NARRADORA OMNISCIENTE
Por una calle desolada caminaba una mujer, llevaba en una de sus manos una caja y en el otro brazo un bebé de apenas unos días de nacido.
Llegó ante las enormes puertas de un antiguo e imponente edificio, colocó la caja en el suelo, con lágrimas en los ojos besó al bebé que llevaba en sus brazos, lo ubicó cuidadosamente dentro de esta, lo abrigó con una mantita y colocó un papel entre sus ropas. Miro a la criatura por última, sus ojos enrojecidos por el llanto desprendían mucho amor, tocó el timbre del lugar y se ocultó en la oscuridad.
La mujer vio cómo una señora mayor abría la puerta del lugar, y hallaba la caja, tomándola y metiéndola dentro raudamente.
La mujer se fue con el corazón destrozado, pero sabiendo que había hecho lo mejor para su hija, ya que ella estaba condenada a vivir bajo el yugo de un ser malvado, y sabía que en cuanto su hija creciera seguiría la misma vida de ella, siendo maltratada de todas las formas posibles, hasta que la matara a golpes o la desechara a una vida peor porque ya a él no le servía.
Mientras tanto en el orfanato…
En el edificio solo quedaban unas pocas personas despiertas, eran más de las 11 p.m., los niños hacía rato que dormían, cuando sonó el timbre del lugar. Carmen, la cocinera, se apresuró a atender la puerta, cuando abrió no vio a nadie, pero escuchó unos sonidos raros que la hicieron mirar hacia abajo, y allí en el suelo encontró una caja con un bebé dentro, rápidamente la asió y entró con ella, llamando a los que se encontraban despiertos, que era el director del orfanato, una de las encargadas y un asistente.
Revisaron a la criatura, y sólo tenía la ropa que llevaba puesta y el acta de nacimiento, en la que constaba el día y la hora que había nacido, además del nombre de su madre y el de ella. Llamaron urgentemente al médico de cabecera de los niños internados allí.
Una hora después...
Llegó el doctor, revisó a la criatura, constatando que la misma estaba en buen estado de salud, solo un poco deshidratada. La niña fue bañada, cambiada y alimentada. El nombre que su madre había elegido para ella era Rosario.
La niña creció como una más del lugar, solo se diferenciaba del resto por su amor por el arbolito de navidad, pero principalmente por el pesebre.
Los años pasaron....
Rosario sólo sabe que pocos días después de que nació fue dejada en el orfanato, no sabe si fue abandonada porque no la querían o porque su madre la quería salvar de una vida peor. A pesar de eso creció llena de esperanzas.
Nunca tuvo un cumpleaños como los que podía ver en las películas, porque al haber tantos niños en el lugar, solo festejaban un cumpleaños por mes, o por trimestre, según la cantidad de niños que cumplieran años.
Como dije, le gustaba mucho la Navidad, armar el arbolito, y siempre trataba de ser la que mejor se portara, para poder poner el niñito Jesús en el pesebre.
Allí estudió hasta la preparatoria, hizo un curso de enfermería y uno de primeros auxilios. Cuando estaba por cumplir los 18 años, le avisaron que tendría que irse del lugar, pero le habían conseguido un trabajo de “sirvienta” en una casa de gente con dinero.
El día que debía irse, guardó sus cosas en un bolso, se despidió de sus compañeros y fue hasta la oficina del director.
Director-- hola Rosario, esta es la dirección de la casa a la que debes presentarte (( le pasó un papel con todos los datos escritos )) espero que te portes a la altura de un lugar de prestigio como al que iras, son gente de mucho dinero, muy educados, así que debes tratar de hacer todo lo mejor que puedas….
Rosario-- está bien señor, eso haré….
Director-- antes que me olvide (( abrió un cajón de su escritorio )) toma, este es tu documento y tu certificado de nacimiento, cuando te dejaron en la puerta era lo único que traías…
Rosario miró el papel y lo leyó, por fin sabía cómo se llamaba su madre, y supo también cuál era su nombre completo, el cual nunca le habían dicho, se llamaba Rosario Victoria Funes. Salió del lugar con mucho pesar, porque debía alejarse de lo que durante 18 años fue su vida…
Llegó al lugar a donde la había mandado el director, era una mansión, tocó el portero eléctrico, cuando la atendieron...
xxx-- que quieres, no damos limosnas, así que vete… (( escuchó la voz de una mujer ))
Rosario-- disculpé señora, soy Rosario Funes, vengo del orfanato, el director me dijo que acá me darían trabajo…
xxx-- claro, eres la nueva sirvienta, cada vez son peores…. pasa.
El portón se abrió, y Rosario entró con miedo, tuvo que caminar un gran trecho hasta llegar a la puerta principal, cuando iba a golpear la puerta de la casa, una mujer apareció por un costado de la propiedad…
xxx-- no, muchacha ignorante, ¿cómo piensas que puedes tocar la puerta principal de esta residencia? ¿acaso no ves lo que eres?
Rosario-- disculpe señora, yo solo….
xxx-- nada, nada, no quiero escuchar tus excusas tontas, ven por acá, tú debes entrar por donde entra la servidumbre, la puerta de la cocina…
Rosario-- disculpe, es que es la primera vez que vengo no conoc….
xxx-- así que tenemos una contestona, ya vas a ver como sacamos la rebeldía en este lugar, acá vienes a trabajar no a estar hablando…
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Editado: 12.12.2021