Y por fin, después de buscarte en otras vidas: Te he encontrado, mejor dicho “nos hemos reencontrado”.
Recuerdo con nitidez el primer encuentro en esta vida, y después, cada uno de nuestros “encuentros por casualidad”. Yo, siempre buscando alguna excusa para poder verte, y tú, bajo cualquier premisa aprovechabas para contarme algo de tu vida, o más bien, para ponerme al tanto de ella.
Después de conocerte una vez más, cada encuentro se volvió mágico. Cada palabra; cada abrazo; cada beso; cada caricia. Todo ello es parte de una conexión que no acabo de comprender del todo.
Por lo cual, he decidido dejar de pensar y solamente sentir. Dejarme llevar por la emoción, dejarme guiarme por lo que siento y dejar de ser tan mecánico.
He aprendido que el amor no lleva protocolos, es por ello que cada persona lo concibe de forma distinta.
De lo que estoy seguro es: que el amor no duele, el amor no sufre; el amor no es malo, el amor no es bueno.
El amor es: Equilibrio.
Es el hilo rojo que une a dos enamorados en más de una vida.
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