Ambos se acomodaron en su asiento, intentando no demostrarse tan sorprendidos con lo que escucharían.
-El alma de los tres reyes ha sido liberada en su mundo, tal y como juraron hace diez generaciones. Los tres reyes solían ser seres con poderes oscuros encargados de arrasar con todo, convirtiéndolo en un reinado de terror, hace muchos años, consumieron el mundo místico en búsqueda de generar terror en los seres, cegados por la sed de poder y un egoísmo alto, hasta que las almas puras llegaron a restaurar el orden y la vida. Las almas se dividen en tres caballeros de sangre pura, el caballero del fuego, capaz de derretir la materia con ardientes famas, el caballero de agua, quien controla los cuerpos de agua a su gusto, y el caballero de la fauna, con la habilidad de llamar y ordenar a la naturaleza.-
-¿Y esto que tiene que ver con que nos persigan cosas raras y hagamos cosas aún más raras?- dijo Angela un poco desesperada.
-Ustedes son los nuevos contenedores de las almas puras, cargan con su energía y sangre, solo que sus dones estaban dormidos, esperando al regreso de los reyes para vencerlos y preservar la paz, caballero de fuego y... ¿Caballero de la fauna?- dijo dudando un poco del nuevo título de Angela mirando el contraste imagen física que esperaba, en realidad, ambos eran muy poco parecidos a los héroes del mundo místico que alguna vez admiraron, tan grandes, fuertes y habilidosos, mientras ellos eran pequeños humanos mucho más jóvenes y menos entrenados.
-¿Y el caballero de agua?- preguntó Dan en voz baja, la cara de Christiel cambió a una sonrisa más suave, su mirada se clavó en el suelo unos segundos, tomando aire antes de formar su próxima oración.
-Acompáñenme por favor-
Los tres salieron de la torre para entrar a la estructura principal, caminando por los largos pasillos cubiertos en piedra y naturaleza, el suelo se sentía suave de la alfobra rojiza tapizando, Dan intentaba mirar lo que pudiera de las miles de puertas hasta que se detuvieron en una de ellas, el elfo les dio el paso al interior de lo que parecía ser un estudio con libros antiguos, analizó con la mirada el escritorio de madera oscura, casi imperceptible de la poca luz que entraba por las ventanas cerradas, no pudo evitar sentir temor al escuchar la puerta cerrarse tras ellos.
-Almas, hay algo que deben saber- dijo Christiel en su camino a sentarse. -La tercera alma, el alma de agua, no fue capaz de encontrar un recipiente...-
-¿A qué se refiere?- preguntó Dan con un escalofrío de nerviosismo.
-Cada alma debe encontrar un cuerpo puro para utilizarlo como recipiente de sus poderes, sin embargo, el alma de agua sufre de una ambición que le llevó a intentar buscar la perfección en los seres destinados a ser los nuevos héroes-
-Y los nuevos héroes somos humanos...los más imperfectos entre los seres místicos- susurró Angela, comprendiendo el tema a la perfección.
-Necesitan al alma de agua, una vez estén los tres juntos, los símbolos se activarán e incrementará su conocimiento y poder, antes que los tres reyes tomen su forma original-
-¿Cuál es su forma original?- preguntó Angela.
-No se sabe exactamente, pero si sus secuaces están buscándolos, no les queda mucho tiempo-
-Esperanzador...¿Dónde está el alma de agua?-
-Se encuentra en la cueva terrestre del reino de agua, deben llevarle un partido perfecto para poder entrenarlos-
-¿Y...Cómo es el partido que busca?- preguntó Dan algo tembloroso, no podía dejar de pensar en la presión que sería pensar que debía cumplir su expectativa para poder encontrar un recipiente.
-Necesita a alguien atlético, que no sienta miedo fácilmente, un espíritu aventurero cuyos valores pesen más que su ego, debe tener valentía para defender a quien lo necesite y ser amado por todo aquel que lo conozca no solo por su belleza, también por su carisma y gracia-
Los estudiantes intercambiaron miradas, era un prospecto...interesante, básicamente buscaba a alguien con una personalidad perfecta, al punto que era complicado creer que realmente exista un humano cuyos valores ponga por encima de sus ambiciones.
-Tienen hasta la luna llena para conseguirlo-
-¿Y cómo volveremos aquí cuando lo tengamos?- preguntó Dan.
-Les entregaré un conector- acto seguido sacó de una caja posada en uno de los estantes dos gemas rojizas con un símbolo extraño tallado, el cual consistía en varios espirales que formaban una especie de flor. -Este será su puente entre el mundo humano y el mundo místico, siempre que encuentren una puerta podrán transportarse, ahora vayan, nos veremos pronto- Dijo saliendo de la habitación.
Ambos quedaron en silencio por un momento, intentando procesar todo lo que había pasado en tan poco tiempo, Dan no podía creer que estuviera ahí, que realmente algo está sucediendo, y que de pasar de un estudiante promedio se volvió un spuesto contenedor de una leyenda que se escuchaba complicada de creer.
-¿Cuánto queda para la próxima luna llena?- preguntó a Angela en un tono monótono.
-No lo sé...- contestó en el mismo tono. Después de segundos de quedar congelados en confusión, ella tomó la iniciativa de salir del trance hacia los libreros, él volteó la mirada hacia ella, quien ojeaba los libros de uno en uno hasta encontrar algo que pareció llamar su atención, tomó un libro de portada roja.
-Los tres reyes- dijo en voz alta el título del libro, insinuando que les podría servir para conocer con qué están peleando, confiaba que Christiel los educaría cuando estuvieran listos, pero para lo que han vivido hasta ahora, necesitan saber contra qué están luchando...o intentan. -Ahora, ¿Cómo usamos esto?- preguntó la chica nuevamente, Dan no contestó mirando fijamente la puerta cerrada, avanzó a ella en pasos lentos con una idea que esperaba que funcionara o quedaría igual de confundido que ella, a unos centímetros de la madera levantó lentamente la piedra, imitando el símbolo en la madera, ninguno de los dos sintió un cambio después de su acción.