Confío ciegamente en que la punta de mi hilo rojo, está en tu meñique.
Observo fijamente tus manos y no cabe duda de que encajan perfectamente con las mías.
Ruego a dioses ajenos por una larga vida a tu lado.
Abro los ojos y compruebo que no eres un sueño, que eres parte de mi mundo.
La pieza clave de mi universo; no eres mi media naranja, eres mi racimo de fresas.
♥