NARRACIÓN DE ANYA
Al salir de la torre, Nxilbbog nos recibió. La zona era justamente como la recordaba, demasiado húmeda por estar en su mayoría cubierta de bosques que se extienden por casi todo el lugar; de hecho, eran contadas las partes donde no había rastro alguno de bosque. Kriniton se veía muy concentrado, intenté acércame aprovechando que ya me había acostumbrado un poco más a él y ya no me causaba demasiado miedo, para ver qué sucedía, pero al hablarle no me hizo caso, parecía que estaba desconectado del mundo. Salex también lo notó e intentó picarle un cachete para ver si reaccionaba. Cuando su dedo entró en contacto con su piel caminó a donde estaba yo, me agarró del brazo y me llevó unos cuantos metros más para atrás. Le pregunté qué sucedía y me dijo que quizá pronto lo veríamos, ya que sintió magia acumulándose en él. Algunos minutos más tarde, Kriniton se levantó y de sus manos comenzaron a salir como unas mantas con colores entre blanco y transparente, terminaron colocándose a unos centímetros del suelo. Kriniton nos hizo señales para que nos subiéramos a ellas. Salex, sin dudarlo se subió; con un poco de duda, además de que mi miedo parecía estar volviendo, me subí yo; al último se subió Kriniton, y la manta se empezó a mover. Conforme pasaba el tiempo fue elevándose un poco más y más hasta superar la altura de los árboles, empezó a moverse hacia el oeste muy lentamente. Yo abracé a Salex y Kriniton se rió un poco, después dijo:
-No se preocupen, no pueden caerse, intenten sacar una mano y lo verán.
Salex lo intentó y en efecto no se podía, parecía que había una pequeña barrera a lo largo de la manta que impedía que nos saliéramos, como si se tratase de algún cristal hecho de un material que podía doblarse. La manta, poco a poco comenzó a acelerar hasta que llegamos a una velocidad quizá del doble que la de un caballo, por lo que en esa ocasión, llegar al castillo donde tenían a Rubén sería casi instantáneo.
Mientras avanzamos teníamos la intención de idear un plan para entrar por Rubén, pero en realidad íbamos sin nada, porque no sabíamos a qué nos enfrentaríamos. De nosotros el único que ya había estado ahí era Salex; yo estuve, pero inconsciente, por lo que en realidad no sabía qué vería o a qué nos enfrentaríamos. Salex no recordaba muchos detalles de su visita por lo que todos básicamente sabíamos exactamente lo mismo: nada. La única cosa de la que estábamos seguros era de que a quien veríamos allí sería a Xutyenek atrapado en el cuerpo de Kijim, y quizás algunos de sus esbirros.
Mientras avanzaba la plática, dedujimos que como lo que buscábamos era meramente rescatar a Rubén, y, estando seguros de que el más poderoso de todo el castillo sería Xutyenek, entonces abarcaríamos mejor espacio si nos dividíamos; de esa manera, además reduciríamos las probabilidades de ser vistos. El único problema era que estaríamos cada quien solo, por lo que ante algún peligro tendríamos que apañárnoslas cada quien por sí mismo. Afortunadamente, éramos lo suficientemente hábiles y fuertes como para que eso no significara el mayor de los problemas, pero siempre se ha visto que confiarse es, por mucho, el peor error que alguien podría cometer.
En efecto, fue muy rápido el trayecto desde Nxilbbog, no supe con certeza cuánto tiempo hicimos en lo que salimos y lo que tardamos en llegar, pero puedo estar segura de que en verdad fue muy rápido. Ya solo restaba llegar al castillo donde tenían apresado a Rubén, y una vez ahí, cada quien partir a buscarlo. El plan, además de arriesgado, era simple: nos dividiríamos e iríamos en su búsqueda cada uno por una zona del mismo castillo en particular; quien lo encontrara, se iría de ahí con él y nos veríamos todos en la torre de Boyeryetye, por ser el lugar menos peligroso y el que todos conocemos bien cómo llegar. Aquellos que no lo encontraran y hubieran revisado toda la zona que les tocó verificar, de igual manera se regresarían a la torre de Boyeryetye; esa torre sería el punto de reunión de todos, lo hayamos encontrado o no. La división de áreas aún no la teníamos completamente definida porque primero teníamos que observar bien el castillo para ver si al menos por fuera podríamos deducir las zonas interiores.
Cuando estábamos muy cerca del castillo, la manta en la que Kriniton nos transportaba fue bajando lentamente hasta llegar al suelo, y de ahí empezamos a caminar para intentar no ser vistos. A los alrededores de donde caímos no había enemigos en absoluto, y la zona alrededor del castillo estaba básicamente en ruinas, por lo que era muy fácil esconderse. Era como si hubiera habido una gran ciudad ahí a las afueras, como Hidrium; pero la hicieron explotar completa desde la primera vez que fuimos a ese sitio; hace mil años que esa tierra ha estado así… Me da un poco de curiosidad saber qué sucedió ahí. Aunque ese castillo era evidentemente diferente, podían notarse demasiadas similitudes con el de Hidrium. Por fuera era muy difícil saber cómo era el interior, así que no sabíamos exactamente qué zonas intentaría revisar cada uno de nosotros. El castillo parecía estar dividido en 3 áreas: una central y dos adyacentes; estas dos últimas parecían tener más pisos hacia arriba mientras que la central aparentaba ser únicamente una, la cual podríamos pensar que era el gran salón, y quizás un piso más hacia arriba. Cada una de las zonas adyacentes contaba con una torre en su parte posterior; en la zona central podían verse tres torres, dos en la parte posterior del castillo y una al centro, que se extendía hasta lograr ser la parte más alta del todo. En la parte del frente no había torres en absoluto, estaban únicamente en la parte de atrás, y las zonas a los lados parecían estar construidas un poco más atrás de área central, por lo que la entrada estaría seguramente en el gran salón, o, con suerte, a los lados del mismo.
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Editado: 14.04.2024