Parte 1
Merid estaba observando el combate junto con Cecilia, cuando este concluyó con Victoria ganando por un estrecho margen, Merid soltó un profundo suspiro ante el resultado que ya esperaba.
“cielos, sabía que lo más seguro era que ganaría Victoria, pero al menos la otra chica le dio bastante pelea.”
“de hecho, no puedo creer que un humano pueda ser tan fuerte como para luchar así con un semidiós.” dijo Cecilia al lado de Merid.
“eso es cierto, esa chica en verdad que es impresionante, es tan joven y aún así tiene un modo de alcanzar ese nivel.”
Cuando un ser humano recibía la protección de un Dios y se volvía capaz de usar magia, estos debían cultivarla mediante diferentes métodos de entrenamiento a lo largo de su vida, este desarrollo se daba lentamente a medida que se iban revelando los hechizos en la mente de la persona, en promedio cada practicante obtendría un hechizo nuevo cada año y medio si entrenaba todos los días durante por lo menos unas dos horas. Claro habían casos de una revelación repentina en momentos determinados, también era una cuestión de suerte.
Los semidioses por otro lado, poseían una disposición natural hacia la magia, eran capaces de usar magia desde su nacimiento y cada hechizo que aprendían era poderoso, su ritmo de entrenamiento también era muy rápido, siendo capaces de obtener los resultados que una persona promedio obtendría en 10 años en la mitad de ese tiempo.
Esto marcó una diferencia crucial entre ambos lados, dando como resultado que los semidioses se harían más fuertes mucho más rápido que casi cualquier raza terrenal. Habían unas cuantas excepciones pero eso no viene al caso.
“La pelea realmente fue intensa, sin duda fue muy digna de ver, pero la que me interesa es la siguiente.” dijo Merid con rostro solemne.
“¿eh?¿la siguiente?¿acaso saldrá alguien muy fuerte que él espera ver?” se preguntaba Cecilia a su lado. Cecilia no había asistido hasta ahora al torneo, por lo que naturalmente no sabía la alineación de combates y no podía saber que el combate que venía a continuación era algo que mucho esperaban ver.
Era el combate donde saldría Belial.
“¡JAJAJA! ¡Muy bien, después de haber disfrutado de semejante duelo imagino que muchos aquí esperan por más!¡no se preocupen!¡porque el combate siguiente será algo que les pondrá a todos los pelos de punta!¡¡LITERALMENTE!! entrando a la arena vistiendo ropas negras y blandiendo su enorme guadaña, hace su aparición aquel que hizo temblar todo el coliseo con su presencia ¡¡El llamado Ángel de la muerte!!¡¡BELIAL HADEEEEEES!!”
Muchos aplausos sonaron, pero no fue una recepción tan animada como en los otros combates, esto se debía a que la mayoría de los presentes estaban mas bien nerviosos con la presencia de Belial, todos recordaban lo espeluznante que se veía en su anterior enfrentamiento, así que aparte de unos cuantos raros que estaban emocionados, los demás tenían sudor frío.
El propio Belial parecía completamente indiferente a esto, entró tranquilamente al coliseo vistiendo su [Toga del diablo] y en su ojo izquierdo tenía un parche de cuero que había comprado en reemplazo del anterior.
“¿Ángel de la muerte?¿desde cuándo tengo un apodo como ese?” Se decía Belial a si mismo con una expresión cansada en el rostro.
Merid por otro lado, estaba sentado en su lugar conteniendo una carcajada al escuchar el apodo de Belial “¿ángel de la muerte? Vaya, realmente le han dado un buen nombre ¿no? Jajajaja justo en el clavo ¡¡jajajaja….!!”
“¿por qué le pusieron ese nombre?” Cecilia al lado de Merid preguntó con una cara inocente.
“¿eh? Ah, cierto, no estuviste en los combates de la primera ronda, verás, Belial montó toda una escena cuando en su pelea él liberó un aura tremendamente opresiva, tanto que dejó a su oponente paralizado del miedo, esa aura también afectó al público y causó que todos empezaran a tenerle miedo.”