Historia De Una Prostituta

PETICIONES

Al dejar a Iván en la esquina de su calle, me fui directamente a las oficinas centrales de Shopie’s Publicidad. Al llegar me recibió una de las secretarias de jefe Javier, quien ya me esperaba en su oficina.

-Nurit, ¿a qué debo tu visita?

-Hola Javier –le salude con avidez y seguridad –Tengo una propuesta para ti, estuve pensando que quizá Alexis no logra decirme mucho porque no le transmito confianza, y quizá si buscamos a su hijo y hablamos con él… Alexis pueda hablar un poco más… y entonces podremos hacer lo que nos pidió, una biografía más verídica.

-¿Cómo pretendes hacerlo?

-En las redes sociales, hay una fotografía que me diste donde salé él con su amada y el hijo de ambos ¿no?, igual sé que pasaron ya muchos años, pero algo podemos hacer.

-¿Pondría ser como un tipo convocatoria?

-Sí, algo así, hasta podríamos hacer una campaña en la misma empresa, algo pequeño, yo sé que igual cada publicidad es dinero, pero si lo vemos desde esta perspectiva cuando Alexis muera de todas maneras tendremos que buscarle.

-En eso tienes razón, la verdad es que nunca me imaginé algo así, podemos comenzar con un spot de lazos familiares y a partir de ese spot lanzar el hecho que se ésta buscando a un joven quien es familiar de Alexis. Buenísima idea Nurit. Parece que te apasiona tu trabajo.

-Bueno, digamos que de repente vi todo un poco más claro, me imagino que quizá podría ser mi abuelo y entonces pienso que a mí en lo personal me gustaría conocerlo, y saber el porqué de muchas cosas.

-Pues hagámoslo, ¿te parece si comienzas con la convocatoria en las redes sociales en lo que formulo el spot?

-Me parece perfecto –sonreí, las cosas estaban saliendo como lo esperaba

-Por cierto, buen cambio de look, te vez mucho más animada y muchísimo más guapa, ese look resalta tu belleza.

-Gracias –dije con una sonrisa vivaz

Y lo estaba, la noche y la mañana me habían provocado muchas más expectativas de mi vida, de Iván y de todo.

Me despedí de mí otro jefe con una gran satisfacción, el día había comenzado con el pie de derecho, muy derecho, sonreía como una estúpida para mí misma, lo único que quería en ese momento era tener un gran espejo frente a mí y felicitarme por tan buena idea y decisión de comentarlo con Javier.  Llegue al hospital y al caminar por el pasillo mire de lejos a Anet, su cabellera roja era inconfundible, me detuve un momento ¿qué actitud debería tomar con ella? Sonreí, me daba igual, Iván había sido sincero conmigo y los tratos que tenía con ella a mí no me afectaban, muy por el contrario me causaban mucha satisfacción; decidí acercarme y saludarla como si no supiera nada.

-Buen día Anet

Ella me miró y se quedó con la boca abierta, sus ojos recorrían todo mi cuerpo, sonrío y por fin hablo.

-Que cambiazo de look, te vez hermosísima, hasta me dan ganas de pedirte que seas mi novia –dijo sonriendo

-Quizá aceptaría –dije siendo sincera, uno nunca sabe lo que le gusta hasta que prueba cosas nuevas.

Se sonrojo, y sonrío, no paraba de mirarme y eso comenzaba a incomodarme un poco, sólo un poco.

-Bueno, nos vemos más tarde, que ya voy retrasada para llegar con Alexis.

Me acerque a ella y le di un beso en la mejilla la abrece y pegue mi  cuerpo al de ella.

-Te quiero –era extraño pero esa mujer provocaba en mí cosas inexplicables, que quizá ella sí sabía lo que significaban y no me molestaría en lo más mínimo que les diera un significado y una respuesta.  

Camine rápido hasta el cuarto de Alexis, y me detuve en el umbral de la puerta; él hablaba con Iván, era mala educación escuchar las conversaciones ajenas pero eso podría ayudar a mi escrito, así que saque la grabadora de mi bolso y enseguida la accione.

-Su nombre era Blanca Sofía Carvajal, y el artístico era Candy, la conocí un día que mi mejor amigo y mi hermano me dijeron que nos fuéramos a relajar, acabábamos de salir de una junta bastante estresante, hicimos publicidad de todo tipo para una línea de masajes de todo tipo, teníamos membresía de cortesía y por qué no ocuparla. Llegamos a un lugar bastante agradable con inciensos y esas cosas que te ponen para relajarse, la vi detrás del mostrador con su cabello recogido, sostenía una pluma entre sus dientes, sus labios delicadamente pintados de rojo, sus uñas largas, y el cabello rojo, de piel clara; una gran sonrisa se extendió en su rostro cuando nos miró; nos saludó con una voz angelical me quede anonadado; Javier mi amigo fue quien dijo que era exactamente lo que buscábamos, una pasarela de no sé cuántas mujeres se alinearon frente a nosotros, ninguna me atrajo, la quería a ella y hubiera dado toda mi fortuna por una noche con ella; así fue, pague muchas veces por sus servicios, estaba enamorado de ella; hasta que simplemente un día me dijo que se había embarazado de alguien, ella también se enamoró de uno de sus clientes quien obviamente no sentía lo más mínimo por ella y quien no respondió por el bebé, le propuse que se casara conmigo que formáramos una familia y no quiso, dijo que ella no era una mujer de familia; enfermó de cáncer y murió cuando su hijo tenía tres años –suspiro y detuve la grabación.




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