Heroes de Olimpia - Volumen 3

El Avatar de Aquiles(3)

“¿S-Selene?”

“¿Ly-Lyceus?”

En la carpa médica del campamento Olímpico, Selene y Lyceus se miraban el uno al otro con miradas estupefactas.

Hace un momento, el comandante Asterios había aparecido de repente y lanzó a Selene hacia una camilla antes de esfumarse como el aire, todo bajo la mirada atónita de Lyceus que era el único en la tienda en este momento.

“…”

“…”

Ninguno de los dos dijo nada, Lyceus no sabía qué decir en esta situación, y Selene todavía estaba paralizada por el veneno. Lyceus se levantó poco a poco de la camilla, ya estaba casi totalmente recuperado pero todavía se sentía algo débil.

Parándose con cuidado, Lyceus se acercó a Selene mientras sus ojos se volvían vidriosos.

“Yo pensé… yo pensé que ellos ya te habían… por mi culpa tú tuviste que…”

<Lyceus…>

Selene sintió calidez en su corazón, la habían rescatado, no era necesario pensarlo más. Viendo como Lyceus estaba al borde de las lágrimas frente a ella, la tensión que la estuvo torturando desapareció.

<Este niño llorón, se supone que los hombres no lloran ¿sabes?>

Selene forzó a su rostro paralizado a moverse y formar una sonrisa, del mismo modo trató de sacar algunas palabras.

“Tran… qui… lo…”

Varios minutos después, Asterios reapareció en el medio del campamento lanzando un poderoso grito.

“¡¡Soldados!!”

Todos en el campamento pudieron oír la poderosa voz de Asterios, inmediatamente giraron su vista para escuchar su llamado.

“¡¡prepárense, porque vamos a atacar de inmediato!!”

“¿Cómo?”

“¿Ahora mismo?”

Algunas voces confundidas se pudieron oír, en contraste algunos fueron a buscar sus armas apenas escucharon eso.

“¡¡Nuestro enemigo ha perdido su barrera defensiva!!, ¡No tienen forma de defenderse de nosotros ahora!, ¡ATACAREMOS COMO UN RELÁMPAGO Y GOLPEAREMOS COMO UN METEORO!, ¡MUÉVANSE!”

Todo el campamento se puso en movimiento, Asterios comenzó a dictar órdenes una tras otra para agilizar aún más la respuesta de las tropas.

“¡Comandante!, ¡pero aún no han llegado los refuerzos!”

“¡Ya les informé al respecto!, ¡nos encontraremos allí en 5 horas!”

Astrea y sus hombres aún no llegaban para apoyar la movilización, pero ya estaban a menos de 10km del lugar, si se apresuraban serían capaces de llegar, tenían buenas monturas para eso.

No tardaron más de una hora en tener listo todo el material a movilizar, cada soldado estaba montado sobre un Caballo de Guerra con armadura de placas, los más de 100 soldados sobre sus monturas puestos en una formación se veían sumamente imponentes y poderosos.

Asterios se colocó al frente del batallón montado sobre un enorme buey de color negro cuyo pelaje parecía hecho de hilos de acero, este era un [Buey de Hierro Oscuro] que era un monstruo de clase A.

“¡TODOS SOMOS OLYMPIA!, ¡MOSTREMOS LA SUPREMACÍA DEL IMPERIO A ESOS COBARDES!”

“¡¡POR LA GLORIA DE OLYMPIA!!, ¡¡LARGA VIDA AL IMPERIO!!”

Detrás de todo el ejército estaba una carroza en la que se erigía un tótem negro encadenado, aquél tótem vibraba con ondas de energía muy intensas, parecía que explotaría en cualquier momento. Sentado en aquella carroza estaba Lyceus, hace un rato lograron purificar el veneno paralizante de Selene y ella fue capaz de moverse, los dos hablaron durante un tiempo en una conversación que podía resumirse en Lyceus disculpándose y jurando venganza contra los soldados de Arus.

En ese momento, Asterios entró de repente en la tienda y se dirigió directamente hacia Lyceus.

“Lyceus, llegó el momento de que demuestres lo que vales, necesito que seas tú quien maneje el Avatar de Aquiles”

“¿Qué?”

Asterios puso su mano sobre el hombro de Lyceus.

“El Avatar de Aquiles solo puede ser utilizado por un semidiós con un linaje directo con una gran vitalidad, tú eres un semidiós de 1ra generación y eres el único que cumple con los requisitos, solo tú podrías soportar usar ese objeto”

“¿El Avatar de Aquiles?”

Lyceus nunca había escuchado ese nombre antes, pero al escuchar el nombre de uno de los legendarios 7 Campeones Mundiales de inmediato se puso tenso.

“pero… ¿Qué se supone que pasará?”

“Lyceus, permíteme explicarte…”

El comandante procedió a explicar todo lo que sucedería una vez que Lyceus usara el Avatar de Aquiles, pronto la mirada de temor de Lyceus se convirtió en un rostro solemne al darse cuenta del tamaño de la responsabilidad que el comandante le estaba arrojando.

Tenía que ser él, no Selene que estaba herida, no Cecilia o Vera que aún no estaban aquí, sino él que poseía la resistencia para soportar el ataque de miles de flechas de luz. El Avatar de Aquiles provocaría una carga muy pesada al usuario, Lyceus era el único que podía sobrellevar el daño constante gracias a su regeneración automática, mientras tuviera maná su cuerpo seguiría resistiendo.




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