Asterios estaba liderando a los soldados sobrevivientes de la batalla en la evacuación, las sombras habían causado tanto daño que una gran parte de los soldados ya no estaba en condiciones de pelear y la única opción que quedaba era la retirada.
Asterios esperaba que sus tropas recibieran un gran daño como consecuencia del combate debido a la diferencia en números, por eso su plan inicial era tomarlos desprevenidos propinando golpes devastadores antes de que pudieran reaccionar, luego procuraría mantener el equilibrio de la batalla hasta que llegaran los refuerzos. Lo que no esperaba era que un grupo de enemigos imprevistos salieran de la nada, y que sin importar cuánto daño se les hiciera no morirían de ninguna forma, incluso los ataques al alma solo podían ralentizarlos.
Como no había forma de detenerlos solo quedaba que ellos hicieran los que les diera la gana en la batalla, lanzaban ataques suicidas que causaban un daño atroz a todos los soldados, y ni siquiera tenían que cantar los hechizos para usarlos por lo que su velocidad de reacción era superior. Asterios hace mucho había dominado el uso de magia sin canto, pero la mayoría de sus soldados no podían ni siquiera acortar el tiempo de invocación de la magia.
La llegada de Aquiles fue una verdadera bendición, quitando el hecho de que antes les había lanzado un ataque de área sin pensar en las consecuencias, su llegada significó la salvación del ejército. Mientras Aquiles luchaba contra las diez sombras, todos los demás soldados corrían de regreso al campamento.
“¡Dense prisa! ¡Ayuden a los que les cueste caminar! ¡usen magia sanadora en los heridos graves! ¡no permitan que nadie muera!” Ordenaba Asterios mientras lideraba el camino, él mismo estaba lleno de heridas y bañado en sangre pero su temple seguía impasible.
Avanzaron a paso continuo y apresurado pero inevitablemente seguían yendo muy despacio, hace un rato casi reciben uno de los rayos de luz de Aquiles pese a estar a una distancia considerable. Asterios ordenó entonces que se acelerara el paso.
“¡…!”
Asterios levantó su brazo indicando a las tropas que se detuvieran, nadie sabía por qué pero levantaron su guardia de todos modos.
<¿Qué son estas ondulaciones de maná? Vienen de todas direcciones y son idénticas ¿una formación?¿podría ser que todavía quedaba una formación activa?>
“¡Todo el mundo preparado, formación de rueda!”
No había acabado de decirlo cuando una niebla púrpura comenzó a llenar el lugar, todos rápidamente se agruparon en un círculo poniendo a los heridos en el centro, la niebla púrpura se extendía rápidamente haciendo que los árboles se marchitaran y pudrieran.
“¡Niebla venenosa!”
“¡¡Comandante!!”
“¡Tranquilos todos!” Rugió Asterios al ver el pánico de sus hombres, rápidamente hizo que se lanzara un hechizo de barrera y uno de purificación para hacer retroceder el veneno.
“Bien, escuchen todos, es obvio que estamos bajo ataque, y dudo que una formación de trampa sea tan grande y fuerte sin ser controlada por alguien. Tenemos un nuevo enemigo”
Todos pusieron expresiones rígidas ¿otro enemigo? Recién salieron de una batalla agotadora donde muchos de ellos murieron, era realmente desalentador entrar en este tipo de situación cuando ya pensabas que estabas a salvo.
De repente algo golpeó la barrera de maná con fuerza haciéndole temblar, los ataques comenzaron a llover desde diferentes direcciones en forma de lanzas de luz púrpura. La barrera temblaba mucho ante el bombardeo constante y comenzaba a deshacerse, entonces una de las lanzas púrpuras atravesó la barrera de un solo golpe y se clavó en el hombro de Asterios.
“¡AAAH!”
El brazo de Asterios se puso negro y un dolor intenso lo hizo arrodillarse.
“Mi… mi brazo, no lo siento”
Mientras todos se asustaban al ver a su comandante caer de rodillas, un enorme escorpión apareció frente a ellos. El escorpión parecía hecho de algún tipo de líquido púrpura oscuro, bajo sus patas el suelo se estaba llenando del mismo líquido que evidentemente era venenoso.
Del mismo modo, junto al escorpión apareció una persona cubierta por un manto con capucha y que usaba una máscara.
“¿Quién es este?”
“¡Es el enemigo!”
El enmascarado levantó su brazo a lo que un torrente del líquido venenoso apareció inundando el área en un abrir y cerrar de ojos, la barrera de maná ya no pudo soportar más y colapsó dejando vía libre al mar de veneno.
“[Pared Dimensional]”
Asterios apretó los dientes soportando el dolor y lanzó un hechizo creando una pared frente a la marea venenosa, eso hizo que el torrente se separara en dos cauces y los otros soldados aprovecharon para lanzar ataques creando zanjas que redirigieran el agua venenosa.
Pero entonces de los dos cauces salieron dos grandes escorpiones que atacaron a los soldados.
“¡GAH!”
“¡Ataquen, ataquen!”
Un caos se desató, en un abrir y cerrar de ojos ya habían muerto tres soldados, los demás alzaron sus armas y lanzaron hechizos que hicieron retroceder a los escorpiones.
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Editado: 19.07.2022