En el transcurso del año, Verónica le pagó pre-icfes (cursos de preparación para hacer las Pruebas de Estado) a Nando, puesto que ella tenía contactos, así que no fue complicado suministrarle al chico todos los recursos necesarios. La profesora habló con los padres de Nando y se dio cuenta de que los señores tenían graves problemas de alcoholismo. Lo maltrataban física y mentalmente, lo cual facilitó la denuncia para que la custodia de Nando estuviera con sus tíos paternos.
Verónica, aparte de ser su docente en el colegio, también se convirtió en su profesora particular. Rápidamente Nando bajó de peso y su piel mejoró en grande. Debajo de ese cuerpo obeso estaba escondido un chico atractivo. En cuestión de meses se volvió más popular que Pedro y Santiago, y los dos críos, aunque les doliera, llegaron a admirarlo para luego ser sus amigos. Nando destacaba en todas las materias y fue eximido de la mayoría de exámenes.
Nando recibía más confesiones que Pedro, pero con mucho respeto él las rechazaba y les dejaba en claro que él estaba enamorado de otra chica. Ellas bajaban la cabeza y le respondían:
—Estoy segura de que esa chica debe ser muy feliz a tu lado. Debes cuidarla mucho.
Nando guardaba silencio y les contestaba con una sonrisa.
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Llegó el día de las Pruebas de Estado. Nando se dirigió a la Universidad de Cartagena en la sede del barrio Centro, ciudad amurallada y colonial, en un amanecer de octubre. Estaba bien vestido y arreglado, desayunado al tope y muy descansado. Hizo fila en medio de una tempestad de muchachos ansiosos por culminar ese requisito.
No sé sabía a qué horas abrirían la entrada para iniciar la actividad. La primera jornada constaba de seis horas, luego tendría dos horas para el almuerzo, y después, cuatro horas en la tarde para la segunda y última jornada. En la espera, sacó sus audífonos de diadema y se sumergió en los soundtracks de Metroid Prime. No duró el minuto de música cuando las puertas del claustro institucional se abrieron y permitieron el acceso.
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Nando entró en el aula asignada, le dieron el folleto con las preguntas y el pliego para rellenar las respuestas de selección múltiple. Tragó saliva y abrió la primera página de su examen.
«Pan comido —pensó».
Nando fue el primero en abandonar el aula en tan solo dos horas. Luego aprovechó el tiempo que le quedaba de sobra para viajar en su música de videojuegos, sentado en la cafetería Juan Valdez, a unos pocos metros de la sede universitaria. El tiempo pasó y sacó el almuerzo de su mochila, se alimentó, puso la alarma en su celular para ir a tiempo a su segunda jornada y volvió a sumergirse en la música con el volumen moderado.
No hubo problemas en su segunda jornada y era más corta. En cuarenta minutos, Nando fue libre como el viento, entregó su hoja de respuestas y abandonó el aula dejando a los demás estudiantes, docentes y vigilantes atónitos.
En diciembre le darían los resultados. Aunque no hubiera cursado noveno, décimo ni undécimo, Nando ya había recibido todas las materias y superado los créditos.
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AÑO 2023. CARTAGENA DE INDIAS
Se repetía un nuevo año para los estudiantes de noveno grado en el colegio Montessori. Santiago, Alexis y los demás alumnos se reencontraron en el salón, pero faltaban dos personas: Pedro cursaba octavo grado nuevamente y Nando estaba sentado en un aula de la Universidad de Cartagena, recibiendo su primera clase de Principios de Economía 1.
Nando se había ganado dos becas por sus impecables resultados en las Pruebas de Estado. No necesitó realizar el examen de selección universitario, por ende, las puertas institucionales se le abrieron para que se comiera el mundo con su hambre de conocimiento y expansión.
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3P.M, ENTRADA DEL COLEGIO MONTESSORI
Con los estudiantes huyendo del claustro del conocimiento, Nando esperaba a alguien en especial bajo la sombra de una palmera. No veía a esa persona, pero siguió esperando. Descubrió a Santiago, a Alexis y a los demás saliendo por las puertas del colegio y les hizo un saludo con la mano. Ellos también le respondieron con empatía y siguieron su rumbo. Luego de dos minutos, vio a Pedro peleando con otro chico de octavo.
«Vaya, el bruto retrocedió a neandertal —pensó Nando».
El tiempo pasaba y la profe no salía.
«¿Estará o ya se fue?».
Nando se rascó el mentón alzando la quijada.
—¿Qué haces allí, genio?
Nando se giró y vio a Verónica con una caja de pastel en las manos.
—Vamos a festejar que serás el próximo economista que cambiará el mundo para bien. —Le sonrió con coquetería—. Y de paso te daré otro postre nuevo para tu paladar, malpiénsalo, baby.
Nando se puso todo colorado y guardó silencio. Cogió la caja de pastel con un brazo, y con el otro, sostuvo a Verónica por la cintura.
FIN
Espero que te haya gustado el ensayo de ficción. Tengo más relatos gratuitos en esta plataforma y libro pagos en Amazon.
Te deseo un lindo día.
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Editado: 27.08.2024