— ¿Qué se supone que estás haciendo? Mariana, no seas tan imprudente— Santiago confiaba que ella ganaría pero no pudo evitar preocuparse al ver la sangre goteando en el cuadrilátero blanco.
Mariana extrajo el cuchillo de su pierna, dejando en claro que la había sumergido un poco más de lo que había planeado debido al esfuerzo que había hecho por no hacerle caso a la chica.
La herida es profunda y lo peor de todo es que estaba en una zona ruidosa. No podía evitar que sangrara de más así que debía apresurarse en ganar o podría perder al morir por desangre.
—No esperaba esto— Hotaru siguió hablando con tranquilidad, cubriendo su boca con su mano mientras miraba a la chica sangrar. No admitirá que la expresión de Mariana, esa mezcla de dolor y fiereza le gusto— Es verdad que a mi nivel la gente aún puede resistirse pero escapar una vez dentro… Bueno, eso es raro.
— ¿Controlas la voluntad de la gente?
—No le digas a nadie porque es vergonzoso pero mis poros generan alguna clase de hormona que una vez olfateada, los vuelve susceptibles a órdenes exteriores… Si, controlo la voluntad de la gente— La chica le quito importancia con la mano— La verdad es que yo tampoco lo entiendo muy bien, cosas químicas y así.
Mariana tampoco trataría de entenderlo.
Pero gracias a eso ya comprendía porque cada que veía el futuro, ella terminaba haciendo cosas que nunca haría como rendirse o dejarse golpear por la chica sin meter las manos.
Mariana sospecho que necesitaba acercarse en primera instancia para que las hormonas entraran en su víctima pero ¿Cuánto tiempo se quedaban en el cuerpo? Y sobre todo ¿Cuál era su perímetro de acción?
Ahora ya no era importante.
Mariana logro ponerse de pie aunque estaba claro que no podría moverse como antes.
— ¿Aún quieres que nos enfrentemos?— Hotaru aplaudió su gran valor— Eres muy valiente, la verdad pero no necesitas esforzarte de más ¿Sabes? Ya demostraste ser increíble.
— ¿De qué hablas?
—Te estas enfrentando a mí y estas logrando dificultar mi camino ¿No es eso suficiente?— Hotaru estiro sus brazos hacía ella—Sabes que no necesitas ganar, solo destacar y creo que lo has hecho bastante.
— ¿De qué hablas? Seguro que para la gente que no sabe nada de ti y tu molesto poder, solo soy una estúpida que se atravesó la pierna sin razón— Dijo esta, sonriéndole de lado— Iré con todo hasta el final.
—Eso pudo haber hecho soltar mi corazón— Admitió Hotaru con vergüenza. Nunca había conocido a alguien que se aferre a la victoria como ella y eso solo la hizo sonreír más.
Hotaru retrocedió ante el siguiente embiste de la chica, moviendose hacia un lado cuando esta trato de atravesarla con su cuchillo. Ya iba directo a matar, cosa que le emociono todavía más, pues nunca había tenido que moverse tanto durante un combate antes.
Mariana lanzo un navajazo primero hacia la derecha, entonces la chica se movió ligeramente hacia la izquierda pero su ataque no se detuvo, pues con su otra mano y con sus dedos contraídos golpeo el costado de la chica que no pudo contraatacar como le hubiese querido.
Hotaru se apartó, sujetando su costado.
—Los tipos que usan poderes como el tuyo confían tanto en el que no piensan en sus habilidades físicas, al menos no tanto— Dijo Mariana mientras sonreía. Estaba claro que la pierna le dolía como el diablo pero quería sonar confiada.
—Increíble, la toco— Susurró alguien a un lado de Santiago mientras miraba el combate en las pantallas— Muy pocos logran hacerlo.
Santiago frunció los labios ante ese comentario.
— ¿No te duele en el corazón golpear a alguien tan frágil como yo?— Preguntó la chica, sobando su costado.
—Lo siento— Se disculpó Mariana.
—No importa, he aprendido mucho hoy— Dijo la chica de forma pensativa— En mi academia estoy en la cima, quizá porque la mayoría de gente está bajo mi control pero digamos que es fácil destacar.
— ¿Eso no es como hacer trampa?
—No, las calificaciones aun las ponen las maquinas— Dijo la chica, decepcionada de no poder subir su promedio— Solo funciona fuera de las aulas y con los combates de prácticas y… aquí pero ya he visto mis carencias.
—Supongo que con un poder como el tuyo es lo normal…
— ¿Verdad? Pero aunque no lo parezca, se pelear— La chica sonrió con vergüenza pero de un momento a otro, sonrió de otra manera— Como sea, ya deberías rendirte, pues la herida en tu pierna no parece estarse cerrando y…
—Lo siento pero no puedo detenerme, ya te lo dije pero iré con todo hasta el final— Mariana apretó su pierna herida con fuerza para resistirse a las palabras de la niña— Mi poder no es la gran cosa así que he tenido que trabajar el doble de duro de lo que podrías imaginar.
Hotaru lo entendió y se preparó.
Mariana ataco de nuevo, lanzando un par de navajazos que Hotaru por poco evito, entonces después del segundo, ella trato de golpearla de la misma manera que antes, pero Hotaru desvió el ataque con sus manos, tratando de mover sus piernas para apartarla de ella, a lo que un nuevo navajazo la hizo inclinarse hacia atrás.