Si ella de verdad me quisiera, hubiera estado presente en mi vida, ustedes son los únicos que considero mi familia.- comenta Altair con tono serio.- Al igual que la tía Emely, tío Rabastan y Venus.

Para nadie era secreto que Altair y Draco eran inseparables ya que después de todo se habían criado juntos como hermanos, así que entendían porque ambos coincidían en algunas cosas.  Severus quien solo se había mantenido al margen, miraba a su hijo con intranquilidad, pero al mismo tiempo con nostalgia al darse cuenta que cada vez era similar a esa mujer.

-En unas semanas iremos por tus cosas al callejón Diagon.- habla finalmente Severus dando por zanjado el tema.

-¿Puedo tener una lechuza?- cuestiona Altair.

-Claro, tendrás una lechuza, y todo lo que quieras.- le asegura Severus sereno.

-Gracias padre.- dice este abrazandolo.- Eres el mejor padre.- le susurra haciendo que el hombre se le posara una diminuta sonrisa en sus labios.

-Y tú eres el mejor hijo, que la vida me pudo dar.- le susurra de la misma manera. Severus haría lo que fuera para ver feliz a su hijo, y estaba dispuesto a todo por él.

Severus haría lo que fuera para ver feliz a su hijo, y estaba dispuesto a todo por él

-Trae la correspondencia, Dudley.

-Que lo haga Harry.

-Astra, ve tú.- ordenó tía Petunia pero Harry se puso de pie de inmediato.

-Ya voy yo.

Astra le agradeció interiormente y continuo cepillando el suelo con fuerza hasta que quedó bien pulido. Podría estar obligada a limpiar, pero al menos lo hacía muy bien. Cuando terminó, Harry estaba entrando de nuevo, cargando cuatro cartas. Dos de ellas se las dio a tío Vernon, pero la otra mitad se las trajo consigo.

Su hermano levantó la cabeza para mirarla, y con solo eso entendió que las cartas eran para ellos. Astra se incorporó rápidamente, secando sus manos en el delantal. Harry le dio una de las cartas, era de sobre grueso y pesado, hecho de pergamino amarillento, sin sello.

«Señorita A. Potter

Alacena Debajo de la EscaleraPrivet Drive, 4Little WhingingSurrey»

Harry y Astra enlazaron sus miradas comunicándose como usualmente lo hacían sin decir nada. Las mismas preguntas flotaban entre los dos.

¿Quién nos había escrito, y cómo sabía exactamente donde dormíamos?

No tenían amigos, ni parientes. Astra tenía un carnet en la biblioteca, pero jamás había dado la dirección de la casa. Con manos temblorosas le dieron la vuelta a la carta.



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En el texto hay: slytherin, siriusblack, hogwarts harry potter fanfic

Editado: 10.04.2024

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