Su aroma pertenecía a… Y su voz era… Definitivamente era Xiaowu en un autobús.
Eso es imposible, Xiaowu en un autobús, no podría suceder ni en un millón de años.
— Te acabo de dejar en tu casa, ¿Por qué saliste de nuevo? — dijo levantando una ceja.
No podía creer que Xiaowu estaba en el autobús. Me dan escalofríos de pensarlo.
— ¿Acaso tienes un novio? — preguntó con una risa burlona.
— ¡SÍ! ¿ALGÚN PROBLEMA? — dije molesta.
Vi por la ventana, no sabía dónde estaba, perdí el camino cuando me puse a hablar con este inadaptado sicópata.
— ¡Ohhh! Me estas engañando. — siguió con su tono burlón.
— No tenemos nada, ¿Cómo podría engañarte? — me encogí de hombros y me vi la vuelta para mirar al frente.
Sinceramente me ganaba la curiosidad y quería saber a dónde iba. No debo ser una chica entrometida pero realmente quería saber.
— Y tú… ¿A dónde vas? — pregunté con un tono de voz bajo. Apreté los labios por la vergüenza.
— A buscar a alguien. — dijo con su tono de voz que normalmente usaba.
Hace un buen tiempo él dijo exactamente lo mismo, que buscaría a alguien. Me pregunto quién es ese alguien, supongo una antigua novia o una amiga.
— ¡Oh! — respondí indiferente.
— Bueno aquí me bajo, nos vemos.
— Espera. — dije en voz alta. Las demás personas se fijaron en nosotros. — No~No me dejes sola. — dije conteniendo la respiración y manteniendo una sonrisa.
Se bajó del autobús y yo lo seguí.
Lo seguía por detrás, al menos me ayudaría a volver a mi departamento una vez que termine sus asuntos de los cuales no quería saber mucho.
—¿A dónde vamos exactamente? — pregunté notando que el camino cada vez era más oscuro.
— A vender tus órganos. — respondió gracioso.
Por un momento creí en su broma y mi mirada recayó en el como la de un niño cuando le quitan tu chocolate.
Luego me di cuenta y empezó a reír.
— JA, JA, JA. Muy gracioso. — respondí a su risa.
Llegamos hasta una casa con una respetable fachada. Digna de un artista.
— ¿Aquí es donde venderás mis órganos? — pregunté.
— Efectivamente.
Tocamos el timbre y salió una joven de unos 18 años.
— Buenas noches, soy la asistente del señor Andrew. — dijo apenas salió.
— ¿Está en casa el Sr. Andrew? — pregunto Xiaowu
— No, se fue de vacaciones a Irlanda. — respondió la joven.
—¡A Irlanda! — grito Xiaowu. — ¿Cuándo volverá?
— En un mes. — respondió ella rápidamente.
Nos fuimos decepcionados, aunque más decepcionado estaba Xiaowu. La decepción se había apoderado de su rostro, quizá la poca esperanza que le quedaba se había desvanecido.
Ni siquiera puedo ayudarlo.
— ¿A quién buscaba? — pregunté
Caminé junto a él, el poste de luz se prendía y apagaba.
— A un comprador de órganos. — bromeó.
Me sentí ofendida; me preocupe tanto por él para que bromee así conmigo.
— Era una broma. Vamos, ríete. — dijo Xiaowu intentando calmar mi ira.
— ¿Entonces? — Ignoré su broma.
— Buscaba a un artista. Puede dibujar el rostro de una persona. — dijo muy emocionado.
— ¿Eso que tiene de especial? — pregunté algo confundida.
— Puede retratar a una persona ya sea más joven o vieja. Por ejemplo, puedes darle la foto de un pequeño hermano y retratara a tu pequeño hermano tantos años como quiera. — él me explico.
— Entonces a quien quieres ver más viejo. ¿Acaso quieres saber cómo te verás de acá 20 años? — pregunté intentando devolverle la broma.
— No, quiero ver cómo se vería otra persona entre la juventud y la adultez. — dijo seriamente.
— ¿Es que no hay aplicaciones para eso? — dije buscando otra opción.
— Las hay, pero no son tan exactas como este artista.
— Y… ¿Quién es la persona que quieres ver entre la juventud y adultez? — pregunté cómo la jefa de un interrogatorio.
— La niña de mis sueños. — respondió.
La niña de sus sueños… Vaya.
«EL UNICO DEBER ES EL DEBER DE DIVERTIRSE TERRIBLEMENTE»
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Editado: 03.09.2022