Familias II
La llegada de los refugiados y el regalo de vida que el destructor de todo les había hecho, fueron una sorpresa y la noticia del día en su territorio por días. Los mismos refugiados se preguntaban que carajos estaba pasando o si estos seguía siendo real, no entendían como alguien tan malvado y peligroso podía hacer algo tan noble como reunir familias. Solo los que habían estado bajo su protección el tiempo suficiente sabían por qué lo hacía, por qué actuaba de esa manera. Pero esto no era algo que fueran a explicarle, era algo que debían entender solos
Los que se habían quedado en palacio, aquellos a los que no tuvieron un regalo de vida, rara vez se reunían con alguien que no fuera de sí grupo, ellos mismos se aislaban o se reunían como si grupo. Sentían que había cosas ocultas dentro de las paredes de ese palacio, pero era normal. No era como si ellos fueran de mucha confianza, después de todo habían llegado a ese lugar con mentiras.
—¿Te has comunicado con él?
Velkam volvió su mirada a ver a su amigo de viaje, él mismo había tenido esa duda del resto.
—No… no siento que deba.
—¿Te convencieron con pan y circo?
—¿Qué posibilidades había de que la familia de todos ellos estuviera bajo el ala del destructor, Faeld? —la voz de Seivian salió más agresiva de lo que ella quiso.
—Solo quiso comprarnos para que nos olvidáramos de nuestra misión…
—¡Basta! —le llamo la atención Velkam.
—Debemos ponernos en contacto con Dragos y destruir este lugar desde dentro…
—¿Solo para hacer enojar al rey maldito?
El pequeño grupo se sobresaltó al escuchar la voz de uno de los hombres de Lucían.
—Vogel no es… —murmuro Seivian, pero guardo silencio cuando la fulminó con la mirada.
—En ningún momento nos tragamos eso de “los pobres refugiados”, ¿Saben por qué?
Todos observaban confundidos a Vogel quien perezosamente se sentó en uno de los sofás, cerca de Seivian y Velkam.
—¿Qué?
—¿No te lo dijo tu patrocinador?, si esa es tu capacidad de percepción, señor Furia, temo que sí, tu raza está condenada —se burló Vogel encendiendo un cigarrillo.
—¡No voy a permitir que se burle de la situación de mi gente!
—No es una burla, es una observación. ¿No le dijo su patrocinador que hay debajo de sus sótanos?
Las palabras del Lobo tenían a todos desconcertados, nadie era tan cercano a Dragos o había permanecido por tanto tiempo en su territorio como para saber qué demonios estaba diciendo este.
—¿Por qué no te dejas de rodeos?
Vogel le dedicó una larga mirada a Visel, todo momento mantuvo comunicación con su rey y sus hermanos.
—Dragos no deja vivo a ningún ser que decida revelarse o ir en su contra, creo que deben reunirse con las familias de los supervivientes para que escuchen sus historias, solo espero que no sean tan tontos para pensar que fueron manipulados.
—¿Entonces explica por qué tu rey hizo esto? Es muy simple lo que te pedimos…
—Malar, él es el destructor de todo, tu duda es más compleja. Pero la responderé con una frase, “dale esperanzas a tu enemigo, prueba su lealtad y arranca si corazón”
El tono amenazador del Lobo no le gustó a nadie, pero comenzaron a tener una idea de lo que la retorcida mente del rey maldito y todo lo que les había orquestado.
—¿Va a darnos muerte?
El tono preocupado de Visel atrajo la atención del Lobo, lo que le dio la idea que algunos de ellos no pensaron que esta era una misión suicida.
—No pequeña Visel, él no es el asesino despiadado que sus padres les contaron.
—Si lo soy —interrumpió Lucían a Vogel entrando en el pequeño salón —Solo que no mato personas sin una razón.
—Nosotros somos tus enemigos —sentencio Velkam poniéndose de pie.
—¿Lo son macho Furia?, ¿estás seguro de ello o te has comprado los cuentos en mi contra?
Velkam lo observo con cuidado, en realidad… ahora dudaba de todo lo que sabía.
—Solo venimos a tus tierras siguiendo un rastro —revelo Malar finalmente.
—Supongo que el de un Lobo, ¿verdad?
—Sí —respondió con algo de recelo Velkam.
—Pues resulta que yo tengo bajo mi protección a tres descendientes del Oscuro, ¿no es así Vogel?