Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

No hay motivos malos.

— ¡Esta delicioso!— Confirmo Mariana dándole otra mordida a su torta de pollo empanizado— ¿Shú la hishiite?

Mariana Kim era una chica de tez olivácea, ojos castaños, cabellos castaños largos atados en una cola ese día, labios gruesos, buena figura gracias al entrenamiento, además de una nariz respingada cubierta de pecas. Ese día llevaba su uniforme sencillo de la SDO, una playera negra especial de manga larga y unos pantalones de mezclilla azul, ambos creados con tela especial. 

—Primero termina de masticar— Le regaño Santiago, teniéndole el jugo que compro en la tienda de enfrente.

La chica tomo un sorbo largo— Lo siento, es que no he comido en días... Ah… Lo siento…

—No te preocupes, lo supuse, por eso vine a traerte algo— Santiago le pego en la cabeza con su mano ladeada pero con mucha suavidad— Entiendo que estés deprimida pero no puedes dejar de comer ¿Me entiendes?

—No lo hago porque este deprimida…—La chica hizo un leve puchero ¿Por qué tenía que conocerla tan bien?

—Me estás diciendo que dejaste de comer por… ¿Ninguna razón?— Santiago le miro con una ceja levantada.

— ¡Tengo mucho trabajo!— Señalo su computadora, haciendo una mueca— Han desaparecido algunos agentes y nadie parece dispuesto a hacer nada. Por lo que he investigado, ha pasado en otras ciudades también.

— ¿Un villano?

—Lo más probable…

— ¿Necesitas ayuda?

— ¿Me ayudaras con algo de la SDO? ¿Qué te pasa?— En realidad Mariana estaba emocionada por dentro de escuchar esas palabras. Sería genial volver a trabajar con él como en los viejos tiempos. Era lo que necesitaba ahora que…

—No me emociona pero me preocupas— Confirmo el chico, mirándola con aquellos profundos pero brillantes ojos negros— Quizá si te ayudo, te pueda tener más vigilada y no tendría el miedo constante de que te desmayes, además, si los agentes están desapareciendo, entonces necesitaras un nuevo compañero ¿No?

Mariana quería golpearlo por ser tan bueno con ella pero sería contraproducente.

— ¿Por qué eres tan bueno? ¿Tratas de reconquistarme?— Mariana trato de bromear con él.

—No creo que funcione— Le siguió la broma, soltando una suave risa que solo hizo querer golpearlo más.

Mariana regreso la vista a la computadora, mientras una mueca de desagrado se formaba en su rostro.

— ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Encontraste algo?— Santiago se acercó a la pantalla también.

—N-no precisamente— Ella se apartó de forma imperceptible— Como sea, entonces ¿Me cubrirás las espaldas?

­—Mientras no afecte mi horario en el trabajo…

— ¿Y el labo…? Ah cierto, lo siento— La chica termino rascando su nuca con nerviosismo— Quizá durante nuestra investigación encontremos algo ¿Si? Ella seguro que estará bien.

—Sí, gracias, lo sé— Dijo este, tratando de apartar los pensamientos negativos, entonces señalo la comida esbozando una leve sonrisa— ¿Quieres probar la ensalada de manzana?

— ¡No es navidad pero qué bien!— Termino la chica, sonriendo bastante, algo que también le provoco una sonrisa a Santiago. Verla tan demacrada, con bolsas en los ojos no era agradable pero cuando sonreía de verdad, no podía evitar verla tan brillante como solía ser.

Entonces su expresión cambio.

— ¡Las practicas! ¡Tengo que irme! ¡Guárdame mi ensalada!— Mariana tomo los documentos de su mesa y salió corriendo.

—Casi ni me sorprende— Diego comenzó a recoger. Debía salir de ahí antes de que llegara alguno de sus viejos compañeros o su viejo jefe.

— ¿Y esta vez que te preocupa?— Preguntó Aylin mirando a Johan quien no mordía el bocado de su comida, dejándolo en la boca unos segundos, mientras comían su almuerzo en el techo de la academia.     

—Estaba pensando en que Iris, Esmeralda y Javier ya se estarán preparando para salir a hacer sus prácticas— Johan tampoco podía quedarse atrás— Pero de todas formas ¿Qué es lo que tienes en la mano?

Pudo ver el brillo de reojo.

—Ah, lo siento— Aylin le mostro unas pequeñas pulseras blancas con un disco pequeño negro en la palma— Me las mando una mujer que hace equipo, no recuerdo su nombre pero ya sabes, por lo del torneo.

— ¡Genial! ¡Ganaste un patrocinador!— Johan sabía que el torneo haría que empresas y grupos de héroes escogieran a los que tuvieran más potencial y para mostrar su interés, le mandarían equipo o incluso cartas de reclutamiento.

Pese a que el mismo fracaso antes de llegar al torneo, decidió no pensarlo mucho y concentrarse en mejorar para hacerse mucho más fuerte.  

—Gracias— Aylin no pudo evitar mirar ambas pulseras.

—Pero ¿Qué hacen?

—Ah, me ayudan a dirigir los gravitones— Aylin utilizo su poder e hizo flotar su lonchera— Con esto puedo hacer flotar cosas especificas sin levantar un campo gravitatorio aunque necesito practicar porque…

Continuo pero entonces la estuchería de Johan también comenzó a flotar.




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